Sagradas Escrituras 1569

Capítulo 1  2  3  4  5  6  7  8  9  10  11  12  13  14  15  16  17  18  19  20  21  22  23  24  25  26  27  28  29  30  31  32  33  34  35  36  37  38  39  40  41  42  43  44  45  46  47  48  49  50  51  52  53  54  55  56  57  58  59  60  61  62  63  64  65  66

 ISAÍAS

1:1 ¶ Visión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio sobre Judá y Jerusalén, en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá.

1:2 ¶ Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla el SEÑOR: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.

1:3 El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de sus señores; Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.

1:4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos corruptos! Dejaron al SEÑOR, provocaron a ira al Santo de Israel; se tornaron atrás.

1:5 ¿Para qué os castigaré aún? Todavía os  rebelaréis. Toda cabeza está  enferma, y todo corazón doliente.

1:6 Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa entera, sino  herida, hinchazón y podrida llaga; no son curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.

1:7 Vuestra tierra está  destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida de extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños.

1:8 Y queda la hija de Sion como choza en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.

1:9 Si el SEÑOR de los ejércitos no hubiera hecho que nos quedase un remanente pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.

1:10 ¶ Príncipes de Sodoma, oíd la palabra del SEÑOR; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra.

1:11 ¿Para qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? dirá el SEÑOR. Hastiado estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

1:12 ¿Quién demandó esto de vuestras manos, cuando vinieseis a ver mi rostro, a hollar mis atrios?

1:13 No me traigáis más presente vano; el perfume me es abominación; luna nueva y sábado, el convocar asambleas, no las puedo sufrir; iniquidad y solemnidad.

1:14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas  solemnes las  tiene aborrecidas mi alma: me han sido carga; cansado estoy de llevarlas.

1:15 Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multiplicáreis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos.

1:16 ¶ Lavaos, y  limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de  mis ojos; dejad de hacer lo malo;

1:17 aprended a hacer el  bien. Buscad juicio. Restituid al agraviado. Oíd en derecho al huérfano. Amparad a  la viuda.

1:18 Venid luego, dirá el SEÑOR, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, serán tornados  como la lana.

1:19 Si quisiereis, y oyereis, comeréis el bien de la tierra;

1:20 si no quisiereis, y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada, porque la boca del SEÑOR lo  ha dicho.

1:21 ¶ ¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo  de juicio, en ella habitó la  equidad; mas ahora, los  homicidas.

1:22 Tu plata se ha tornado en  escorias, tu vino está  mezclado con agua.

1:23 Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones; todos aman las dádivas, y van tras las recompensas; no oyen en juicio al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.

1:24 Por tanto, dice el Señor DIOS de los ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de mis adversarios;

1:25 y volveré mi mano sobre ti, y limpiaré hasta lo más puro tus escorias, y quitaré todo tu estaño;

1:26 y restituiré tus jueces como al principio, y tus consejeros como de primero; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.

1:27 Sion con juicio será rescatada, y los convertidos de ella con justicia.

1:28 Mas los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados; y los que dejaron al SEÑOR serán consumidos.

1:29 Entonces os avergonzarán los árboles que amasteis, y os afrentarán los bosques que escogisteis.

1:30 Porque seréis como el olmo que se le cae la hoja, y como huerto al  que le faltan las aguas.

1:31 Y el ídolo  fuerte será como estopa, y el que lo hizo como centella; y ambos serán encendidos juntamente, y no habrá  quien apague.

 ISAÍAS

2:1 ¶ Palabra que vio Isaías, hijo de Amoz, tocante a Judá y a Jerusalén.

2:2 Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el Monte de la Casa del SEÑOR por cabeza de los montes; y será ensalzado sobre los collados; y correrán a él todos los gentiles;

2:3 y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al Monte del SEÑOR, a la Casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra del  SEÑOR.

2:4 Y juzgará entre los gentiles, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada gente contra gente, ni se ensayarán más para la guerra.

2:5 Venid, oh casa de Jacob, y caminemos a la luz del SEÑOR.

2:6 ¶ Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la casa de Jacob, porque son henchidos de oriente, y de agoreros, como los filisteos; y en hijos ajenos descansan.

2:7 Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no tienen  fin. También está su tierra llena de caballos; ni sus carros tienen número.

2:8 Además está su tierra llena de ídolos, y a la obra de sus manos se han arrodillado, a lo que fabricaron sus dedos.

2:9 Y todo  hombre se ha inclinado, y todo  varón se ha humillado, por tanto, no los perdonarás.

2:10 ¶ Métete en la piedra, escóndete en el polvo, de la presencia espantosa del SEÑOR y del resplandor de su majestad.

2:11 La altivez de los ojos del hombre será  abatida; y la soberbia de los hombres será humillada; y solo el SEÑOR será ensalzado en aquel día.

2:12 Porque día del SEÑOR de los ejércitos vendrá  sobre todo soberbio y altivo, y sobre todo ensalzado; y será abatido;

2:13 y sobre todos los cedros del Líbano altos y sublimes; y sobre todos los alcornoques de Basán;

2:14 y sobre todos los montes altos, y sobre todos los collados levantados;

2:15 y sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte;

2:16 y sobre todas las naves de Tarsis, y sobre todas las  pinturas preciadas.

2:17 Y la altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y solo el SEÑOR será ensalzado en aquel día.

2:18 Y quitará totalmente los ídolos.

2:19 Y se meterán en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la presencia espantosa del SEÑOR, y por el resplandor de su majestad, cuando él se levantará para herir la tierra.

2:20 Aquel día el hombre arrojará en las cuevas de los topos, y de los murciélagos, sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le hicieron para que adorase;

2:21 y se meterán en las hendiduras de las piedras, y en las cavernas de las peñas, delante de la presencia temerosa del SEÑOR, y del resplandor de su majestad, cuando se levantará para herir la tierra.

2:22 Dejaos del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es él estimado?

 ISAÍAS

3:1 ¶ Porque he aquí que el Señor DIOS de los ejércitos quita de Jerusalén y de Judá al sustentador y la sustentadora, todo sustento de pan y todo socorro de agua;

3:2 el  valiente, y el  hombre de guerra, el  juez, y el  profeta, el  adivino, y el  anciano;

3:3 el  capitán de cincuenta, y el  hombre de respeto, y el  consejero, y el  artífice excelente, y el  sabio de elocuencia.

3:4 Y les pondrá niños por príncipes, y muchachos serán sus señores.

3:5 Y el pueblo hará violencia los unos a los otros, cada cual contra su vecino; el niño se levantará contra el viejo, y el villano contra el noble.

3:6 Cuando alguno tomare de la mano a  su hermano, de la familia de su padre, y le dijere: ¿Que vestido tienes? Tú serás nuestro príncipe, y sea en tu mano esta ruina;

3:7 él jurará aquel día, diciendo: No tomaré ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no me hagáis príncipe del pueblo.

3:8 Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han sido  contra el SEÑOR, para irritar los ojos de su majestad.

3:9 ¶ La prueba del rostro de ellos los convence; que como Sodoma predican su pecado, no lo  disimulan. ¡Ay del alma de ellos! Porque allegaron mal para sí.

3:10 Decid al justo que le irá  bien, porque comerá de los frutos de sus manos.

3:11 ¡Ay del impío! Mal le irá , porque según las obras de sus manos le será pagado.

3:12 Los opresores de mi pueblo son  muchachos, y mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te  engañan, y tuercen la carrera de tus caminos.

3:13 El SEÑOR está en pie para litigar, y está para juzgar a  los pueblos.

3:14 El SEÑOR vendrá a juicio contra los ancianos de su pueblo, y contra sus príncipes; porque vosotros habéis devorado la viña, y el despojo del pobre está  en vuestras casas.

3:15 ¿Qué pensáis  vosotros que majáis mi pueblo, y moléis las caras de los pobres? Dice el Señor DIOS de los ejércitos.

3:16 ¶ Asimismo dice el SEÑOR: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y los ojos descompuestos; y cuando andan, van como danzando, y haciendo son con los pies;

3:17 por tanto, pelará el Señor la mollera de las hijas de Sion, y el SEÑOR descubrirá sus vergüenzas.

3:18 Aquel día quitará el Señor el atavío de los calzados, y las redecillas, y las lunetas;

3:19 los collares, y los joyeles, y los brazaletes;

3:20 las escofietas, y los atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor, y los zarcillos;

3:21 los anillos, y los joyeles de las narices;

3:22 las ropas de remuda, los mantoncillos, los velos, y los alfileres;

3:23 los espejos, los pañizuelos, las gasas, y los tocados.

3:24 Y será que en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y desgarrón en lugar de cinta; y calvicie en lugar de la compostura del cabello; y en lugar de faja ceñimiento de cilicio; y quemadura en vez de hermosura.

3:25 Tus varones caerán a cuchillo, y tu fuerza en la guerra.

3:26 Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, desamparada, se sentará en tierra.

 ISAÍAS

4:1 ¶ Y echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, diciendo: Nosotras  comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos de nuestras ropas; solamente sea llamado tu nombre sobre nosotras, quita nuestro oprobio.

4:2 ¶ En aquel tiempo el renuevo del SEÑOR será para hermosura y gloria; y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los librados de Israel.

4:3 Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será llamado santo; todos los que en Jerusalén están escritos entre los vivientes;

4:4 cuando el Señor lavare las inmundicias de las hijas de Sion, y limpiare la sangre de Jerusalén de en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de ardimiento.

4:5 Y creará el SEÑOR sobre toda la morada del Monte de Sion, y sobre los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda gloria habrá  cobertura.

4:6 Y habrá sombrajo para sombra contra el calor del día: para acogida y escondedero contra el turbión y contra el aguacero.

 ISAÍAS

5:1 ¶ Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en un recuesto, lugar fértil.

5:2 La había cercado, y despedregado, y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una  torre, y también asentado un  lagar en ella; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.

5:3 Ahora, pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora entre mí y mi viña.

5:4 ¿Qué más se había de hacer a mi viña, que yo no hice en ella? ¿Cómo, esperando yo  que diese uvas, ha dado uvas silvestres?

5:5 Os mostraré, pues, ahora lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será para ser consumida; aportillaré su cerca, y será para ser hollada;

5:6 haré que quede desierta; no será podada ni cavada; y crecerán el cardo y las espinas; y aun a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.

5:7 Ciertamente la viña del SEÑOR de los ejércitos es la casa de Israel, y todo  hombre de Judá planta suya deleitosa. Esperaba juicio, y he aquí opresión; justicia, y he aquí clamor.

5:8 ¶ ¡Ay de los que juntan casa con casa, y allegan heredad a heredad hasta acabar el término! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra?

5:9 Ha llegado a mis oídos de parte del SEÑOR de los ejércitos, que las muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes y hermosas.

5:10 Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de simiente dará un efa.

5:11 ¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que  el vino los enciende!

5:12 Y en sus banquetes hay arpas, vihuelas, tamboriles, flautas, y vino; y no miran la obra del SEÑOR, ni consideran la obra de sus manos.

5:13 Por tanto, mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo ciencia; y su gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed.

5:14 Por tanto el infierno ensanchó su alma, y sin medida extendió su boca; y su gloria y su multitud descendió allá ; y su fausto, y el que se regocijaba en él.

5:15 Y todo  hombre será humillado, y todo  varón será abatido, y los ojos de los altivos serán bajados.

5:16 Pero el SEÑOR de los ejércitos será ensalzado con juicio; y el Dios Santo será santificado con justicia.

5:17 Y los corderos serán apacentados según su costumbre; y extraños comerán las gruesas desamparadas.

5:18 ¶ ¡Ay de los que traen tirando  la iniquidad con sogas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carreta,

5:19 los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos; acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo  sepamos!

5:20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que tornen de lo amargo dulce, y de lo dulce amargo!

5:21 ¡Ay de los sabios en sus propios  ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!

5:22 ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y varones fuertes para mezclar bebida;

5:23 los que dan por justo al impío por cohechos, y al justo quitan su justicia!

5:24 Por tanto, como la lengua del fuego consume las aristas, y la paja es desecha por la llama, así será su raíz como pudrición, y su flor se desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley del SEÑOR de los ejércitos, y abominaron  la palabra del Santo de Israel.

5:25 Por esta causa se encendió el furor del SEÑOR contra su pueblo; y extendiendo contra él su mano, lo hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres fueron  arrojados en medio de las calles. Con todo esto no ha  cesado su furor, antes está  su mano todavía extendida.

5:26 Y alzará pendón a gentiles de lejos, y silbará al que está  en el cabo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente.

5:27 No habrá  entre ellos cansado, ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus zapatos.

5:28 Sus saetas amoladas, y todos sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como de pedernal; y las ruedas de sus carros  como torbellino.

5:29 Su bramido, como de león; rugirá a manera de leoncillos, rechinará los dientes; y arrebatará la presa; la apañará, y nadie se la  quitará.

5:30 Y bramará sobre él en aquel día como bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí tinieblas de tribulación; y en sus cielos se oscurecerá la luz.

 ISAÍAS

6:1 ¶ En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.

6:2 Y encima de él estaban serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, y con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.

6:3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, Santo, Santo, el SEÑOR de los ejércitos; toda la tierra está  llena de su gloria.

6:4 Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba; y la Casa se llenó de humo.

6:5 ¶ Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los ejércitos.

6:6 Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas;

6:7 y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y quitará tu culpa, y tu pecado será limpiado.

6:8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo : Heme aquí, envíame a mí.

6:9 ¶ Entonces dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis.

6:10 Engruesa el corazón de este pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos; para que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda; ni se convierta, y haya  para él sanidad.

6:11 Y yo  dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén asoladas, y sin morador, ni hombre en las casas, y la tierra sea tornada en desierto;

6:12 hasta que el SEÑOR quite lejos los hombres, y haya gran soledad en la tierra.

6:13 Y quedará en ella la décima parte , y volverá; y será asolada, como el olmo y como el alcornoque, de los cuales en la tala queda  el tronco con vida ; su tronco, simiente santa.

 ISAÍAS

7:1 ¶ Aconteció en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías, rey de Judá, que Rezín rey de Siria, y Peca hijo de Remalías, rey de Israel, subieron a Jerusalén para combatirla; mas no la pudieron tomar.

7:2 Y vino la nueva a la casa de David, diciendo: Siria se ha confederado con Efraín. Y se le estremeció el corazón, y el corazón de su pueblo, como se estremecen los árboles del monte a causa del viento.

7:3 Entonces dijo el SEÑOR a Isaías: Sal ahora al encuentro de Acaz, tú, y Sear-jasub tu hijo, al cabo del conducto de la pesquera de arriba, en el camino de la heredad del Lavador,

7:4 y dile: Guarda, y repósate; no temas, ni se enternezca tu corazón a causa de estos dos cabos de tizón que humean, por el furor de la ira de Rezín y del sirio, y del hijo de Remalías.

7:5 Por haber acordado maligno consejo contra ti el sirio, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo:

7:6 Vamos contra Judá, y la despertaremos, y la partiremos entre nosotros, y pondremos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel.

7:7 El Señor DIOS dice así: No permanecerá, y no será.

7:8 Porque la cabeza de Siria será Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado y nunca mas será  pueblo.

7:9 Entretanto la cabeza de Efraín será  Samaria, y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis.

7:10 ¶ Y habló más el SEÑOR a Acaz, diciendo:

7:11 Pide para ti señal del SEÑOR tu Dios, demandándola en lo profundo, o arriba en lo alto.

7:12 Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré al SEÑOR.

7:13 Dijo entonces Isaías : Oíd ahora, casa de David. ¿No os basta ser molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios?

7:14 Por tanto, el mismo Señor os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y Dará A LUZ UN hijo, y llamará su nombre Emmanuel.

7:15 Comerá manteca y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.

7:16 Porque antes que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, la tierra que tú aborreces será dejada de sus dos reyes.

7:17 ¶ El SEÑOR hará venir sobre ti, y sobre tu pueblo, y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron desde el día que Efraín se apartó de Judá, es a saber , al rey de Asiria.

7:18 Y acontecerá que aquel día silbará el SEÑOR a la mosca que está  en el fin de los ríos de Egipto, y a la abeja que está  en la tierra de Asiria.

7:19 Y vendrán, y se asentarán todos en los valles desiertos, y en las cavernas de las piedras, y en todos los zarzales, y en todas las matas.

7:20 En aquel día raerá el Señor con navaja alquilada, con los que habitan  del otro lado del río, es a saber , con el rey de Asiria, cabeza y pelos de los pies; y aun la barba también quitará.

7:21 Y acontecerá en aquel tiempo, que críe un hombre una vaca y dos ovejas;

7:22 y será que a causa de la abundancia de leche que darán, comerá manteca; ciertamente manteca y miel comerá el que quedare en medio de la tierra.

7:23 Acontecerá también en aquel tiempo, que el lugar donde había mil vides que valían mil siclos  de plata, será para los espinos y para los cardos.

7:24 Con saetas y arco irán allá; porque toda la tierra será espinos y cardos.

7:25 Mas a todos los montes que se cavaban con azada, no llegará allá el temor de los espinos y de los cardos; mas serán para pasto de bueyes, y para ser hollados de los ganados.

 ISAÍAS

8:1 ¶ Y me dijo el SEÑOR: Tómate un gran volumen, y escribe en él en estilo vulgar Maher-salal-hasbaz Date prisa al despojo, apresúrate a la presa .

8:2 Y junté conmigo por testigos fieles a Urías sacerdote, y a Zacarías hijo de Jeberequías.

8:3 Y me junté con la profetisa, la cual concibió, y dio a luz un hijo. Y me dijo el SEÑOR: Ponle por nombre Maher-salal-hasbaz.

8:4 Porque antes que el niño sepa decir, Padre mío, y Madre mía, será quitada la fuerza de Damasco y los despojos de Samaria, en la presencia del rey de Asiria.

8:5 Otra vez me tornó el SEÑOR a hablar, diciendo:

8:6 Por cuanto desechó este pueblo las aguas de Siloé, que corren mansamente, y con Rezín y con el hijo de Remalías se regocijó,

8:7 he aquí, por tanto, que el Señor hace subir sobre ellos aguas de río, impetuosas y muchas, es a saber , al rey de Asiria con todo su poder: el cual subirá sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas;

8:8 y pasando hasta Judá, inundará, y sobrepujará, y llegará hasta la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu tierra, oh Emmanuel.

8:9 ¶ Juntaos, pueblos, y seréis quebrantados; oíd, todos los que sois de lejanas tierras; poneos a punto, y seréis quebrantados; ceñíos, y seréis quebrantados.

8:10 Tomad consejo, y será deshecho; proferid palabra, y no será firme, porque Dios está  con nosotros.

8:11 Porque el SEÑOR me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:

8:12 No llaméis, conjuración, a todas las cosas a que este pueblo llama conjuración; ni temáis su temor, ni le tengáis miedo.

8:13 Al SEÑOR de los ejércitos, a él santificad; El sea  vuestro temor, y él sea  vuestro miedo.

8:14 Entonces él será por santuario; y a las dos casas de Israel por piedra para tropezar, y por tropezadero para caer; por lazo, y por red al morador de Jerusalén.

8:15 Y muchos tropezarán entre ellos; y caerán, y serán quebrantados; se enredarán, y serán presos.

8:16 ¶ Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.

8:17 Esperaré, pues, al SEÑOR, el cual escondió su rostro de la casa de Jacob, y a él aguardaré.

8:18 He aquí, yo y los hijos que me dió el SEÑOR, somos por señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos, que mora en el Monte de Sion.

8:19 Y si os dijeren: Preguntad a los pitones y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿Por ventura no consultará el pueblo a su Dios? ¿Apelará por  los vivos a los muertos?

8:20 ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es  porque no les ha amanecido.

8:21 Entonces pasarán por esta tierra  fatigados y hambrientos. Y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios. Y levantando el rostro en alto,

8:22 y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.

 ISAÍAS

9:1 ¶ Aunque no será esta  oscuridad tal como la aflicción que le vino en el tiempo que livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón, y a la tierra de Neftalí; ni después cuando agravaron por la vía del mar,  de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles.

9:2 El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.

9:3 Aumentando la gente, no aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos.

9:4 Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián.

9:5 Porque toda batalla de quien pelea es  con estruendo, y con revolcamiento de vestidura en sangre; mas ésta  será con quema, y tragamiento de fuego.

9:6 Porque niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado es asentado  sobre su hombro. Y se llamará El Admirable, El Consejero, El Dios, El Fuerte, El Padre Eterno, El Príncipe de Paz.

9:7 La multitud del señorío, y la paz, no tendrán término sobre el trono de David, y sobre su Reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y  para siempre. El celo del SEÑOR de los ejércitos  hará esto.

9:8 ¶ El Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel.

9:9 Y la sabrá el pueblo, todo él, Efraín y los moradores de Samaria, que con soberbia y con altivez de corazón dicen:

9:10 Los ladrillos cayeron, mas edificaremos de cantería; cortaron los higos silvestres, mas en su lugar pondremos cedros.

9:11 Mas el SEÑOR ensalzará los enemigos de Rezín contra él, y juntará sus enemigos;

9:12 por delante los sirios, y por las espaldas los filisteos; y con toda la boca se tragarán a Israel. Ni con todo eso cesará su furor, antes todavía su mano está  extendida.

9:13 Mas el pueblo no se convirtió al que lo hería, ni buscaron al SEÑOR de los ejércitos.

9:14 Y el SEÑOR cortará de Israel cabeza y cola, ramo y caña en un mismo día.

9:15 El viejo y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que enseña mentira, éste es cola.

9:16 Porque los gobernadores de este pueblo son engañadores; y sus gobernados, perdidos.

9:17 Por tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos son falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Con todo esto no cesará su furor, antes  todavía su mano está  extendida.

9:18 Porque la maldad se encendió como fuego, cardos y espinas devorará; y se encenderá en lo espeso de la breña, y fueron alzados como humo.

9:19 Por la ira del SEÑOR de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como tragamiento del fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano.

9:20 Cada uno  hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre; y comerá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne de su brazo;

9:21 Manasés a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos contra Judá. Ni con todo esto cesará su furor, antes todavía su mano está  extendida.

 ISAÍAS

10:1 ¶ ¡Ay de los que establecen leyes injustas, y determinando prescriben tiranía,

10:2 por apartar del juicio a los pobres, y por quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; por despojar las viudas, y robar los huérfanos!

10:3 ¿Y qué haréis en el día de la visitación? ¿Y a quién os acogeréis que os ayude, cuando  viniere de lejos el asolamiento? ¿Y a dónde dejaréis vuestra gloria?

10:4 Sino se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con todo esto cesará su furor, antes todavía su mano está  extendida.

10:5 ¶ Oh Assur, vara y bastón de mi furor; en su mano he puesto mi ira.

10:6 Le mandaré contra una gente falsa; y sobre el  pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos, y arrebate presa; y que lo ponga para ser hollado como lodo de las calles.

10:7 Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará de esta manera; mas su pensamiento será de desarraigar y cortar naciones no pocos.

10:8 Porque él  dirá: Mis príncipes ¿no son  todos reyes?

10:9 ¿No es  Calno como Carquemis; Hamat como Arfad; y Samaria como Damasco?

10:10 Como halló mi mano los reinos de los ídolos, siendo  sus imágenes más que Jerusalén y Samaria;

10:11 Como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no haré también así a Jerusalén y a sus ídolos?

10:12 Mas acontecerá que después que el Señor hubiere acabado toda su obra en el Monte de Sion, y en Jerusalén, visitaré sobre el fruto de la soberbia del corazón del rey de Asiria, y sobre la gloria de la altivez de sus ojos.

10:13 Porque dijo: Con la fortaleza de mi mano lo  he hecho, y con mi sabiduría; porque he sido prudente; y quité los términos de los pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como valientes a  los que estaban sentados;

10:14 y halló mi mano como nido las riquezas de los pueblos; y como se cogen los huevos dejados, así  me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, o abriese boca y graznase.

10:15 ¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? Como si el bordón se levantase contra los que lo levantan; como si se levantase la vara, ¿no es leño?

10:16 Por tanto el Señor DIOS de los ejércitos, enviará flaqueza sobre sus gordos; y debajo de su gloria encenderá encendimiento, como encendimiento de fuego.

10:17 Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinas.

10:18 La gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá, desde el alma hasta la carne; y vendrá a ser como abanderado en derrota.

10:19 Y los árboles que quedaren en su bosque, serán en número que un niño los pueda contar.

10:20 ¶ Y acontecerá en aquel tiempo, que los que hubieren quedado de Israel, y los que hubieren quedado de la casa de Jacob, nunca más estriben sobre el que los hirió; sino que se apoyarán sobre el SEÑOR, el  Santo de Israel  con verdad.

10:21 El remanente se convertirá, el remanente de Jacob, al Dios fuerte.

10:22 Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas del mar, el remanente de él se convertirá; la consumación fenecida inunda justicia.

10:23 Por tanto, el Señor DIOS de los ejércitos, hará consumación y fenecimiento en medio de toda la tierra.

10:24 ¶ Por tanto, el Señor DIOS de los ejércitos, dice así: Pueblo mío, morador de Sion, no temas de Assur. Con vara te herirá, y contra ti alzará su palo, por la vía de Egipto;

10:25 mas de aquí a muy poco tiempo, se acabará el furor y mi enojo, para fenecimiento de ellos.

10:26 Y levantará el SEÑOR de los ejércitos azote contra él, como la matanza de Madián a la peña de Oreb; y alzará su vara sobre el mar, por la vía de Egipto.

10:27 Y acaecerá en aquel tiempo, que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz; y el yugo se pudrirá delante de la unción.

10:28 Vino hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará su ejército.

10:29 Pasaron el vado; se  alojaron en Geba; Ramá tembló; Gabaa de Saúl huyó.

10:30 Grita en alta voz, hija de Galim; Lais haz que te oiga la pobre Anatot.

10:31 Madmena se alborotó; los moradores de Gebim se juntarán.

10:32 Aún vendrá  día cuando reposará en Nob; alzará su mano al Monte de la hija de Sion, al collado de Jerusalén.

10:33 He aquí el Señor DIOS de los ejércitos, desgajará el ramo con fortaleza; y los de grande altura serán cortados, y los altos serán humillados.

10:34 Y cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá con fortaleza.

 ISAÍAS

11:1 ¶ Y saldrá una  vara del tronco de Jessé, y un  renuevo retoñará de sus raíces.

11:2 Y reposará sobre él el Espíritu del SEÑOR, Espíritu de sabiduría y de inteligencia, Espíritu de consejo, y de fortaleza, Espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR;

11:3 y le hará oler en el temor del SEÑOR. No juzgará según la vista de sus ojos; ni argüirá por lo que oyeren sus oídos.

11:4 Sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.

11:5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fe cinto de sus riñones.

11:6 Morará el lobo con el cordero, y el tigre con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un  niño los pastoreará.

11:7 La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el  buey comerá paja.

11:8 Y el niño jugará sobre la cueva del áspid; y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna del basilisco.

11:9 No harán mal, ni dañarán en todo mi santo Monte; porque la tierra será llena del conocimiento del SEÑOR, como las aguas cubren el mar.

11:10 ¶ Y acontecerá en aquel tiempo, que la Raíz de Jessé, la cual estará puesta  por pendón a los gentiles, será buscada de los gentiles; y su Reino  de paz será glorioso.

11:11 Y acontecerá en aquel tiempo, que el SEÑOR tornará a poner otra vez su mano, para poseer el remanente de su pueblo que fue dejado de Assur, y de Egipto, y de Patros, y de Etiopía, y de Elam, y de Caldea, y de Hamat, y de  las islas del mar.

11:12 Y levantará pendón a los gentiles, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá de los cuatro cantones de la tierra.

11:13 Y se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán talados. Efraín no tendrá envidia contra Judá, ni Judá afligirá a Efraín;

11:14 mas volarán sobre los hombros de los filisteos al occidente; saquearán a los de oriente; Edom y Moab les servirán, y los hijos de Amón les darán obediencia.

11:15 Y secará el SEÑOR la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con fortaleza de su espíritu sobre el Río, y lo herirá en siete riberas, y hará que pasen por él  con zapatos.

11:16 Y habrá camino para el remanente de su pueblo, lo que quedó de Assur, de la manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto.

 ISAÍAS

12:1 ¶ Y dirás en aquel día: Cantaré a ti, oh SEÑOR; pues aunque  te enojaste contra mí, tu furor se apartó, y me has consolado.

12:2 He aquí oh Dios, salud mía; me aseguraré, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es  JAH, el SEÑOR, el cual ha sido salud para mí.

12:3 Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salud.

12:4 ¶ Y diréis en aquel día: Cantad al SEÑOR; invocad su nombre. Haced célebres en los pueblos sus obras. Recordad como su nombre es engrandecido.

12:5 Cantad salmos al SEÑOR, porque ha hecho cosas magníficas; sea  sabido esto por toda la tierra.

12:6 Regocíjate y canta, oh Moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

 ISAÍAS

13:1 ¶ Carga de Babilonia, que vio Isaías, hijo de Amoz.

13:2 Levantad bandera sobre un  alto monte; alzad la voz a ellos; alzad la mano para que entren por puertas de príncipes.

13:3 Yo mandé a mis santificados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, que se alegran con mi gloria.

13:4 Murmullo de multitud suena  en los montes, como de mucho pueblo; murmullo de sonido de reinos, de gentiles reunidos; el SEÑOR de los ejércitos ordena las tropas de la batalla.

13:5 Vienen de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, el SEÑOR y los instrumentos de su furor, para destruir toda la tierra.

13:6 ¶ Aullad, porque cerca está el día del SEÑOR; como asolamiento por Poderoso vendrá.

13:7 Por tanto, se descoyuntarán todas la manos, y todo corazón de hombre se desleirá.

13:8 Y se llenarán de terror; angustias y dolores los  invadirán; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrarán al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.

13:9 He aquí que el día del SEÑOR viene, cruel y de enojo y ardor de ira, para tornar la tierra en soledad, y raer de ella sus pecadores.

13:10 Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no derramarán su lumbre; el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no echará su resplandor.

13:11 Y visitaré la maldad sobre el mundo, y sobre los impíos su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes.

13:12 Haré más precioso que el oro fino al varón; y al hombre más que el oro de Ofir.

13:13 Porque haré estremecer los cielos, y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación del SEÑOR de los ejércitos, y en el día de la ira de su furor.

13:14 Y será que como gacela perseguida, y como oveja sin pastor; cada cual mirará hacia su pueblo, y cada uno huirá a su tierra.

13:15 Cualquiera que fuere hallado, será alanceado; y cualquiera que a ellos  se juntare, caerá a espada.

13:16 Sus niños serán estrellados delante de ellos; sus casas serán saqueadas, y forzadas sus mujeres.

13:17 He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no buscarán la plata, ni codiciarán oro.

13:18 Y con arcos tirarán a los niños, y no tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará a los  hijos.

13:19 ¶ Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios.

13:20 Nunca más será habitada, ni se morará en ella de generación en generación; ni hincará allí tienda el arabe, ni pastores tendrán allí majada;

13:21 mas dormirán allí bestias fieras; y sus casas se llenarán de hurones; allí habitarán hijas del búho, y allí saltarán sátiros.

13:22 Y en sus palacios gritarán gatos cervales; y dragones en sus casas de deleite; y abocado está a venir su tiempo, y sus días no se alargarán.

 ISAÍAS

14:1 ¶ Porque el SEÑOR tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá a Israel; y les hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán extranjeros, y se allegarán a la familia de Jacob.

14:2 Y los tomarán los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los poseerá por siervos y criadas en la tierra del SEÑOR; y cautivarán a los que los cautivaron, y señorearán a los que los oprimieron.

14:3 Y será que en el día que el SEÑOR te diera reposo de tu trabajo, y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir,

14:4 ¶ entonces levantarás esta parábola sobre el rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo cesó el opresor, cómo cesó la ciudad  codiciosa del oro!

14:5 Quebrantó el SEÑOR el bastón de los impíos, el cetro de los señores;

14:6 que con ira hería los pueblos de llaga perpetua, el cual se enseñoreaba de los gentiles con furor; al perseguido no defendió.

14:7 Descansó, sosegó toda la tierra, cantaron alabanzas.

14:8 Aun las hayas se regocijaron a causa  de ti, y los cedros del Líbano, diciendo : Desde que  pereciste, no ha subido cortador contra nosotros.

14:9 El infierno abajo se espantó de ti; te despertó muertos que en tu venida saliesen a recibirte, hizo levantar de sus tronos a todos los príncipes de la tierra, a todos los reyes de los gentiles.

14:10 Todos ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú también enfermaste como nosotros, y como nosotros fuiste?

14:11 Se depositó en el sepulcro tu soberbia, y el sonido de tus vihuelas; gusanos serán tu cama, y gusanos te cubrirán.

14:12 ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, el que echabas suerte sobre los gentiles.

14:13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, y en los lados del aquilón;

14:14 Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo.

14:15 Mas tú derribado eres en el sepulcro, a los lados del abismo.

14:16 Se han de inclinar hacia ti los que te vieren y te considerarán, diciendo : ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos.

14:17 Que puso el mundo como un desierto? ¿Que asoló sus ciudades? ¿Que a sus presos nunca abrió la cárcel?

14:18 Todos los reyes de los gentiles, todos ellos yacen con honra cada uno en su casa.

14:19 Mas tú echado eres de tu sepulcro como tronco abominable; como  vestido de muertos pasados a cuchillo, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado.

14:20 No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú destruiste tu tierra, mataste a  tu pueblo. No será para siempre la simiente de los malignos.

14:21 Aparejad sus hijos para el matadero por la maldad de sus padres; no se levanten, ni posean la tierra, ni llenen la faz del mundo de ciudades.

14:22 Porque yo me levantaré sobre ellos, dice el SEÑOR de los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y las reliquias, hijo y nieto, dice el SEÑOR.

14:23 Y la pondré en posesión de erizos, y en lagunas de aguas; y la barreré con escobas de destrucción, dice el SEÑOR de los ejércitos.

14:24 ¶ El SEÑOR de los ejércitos juró, diciendo, se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado;

14:25 quebrantaré al asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro.

14:26 Este es  el consejo que está acordado sobre toda la tierra; y ésta es  aquella mano extendida sobre todos los gentiles.

14:27 Porque el SEÑOR de los ejércitos lo  ha determinado, ¿y quién lo  invalidará? Y aquella su mano extendida, ¿quién la hará tornar?

14:28 En el año que murió el rey Acaz fue esta carga:

14:29 no te alegres tú, toda Filistea, por haberse quebrado la vara del que te hería. Porque de la raíz de la culebra saldrá basilisco, y su fruto, serpiente voladora.

14:30 Y los primogénitos de los pobres serán apacentados, y los menesterosos se acostarán seguramente; y haré morir de hambre tu raíz, y tus reliquias matará.

14:31 Aúlla, oh puerta, clama, oh ciudad; desleída Filistea toda tú, porque humo vendrá del aquilón; no quedará  uno solo en sus asambleas.

14:32 ¿Y qué se responderá a los mensajeros de los gentiles? Que el SEÑOR fundó a Sion, y que en ella tendrán confianza los afligidos de su pueblo.

 ISAÍAS

15:1 ¶ Carga de Moab, cierto, de noche fue destruida Ar-Moab, fue puesta en silencio. Cierto, de noche fue destruida Kir-Moab, fue puesta en silencio.

15:2 Subió a Bayit y a Dibón, altares, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab; toda cabeza de ella se mesará, y toda barba será raída.

15:3 Se ceñirán de cilicio en sus plazas; en sus terrados y en sus calles todos aullarán, descendiendo en llanto.

15:4 Hesbón y Eleale gritarán, hasta Jahaza se oirá su voz; por lo que aullarán los armados de Moab, se lamentará el alma de cada uno de por sí.

15:5 Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos subirán con lloro por la subida de Luhit hasta Zoar, novilla de tres años, levantarán grito de quebrantamiento por el camino de Horonaim.

15:6 ¶ Las aguas de Nimrim se agotaron; la grama del atrio  se secó, faltó la hierba, verdura no hubo.

15:7 Por lo cual lo que cada uno  guardó, y sus riquezas sobre el arroyo de los sauces serán llevadas.

15:8 El llanto cercó los términos de Moab; hasta Eglaim llegó  su alarido, y hasta Beer-elim llegó  su clamor.

15:9 Porque las aguas de Dimón se llenarán de sangre; porque yo  pondré sobre Dimón añadiduras, leones a los que escaparen de Moab, y al remanente de la tierra.

 ISAÍAS

16:1 ¶ Envíad cordero al enseñoreador de la tierra, desde la piedra del desierto al Monte de la hija de Sion.

16:2 Y será que cual ave espantada que huye de su nido, así  serán las hijas de Moab en los vados de Arnón.

16:3 Reúne consejo, haz juicio; pon tu sombra en el mediodía como la noche; esconde los desterrados, no descubras al huido.

16:4 Moren contigo mis desterrados, oh Moab; séles escondedero de la presencia del destruidor; porque el atormentador fenecerá, el destruidor tendrá fin, el hollador será consumido de sobre la tierra.

16:5 Y se dispondrá trono en misericordia; y sobre él se sentará firmemente, en el tabernáculo de David, quien juzgue, y busque el juicio, y apresure la justicia.

16:6 ¶ Hemos oído la soberbia de Moab; en extremo soberbio; su soberbia, y su arrogancia, y su altivez; mas sus mentiras no serán firmes.

16:7 Por tanto, aullará Moab, todo él aullará; gemiréis por los fundamentos de Kir-hareset, en gran manera heridos.

16:8 Porque las vides de Hesbón fueron taladas, y las vides de Sibma; señores de los  gentiles hollaron sus generosos  sarmientos; que  habían llegado hasta Jazer, y se cundieron por  el desierto; sus  nobles  plantas se extendieron; pasaron el mar.

16:9 Por lo cual lamentaré con lloro a Jazer de la viña de Sibma; he de embriagarte de mis lágrimas oh Hesbón y Eleale; porque sobre tus cosechas y sobre tu siega cesará la canción.

16:10 Quitado es el gozo y la alegría del campo fértil; en las viñas no cantarán, ni se regocijarán; no pisará vino en los lagares el pisador; la canción hice cesar.

16:11 Por tanto, mis entrañas sonarán como arpa acerca de Moab; y mi interior sobre Kir-hareset.

16:12 Y acaecerá, que cuando Moab pareciere que está cansado sobre los altos, entonces vendrá a su Santuario a orar, y no podrá.

16:13 Esta es  la palabra, que pronunció el SEÑOR sobre Moab desde aquel tiempo.

16:14 Pero ahora el SEÑOR habló, diciendo: Dentro de tres años, como cuenta los  años un jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su  gran multitud; y sus residuos serán  pocos, pequeños, y no  fuertes.

 ISAÍAS

17:1 ¶ Carga de Damasco. He aquí que Damasco dejó de ser  ciudad, y será montón de ruina.

17:2 Las ciudades de Aroer están desamparadas, en majadas se tornarán; dormirán allí, y no habrá quien los  espante.

17:3 Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quedare de Siria, será como la gloria de los hijos de Israel, dice el SEÑOR de los ejércitos.

17:4 Y será, que en aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se enflaquecerá la grosura de su carne.

17:5 Y será como el segador que coge la mies, y con su brazo siega las espigas; será también, como el que coge espigas en el valle de Refaim.

17:6 ¶ Y quedarán en él rebuscos, como cuando sacuden el aceituno, que quedan ahí  dos o tres granos en la punta de la rama, cuatro o cinco frutos en sus ramas, dice el SEÑOR Dios de Israel.

17:7 En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel.

17:8 Y no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a lo que hicieron sus dedos, ni a los bosques, ni a las imágenes del Sol.

17:9 ¶ En aquel día las ciudades de su fortaleza serán como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas. Como lo que dejaron de los hijos de Israel; y será asolamiento.

17:10 Porque te olvidaste del Dios de tu salud; y no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por tanto plantarás plantas hermosas, y sembrarás sarmiento extraño.

17:11 El día que las plantares, las harás crecer; y harás que tu simiente brote de mañana; mas  en el día del coger, huirá la cosecha, y será  dolor desesperado.

17:12 ¶ ¡Ay! multitud de muchos pueblos, que sonarán como sonido del mar; y murmullo de naciones harán alboroto como murmullo de muchas aguas.

17:13 Pueblos harán ruido a manera de ruido de grandes aguas; pero Dios  los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados, como el tamo de los montes delante del viento; y como el cardo delante del torbellino.

17:14 Al tiempo de la tarde, veis aquí turbación; antes que la mañana venga  ella no será . Esta es la parte de los que nos pisotean; y la suerte de los que nos saquean.

 ISAÍAS

18:1 ¶ ¡Ay de la tierra que hace sombra con las alas, que está  tras los ríos de Etiopía!

18:2 El que envía mensajeros por el mar, y en navíos de junco sobre las aguas. Andad, ligeros mensajeros, a la gente arrastrada, y repelada; al pueblo lleno de temores desde su principio, y después; gente harta de esperar y hollada;  cuya tierra destruyeron los ríos.

18:3 Todos los moradores del mundo, y los vecinos de la tierra, cuando levantare bandera en los montes, la veréis; y cuando tocare trompeta, la oiréis.

18:4 Porque el SEÑOR me dijo así: me reposaré, y miraré desde mi morada; como sol claro después de la lluvia, y como nube cargada de rocío en el calor de la siega.

18:5 Porque antes de la siega, cuando el fruto fuere perfecto, y pasada la flor, los frutos fuesen maduros, entonces podará con podaderas las ramitas; y cortará y quitará las ramas.

18:6 Y serán dejados todos a las aves de los montes, y a las bestias de la tierra; sobre ellos tendrán el verano las aves; e invernarán todas las bestias de la tierra.

18:7 En aquel tiempo será traído presente al SEÑOR de los ejércitos, el pueblo arrastrado y repelado; el pueblo lleno de temores desde su principio y después; gente harta de esperar y hollada, cuya tierra destruyeron los ríos, al  lugar del nombre del SEÑOR de los ejércitos, al Monte de Sion.

 ISAÍAS

19:1 ¶ Carga de Egipto. He aquí que el SEÑOR cabalga sobre una  nube ligera, y vendrá en Egipto, y los ídolos de Egipto se moverán delante de él; y el corazón de Egipto se desleirá en medio de él.

19:2 Y revolveré egipcios contra egipcios, y cada uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo; ciudad contra ciudad, y reino contra reino.

19:3 Y el espíritu de Egipto se desvanecerá en medio de él, y destruiré su consejo; y preguntarán a sus imágenes, a sus mágicos, a sus pitones y a sus adivinos.

19:4 Y entregaré a Egipto en manos de señor duro; y rey violento se enseñoreará de ellos, dice el Señor DIOS de los ejércitos.

19:5 Y las aguas del mar faltarán, y el río se agotará y se secará.

19:6 Y se alejarán los ríos; se agotarán y secarán las corrientes de los fosos; la caña y el carrizo serán destruidos.

19:7 Las verduras de junto al río, de junto a la ribera del río, y toda sementera del río, se secarán, se perderán, y no serán.

19:8 Los pescadores también se entristecerán; y harán duelo todos los que echan anzuelo en el río; y desfallecerán los que extienden red sobre las aguas.

19:9 Los que labran lino fino, y los que tejen redes, serán avergonzados.

19:10 Porque todas sus redes serán rotas; y se entristecerán  todos los que hacen estanques para criar  peces.

19:11 Ciertamente son  necios los príncipes de Zoán; el consejo de los prudentes consejeros de Faraón se ha desvanecido. ¿Cómo diréis por Faraón: Yo soy  hijo de los sabios, e hijo de los reyes antiguos?

19:12 ¿Dónde están ahora aquellos tus prudentes? Que te digan ahora, o te hagan saber qué es lo que el SEÑOR de los ejércitos ha determinado sobre Egipto.

19:13 Se han desvanecido los príncipes de Zoán; se han engañado los príncipes de Menfis; engañaron a Egipto las esquinas de sus familias.

19:14 El SEÑOR mezcló espíritu de vahido en medio de él; e hicieron errar a Egipto en toda su obra, como desatina el borracho en su vómito.

19:15 Y no aprovechará a Egipto cosa que haga la cabeza o la cola, la rama o el junco.

19:16 En aquel día será Egipto como mujeres: porque se asombrará y temerá, en la presencia de la mano alta del SEÑOR de los ejércitos, que él ha de levantar sobre ellos.

19:17 Y la tierra de Judá será de espanto a Egipto; todo hombre que de ella se acordare se asombrará de ella, por causa del consejo que el SEÑOR de los ejércitos acordó sobre él.

19:18 ¶ En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto, que hablen la lengua de Canaán, y que juren por el SEÑOR de los ejércitos; la una será llamada la ciudad Herez.

19:19 En aquel tiempo habrá altar para el SEÑOR en medio de la tierra de Egipto, y pirámide intitulada: Al SEÑOR, junto a su término.

19:20 Y será por señal, y por testimonio al SEÑOR de los ejércitos en la tierra de Egipto; porque al SEÑOR clamarán a causa de sus opresores, y él les enviará Salvador y Príncipe que los libre.

19:21 Y el SEÑOR será conocido de Egipto, y los de Egipto conocerán al SEÑOR en aquel día; y harán sacrificio, y oblación; y harán votos al SEÑOR, y los cumplirán.

19:22 Y herirá el SEÑOR a Egipto, hiriendo y sanando, porque se convertirán al SEÑOR ; y les será clemente, y los sanará.

19:23 En aquel tiempo habrá camino de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios al SEÑOR.

19:24 En aquel tiempo, Israel será tercero con Egipto y con Asiria, bendición en medio de la tierra.

19:25 Porque el SEÑOR de los ejércitos los bendecirá diciendo, bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad.

 ISAÍAS

20:1 ¶ En el año que vino Tartán a Asdod, cuando le envió Sargón rey de Asiria, y peleó contra Asdod, y la tomó.

20:2 En aquel tiempo habló el SEÑOR por Isaías hijo de Amoz, diciendo: Ve, y quita el saco de tus lomos, y descalza los zapatos de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo.

20:3 Y dijo el SEÑOR: De la manera que anduvo mi siervo Isaías desnudo y descalzo tres años, señal y pronóstico sobre Egipto, y sobre Etiopía;

20:4 así llevará el rey de Asiria la cautividad de Egipto, y la transmigración de Etiopía, de niños, y de viejos, desnuda, y descalza, y descubiertas las nalgas para vergüenza de Egipto.

20:5 Y se turbarán y avergonzarán de Etiopía su esperanza, y de Egipto su gloria.

20:6 Y dirá en aquel día el morador de esta isla: Mirad qué tal fue  nuestra esperanza, donde nos acogimos por socorro, para ser libres de la presencia del rey de Asiria, ¿y cómo escaparemos?

 ISAÍAS

21:1 ¶ Carga del desierto del mar. Como los torbellinos que pasan por el desierto en la región del Mediodía, así vienen de la tierra horrenda.

21:2 Visión dura me ha sido mostrada. Para un  prevaricador otro  prevaricador; y para un  destructor otro  destructor. Sube, Elam; cerca, Media. Todo su gemido hice cesar.

21:3 Por tanto, mis lomos se han llenado de dolor; angustias se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto; me agobié oyendo, y me espanté viendo.

21:4 Se pasmó mi corazón, el horror me ha asombrado; la noche de mi deseo se me tornó en espanto.

21:5 Pon la mesa, mira del atalaya, come, bebe, levantaos, príncipes, tomad escudo.

21:6 Porque el Señor me dijo así: Ve, pon centinela, que haga saber lo que viere.

21:7 Y vio un carro de un par de caballeros, un carro de asno, y un carro de camello. Luego miró mucho más atentamente.

21:8 Y gritó: León sobre atalaya. Señor, estoy yo continuamente todo  el dia, y las noches enteras sobre mi guarda.

21:9 Y he aquí este carro de hombres viene, un par de caballeros. Después habló, y dijo: Cayó; cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus dioses quebrantó en tierra.

21:10 Trilla mía, y pueblo de mi era, os he dicho lo que oí del SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel.

21:11 ¶ Carga de Duma. Me dan voces: De Seir. ¿Guarda qué hay  esta noche? ¿Guarda, qué hay  esta noche?

21:12 El que guarda respondió: La mañana viene, y después la noche. Si preguntareis, preguntad; volved, y venid.

21:13 ¶ Carga sobre Arabia. En el monte tendréis la noche en Arabia, oh caminantes de Dedán.

21:14 Salid al encuentro llevando aguas al sediento, oh moradores de tierra de Tema, socorred con su pan al que huye.

21:15 Porque de la presencia de las espadas huyen, de la presencia de la espada desnuda, de la presencia del arco entesado, de la presencia del peso de la batalla.

21:16 Porque así me ha dicho el SEÑOR: De aquí a un año, semejante a años de jornalero, toda la gloria de Cedar será deshecha;

21:17 y el resto del número de los valientes flecheros, hijos de Cedar, serán apocados; porque el SEÑOR Dios de Israel lo ha dicho.

 ISAÍAS

22:1 ¶ Carga del valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que toda tú te has subido sobre los tejados?

22:2 , llena de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos no son  muertos a cuchillo, ni muertos en guerra.

22:3 Todos tus Príncipes juntos huyeron del arco, fueron atados. Todos los que en ti se hallaron, fueron atados juntamente; los otros  huyeron lejos.

22:4 Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no os afanéis por consolarme de la destrucción de la hija de mi pueblo.

22:5 Porque día de alboroto, y de huella, y de fatiga por el Señor DIOS de los ejércitos es enviado  en el valle de la visión, para derribar el muro, y dar  grito al monte.

22:6 También Elam tomó aljaba en carro de hombres, y de caballeros; y Kir descubrió escudo.

22:7 Y acaeció, que tus hermosos valles fueron llenos de carros; y soldados pusieron de hecho sus haces  a la puerta.

22:8 ¶ Y desnudó la cobertura de Judá; y miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque.

22:9 Y visteis las roturas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y recogisteis las aguas de la pesquera de abajo.

22:10 Y contasteis las casas de Jerusalén; y derribasteis casas para fortificar el muro.

22:11 E hicisteis foso entre los dos muros con las aguas de la pesquera vieja; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis desde la antiguedad al que lo labró.

22:12 Por tanto, el Señor DIOS de los ejércitos, llamó en este día a llanto y a endechas; a raparse el cabello y a vestir cilicio.

22:13 Y he aquí gozo y alegría, matando vacas, y degollando ovejas, comer carne y beber vino, deciendo : Comamos y bebamos, que mañana moriremos.

22:14 Esto fue revelado a mis oídos de parte del SEÑOR de los ejércitos: Que este pecado no os será purgado hasta que muráis, dice el Señor DIOS de los ejércitos.

22:15 ¶ El SEÑOR de los ejércitos dice así: Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile :

22:16 ¿Qué tienes  tú aquí, o a quién tienes  tú aquí, que labraste aquí sepulcro para ti, como  el que en lugar alto labra su sepultura, o el que esculpe para sí morada en una peña?

22:17 He aquí que el SEÑOR te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el rostro.

22:18 Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra larga de términos; allá morirás, y allá fenecerán  los carros de tu gloria, vergüenza de la casa de tu Señor.

22:19 Y te arrojaré de tu lugar, y de tu puesto te empujaré.

22:20 Y será, que en aquel día llamaré a mi siervo Eliacim, hijo de Hilcías.

22:21 Y lo vestiré de tus vestiduras, y le fortaleceré con tu talabarte; y entregaré en sus manos tu potestad; y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá.

22:22 Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá.

22:23 Y lo hincaré como  clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa de su padre.

22:24 Y colgarán de él toda la honra de la casa de su padre, los hijos, y los nietos, todos los vasos menores, desde los vasos de beber hasta todos los instrumentos de música.

22:25 En aquel día, dice el SEÑOR de los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado, y será quebrado y caerá; y la carga que sobre él se puso, se echará a perder; porque el SEÑOR habló.

 ISAÍAS

23:1 ¶ Carga de Tiro. Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es Tiro  hasta no quedar casa, ni entrada; de la tierra de Quitim es revelado a ellos.

23:2 Callad, moradores de la isla, mercader de Sidón, que pasando el mar te abastecían.

23:3 Su provisión era  de las sementeras que crecen  con las muchas aguas del Nilo, de la mies del río. Fue también feria de gentiles.

23:4 Avergüénzate, Sidón, porque el mar, la fortaleza del mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni di a luz, ni crié jóvenes, ni levanté vírgenes.

23:5 Al llegar la noticia a Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro.

23:6 Pasaos a Tarsis; aullad, moradores de la isla.

23:7 ¿No era ésta vuestra ciudad alegre, su antigüedad de muchos días? Sus pies la llevarán a peregrinar lejos.

23:8 ¿Quién decretó esto sobre Tiro, la coronada, cuyos negociantes eran príncipes, cuyos mercaderes eran  los nobles de la tierra?

23:9 El SEÑOR de los ejércitos lo decretó, para envilecer la soberbia de toda gloria; y para abatir todos los ilustres de la tierra.

23:10 Pásate, como río, de tu tierra, oh hija de Tarsis; porque no tendrás ya  más fortaleza.

23:11 Extendió su mano sobre el mar; hizo temblar los reinos. El SEÑOR mandó sobre Canaán que sus fuerzas sean debilitadas.

23:12 Y dijo: No te alegrarás más, oh tú, oprimida virgen hija de Sidón. Levántate para pasar a Quitim y aun allí no tendrás reposo.

23:13 Mira, la tierra de los Caldeos. Este pueblo no era antes ; Assur la fundó para los que habitaban en el desierto; levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas.

23:14 Aullad, naves de Tarsis; porque destruida es vuestra fortaleza.

23:15 ¶ Y acontecerá en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años, como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro canción como de ramera.

23:16 Toma arpa, y rodea la ciudad, oh ramera olvidada; haz buena melodía, reitera la canción, para que tornes en memoria.

23:17 Y acontecerá, que al fin de los setenta años visitará el SEÑOR a Tiro; y se tornará a su ganancia; y otra vez fornicará con todos los reinos de la tierra sobre la faz de la tierra.

23:18 Mas su negociación, y su ganancia será consagrada al SEÑOR; no se guardará ni se atesorará, porque su negociación será para los que estuvieren delante del SEÑOR, para que coman hasta saciarse, y vistan honradamente.

 ISAÍAS

24:1 ¶ He aquí que el SEÑOR vacía la tierra, y la desnuda, y trastorna su faz, y hace esparcir sus moradores.

24:2 Y será como el pueblo, tal el sacerdote; como el siervo, tal su señor; como la criada, tal su señora; tal el que compra, como el que vende; tal el que da prestado, como el que toma prestado; tal el que da a logro, como el  que lo recibe.

24:3 Del todo será vaciada la tierra, y enteramente saqueada; porque el SEÑOR ha pronunciado esta palabra.

24:4 Se destruyó, cayó la tierra; enfermó, cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra.

24:5 Y la tierra hizo  bancarrota bajo sus moradores, porque traspasaron las leyes, falsearon el derecho, rompieron el pacto sempiterno.

24:6 Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus moradores fueron asolados. Por esta causa fueron consumidos los moradores de la tierra, y los hombres se apocaron.

24:7 Se perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón.

24:8 Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el estruendo de los que se alegran, paró la alegría del arpa.

24:9 No beberán vino con cantar; la bebida será amarga a los que la bebieren.

24:10 Quebrantada es la ciudad de la vanidad; toda casa se ha cerrado, para que no entre nadie.

24:11 Voces sobre el vino en las plazas; todo gozo se oscureció, se desterró la alegría de la tierra.

24:12 En la ciudad quedó soledad, y con asolamiento fue herida la puerta.

24:13 ¶ Porque así será en medio de la tierra, en medio de los pueblos, como aceituno sacudido: como rebuscos, acabada la vendimia.

24:14 Estos alzarán su voz; cantarán gozosos en la grandeza del SEÑOR, desde el mar darán voces.

24:15 Glorificad por esto al SEÑOR en los valles; en las islas del mar sea nombrado el SEÑOR Dios de Israel.

24:16 ¶ De lo postrero de la tierra oímos salmos: Gloria al justo. Y yo  dije: ¡Mi flaqueza, mi flaqueza, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado; y han prevaricado con prevaricación de desleales.

24:17 Terror, sima y lazo sobre ti, oh morador de la tierra.

24:18 Y acontecerá que el que huirá de la voz del terror, caerá en el foso; y el que saliere de en medio del foso, será preso del lazo: porque de lo alto se abrieron ventanas, y temblarán los fundamentos de la tierra.

24:19 Se quebrantará del todo la tierra, enteramente desmenuzada será la tierra, en gran manera será la tierra conmovida.

24:20 Temblará la tierra vacilando como un  borracho; y será removida como una  choza; y se agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levantará.

24:21 Y acontecerá en aquel día, que el SEÑOR visitará sobre el ejército sublime en lo alto, y sobre los reyes de la tierra, sobre la tierra.

24:22 Y serán amontonados como se amontona a los  encarcelados en mazmorra; y en prisión quedarán encerrados, y serán visitados después de muchos días.

24:23 La luna se avergonzará, y el sol se confundirá, cuando el SEÑOR de los ejércitos reinare en el Monte de Sion, y en Jerusalén, y delante de sus ancianos fuere glorioso.

 ISAÍAS

25:1 ¶ El SEÑOR, tú eres  mi Dios; te alabaré, y ensalzaré tu nombre, porque has hecho maravillas, los consejos antiguos, la verdad firme.

25:2 Que tornaste la ciudad en montón, la ciudad fuerte en ruina; el alcázar de los extraños que no sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificada.

25:3 Por esto te dará gloria el pueblo fuerte; te temerá la ciudad de gentiles robustos.

25:4 Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, amparo contra el turbión, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra  frontispicio.

25:5 Como el calor en lugar seco, así  humillarás el orgullo de los extraños; y como con  calor que quema  debajo de nube, harás marchitar el renuevo de los robustos.

25:6 ¶ Y el SEÑOR de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos convite de engordados, convite de vinos purificados, de gruesos tuétanos, de purificados líquidos.

25:7 Y deshará en este monte la máscara de la cobertura con que están cubiertos todos los pueblos; y la cubierta que está extendida sobre todos los gentiles.

25:8 Destruirá a la muerte para siempre; y limpiará el Señor toda lágrima de todos los rostros; y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque el SEÑOR lo  ha determinado.

25:9 ¶ Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, a quien esperamos, y nos ha salvado. Este es el SEÑOR a quien esperamos, nos gozaremos y nos alegraremos en su salud.

25:10 Porque la mano del SEÑOR reposará en este monte; y Moab será trillado debajo de él, como es trillada la paja en el muladar.

25:11 Y extenderá su mano por en medio de él, como la extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia con los miembros de sus manos;

25:12 y allanará la fortaleza de tus altos muros; la humillará y la derribará a tierra, hasta el polvo.

 ISAÍAS

26:1 ¶ En aquel día cantarán este cantar en tierra de Judá: Fuerte ciudad tenemos; salud puso Dios  por muros y antemuro.

26:2 Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades.

26:3 Tú le  guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en ti  persevera; porque en ti se ha confiado.

26:4 Confiad en el SEÑOR perpetuamente, porque en JAH, el SEÑOR está  la fortaleza de los siglos.

26:5 ¶ Porque él  derribó a  los que moraban en lugar sublime; humilló a  la ciudad ensalzada, la humilló hasta la tierra, la derribó hasta el polvo.

26:6 La hollará pie, los  pies del pobre, los  pasos de los  menesterosos.

26:7 El camino del justo es rectitud; tú, recto, pesas el camino del justo.

26:8 Aun en el camino de tus juicios, oh SEÑOR, te esperamos, a tu nombre y a tu memoria es  el deseo del alma.

26:9 Con mi alma te deseo en la noche, y entre tanto que me dure el espíritu en medio de mí, madrugaré a buscarte; porque desde que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo aprenden justicia.

26:10 Alcanzará piedad el impío, y  no aprenderá justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la majestad del SEÑOR.

26:11 SEÑOR, cuando  se levante tu mano, no verán; verán al cabo, y se avergonzarán con celo del pueblo. Y a tus enemigos fuego los consumirá.

26:12 ¶ SEÑOR, tú nos depararás paz; porque también obraste en nosotros todas nuestras obras.

26:13 SEÑOR Dios nuestro, señores se han enseñoreado de nosotros sin ti; mas en ti solamente nos acordaremos de tu nombre.

26:14 Muertos son , no vivirán; privados de la vida no resucitarán; porque los visitaste, y destruiste, y deshiciste toda su memoria.

26:15 Añadiste a los gentiles, oh SEÑOR, añadiste a los gentiles; te hiciste glorioso; extendiste hasta  todos los términos de la tierra.

26:16 SEÑOR, en la tribulación te buscaron, derramaron oración cuando  los castigaste.

26:17 Como la mujer  encinta cuando  se acerca el parto, gime, y da gritos con sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh SEÑOR.

26:18 Concebimos, tuvimos dolores de parto, parimos como viento; salud ninguna hicimos en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo.

26:19 Tus muertos vivirán, y junto con  mi cuerpo resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! Porque tu rocío, es  cual cubierta de luz; y la tierra echará los muertos.

26:20 ¶ Anda pues , pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, entre tanto que pasa la ira.

26:21 Porque he aquí, que el SEÑOR sale de su lugar, para visitar la maldad del morador de la tierra contra él; y la tierra descubrirá su sangre, y no encubrirá más sus muertos.

 ISAÍAS

27:1 ¶ En aquel día el SEÑOR visitará con su espada dura, grande y fuerte, sobre el leviatán, serpiente huidora, y sobre el leviatán serpiente retuerta; y matará al dragón que está  en el mar.

27:2 En aquel día cantad de la viña del vino rojo.

27:3 Yo, el SEÑOR, la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que el enemigo  no la visite.

27:4 No hay en mí enojo. ¿Quién pondrá contra mí en batalla espinas y cardos? Yo los hollaré, los quemaré juntamente.

27:5 ¿O quién  forzará mi fortaleza? Haga conmigo paz, sí, haga paz conmigo.

27:6 Días  vendrán cuando Jacob echará raíces, florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo se llenará de fruto.

27:7 ¶ ¿Acaso ha sido herido como quien lo hirió? ¿O ha sido muerto como los que lo mataron?

27:8 Con medida la castigarás en sus vástagos. El reprime su recio viento en el día del aire  solano.

27:9 Por tanto, de esta manera pues, será purgada la iniquidad de Jacob; y éste será  todo el fruto, la remoción de su pecado; cuando tornare todas las piedras del altar, como piedras de cal desmenuzadas, para que no se  levanten los bosques, ni las imágenes del sol.

27:10 De otra manera la ciudad fortalecida será  asolada; la morada será desamparada, y dejada como un  desierto; allí se apacentará el becerro, allí tendrá su majada, y acabará sus ramas.

27:11 Cuando sus ramas se secaren, serán quebradas, mujeres vendrán a encenderla; porque aquél no es pueblo de entendimiento. Por tanto su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.

27:12 Y acontecerá en aquel día, que herirá el SEÑOR desde el álveo del río Eufrates  hasta el río de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis ayuntados uno a uno.

27:13 Acontecerá también en aquel día, que habrá tañido con gran voz  de trompeta; y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido echados en tierra de Egipto, y adorarán al SEÑOR en  el Monte santo, en Jerusalén.

 ISAÍAS

28:1 ¶ ¡Ay de la corona de soberbia, de los ebrios de Efraín, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está  sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!

28:2 He aquí, el SEÑOR tiene uno valiente y fuerte que viene  como turbión de granizo, y como  torbellino trastornador; como ímpetu de recias aguas que salen de madre, con fuerza de mano derriba a tierra.

28:3 Con los pies será hollada la corona de soberbia de los borrachos de Efraín;

28:4 y será la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está  sobre la cabeza del valle fértil, como la breva temprana, que viene  primero que los otros frutos del verano, la cual, viéndola el que la  mira, se la traga tan luego como  la tiene a mano.

28:5 En aquel día el SEÑOR de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su pueblo;

28:6 y por espíritu de juicio al que se sentare sobre el trono del  juicio, y por fortaleza a los que harán tornar la batalla hasta la puerta.

28:7 Mas también éstos erraron con el vino; y con la sidra se entontecieron. El sacerdote y el profeta, erraron con la sidra, fueron trastornados del vino, se aturdieron con la sidra, erraron en la visión, tropezaron en el juicio.

28:8 Porque todas las mesas están llenas de vómito y suciedad, hasta no haber  lugar.

28:9 ¶ ¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? A los quitados de la leche. A los destetados de los pechos.

28:10 Porque mandamiento tras mandamiento, mandamiento sobre mandamiento, renglón tras renglón, renglón tras renglón; un  poquito allí, otro  poquito allá;

28:11 porque en lengua de tartamudos, y en lengua extraña hablará a este pueblo,

28:12 a los cuales él dijo: Este es  el reposo; con la cual podrán dar reposo al cansado; y éste es  el refrigerio, mas no quisieron oír.

28:13 Pues la palabra del SEÑOR les será, mandamiento tras mandamiento, mandamiento tras mandamiento; renglón tras renglón, renglón tras renglón, un  poquito allí, otro  poquito allá; que vayan y caigan de espaldas,  y se desmenucen, y se enreden, y sean presos.

28:14 ¶ Por tanto, varones burladores, que estáis enseñoreados sobre este pueblo, que está en Jerusalén, oíd la palabra del SEÑOR.

28:15 Porque habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, y con la sepultura; hicimos acuerdo que  cuando pasare el turbión del azote, no llegará a nosotros; porque pusimos nuestra acogida en mentira, y en la falsedad  nos esconderemos;

28:16 por tanto, el Señor DIOS dice así: He aquí que yo fundo en Sion una  piedra, piedra de fortaleza, de esquina, de precio, de cimiento cimentado; el que creyere, no se apresure.

28:17 Y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia. Y granizo barrerá la acogida de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo.

28:18 Y será anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro acuerdo con el sepulcro no será firme; cuando pasare el turbión del azote, seréis de él hollados.

28:19 Luego que comenzare a pasar, él os arrebatará, porque de repente pasará, de día y de noche; y será que el espanto solamente haga entender lo oído.

28:20 Porque la cama es tan  angosta que no basta, y la cubierta estrecha para recoger.

28:21 Porque el SEÑOR se levantará como en el monte Perazim, como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña operación.

28:22 Por tanto, no os burléis ahora, para que no se aprieten más  vuestras ataduras; porque consumación y destrucción sobre toda la tierra he oído del Señor DIOS de los ejércitos.

28:23 ¶ Estad atentos, y oíd mi voz; estad atentos, y oíd mi dicho.

28:24 El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿romperá y quebrará los terrones de la tierra?

28:25 Después que hubiere igualado su superficie, ¿no derramará la neguilla, sembrará el comino, pondrá el trigo por su orden, y la cebada en su señal, y la avena en su término?

28:26 Porque su Dios le enseña para saber juzgar, y le instruye,

28:27 Que la neguilla no se trillará con trillo, ni sobre el comino rodará rueda de carreta; mas que con un  palo se sacude la neguilla, y el comino con una  vara.

28:28 El pan se trilla; mas no siempre lo trillará, ni lo  molerá con la rueda de su carreta; ni lo quebrantará con los dientes de su trillo .

28:29 Aun hasta  esto salió del SEÑOR de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría.

 ISAÍAS

29:1 ¶ ¡Ay de Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid un año a otro, los corderos cesarán.

29:2 Mas yo pondré a Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí como Ariel.

29:3 Porque asentaré campo contra ti en derredor, y te combatiré con ingenios; y levantaré contra ti baluartes.

29:4 Entonces serás humillada; hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá del polvo; y será tu voz de la tierra, como voz  de pitón; y tu habla susurrará desde el polvo.

29:5 Mas la multitud de tus enemigos que vendrán de lejos  será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento.

29:6 Del SEÑOR de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.

29:7 Y será como sueño de visión nocturna la multitud de todos los gentiles que pelearán contra Ariel; y todos los que pelearán contra ella, y sus ingenios; y los que la pondrán en apretura.

29:8 Y será como el que sueña que tiene hambre, y parece que come; mas cuando se despierta, su alma está  vacía; y como  el que sueña que tiene sed, y parece que bebe; mas cuando se despierta, se halla cansado, y su  alma todavía  sedienta; así será la multitud de todos los gentiles que pelearán contra el Monte de Sion.

29:9 ¶ Entonteceos, y entonteced; cegaos, y cegad; embriagaos, y no de vino; titubead, y no de sidra.

29:10 Porque el SEÑOR extendió sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró vuestros ojos; cubrió de sueño  vuestros profetas, y vuestros principales videntes.

29:11 Y es a vosotros toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado.

29:12 Y si se diere el libro al que no sabe leer, y le diga: Lee ahora esto; él dirá, No sé leer.

29:13 Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se me sacrifica, y con sus labios me honra, mas su corazón se  alejó de mí; y su culto con que me honra fue enseñado por mandamiento de hombres;

29:14 por tanto, he aquí que yo volveré a hacer obra  admirable entre  este pueblo con un  milagro espantoso; porque la sabiduría de sus sabios se perderá, y la prudencia de sus prudentes se desvanecerá.

29:15 ¡Ay de los que se esconden del SEÑOR, encubriendo el consejo; y sus obras son en tinieblas, y dicen: ¿Quién nos ve, o quién nos conoce?

29:16 Vuestra subversión ciertamente será como el barro del alfarero. ¿La obra dirá de su hacedor: No me hizo? y ¿dirá el vaso de aquel que lo obró: No entendió?

29:17 ¶ ¿No será tornado de aquí a muy poco tiempo el Líbano en Carmelo campo fertil , y el Carmelo no será estimado por bosque?

29:18 Y en aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad, y de las tinieblas.

29:19 Entonces los humildes crecerán en alegría en el SEÑOR; y los pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.

29:20 Porque el violento será acabado; y el escarnecedor será consumido; serán talados todos los que madrugaban a la iniquidad.

29:21 Los que hacían pecar al hombre en palabra; los que armaban lazo al que reprendía en la puerta; y torcieron lo justo en vanidad.

29:22 Por tanto, el SEÑOR que redimió a Abraham, dice así a la casa de Jacob: No será por ahora confundido Jacob, ni su rostro se pondrá pálido;

29:23 porque verá a sus hijos, obra de mis manos en medio de sí, que santificarán mi nombre; y santificarán al Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel;

29:24 y los errados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina.

 ISAÍAS

30:1 ¶ ¡Ay de los hijos que se apartan, dice el SEÑOR, para hacer consejo, y no de mí, para cubrirse con cobertura, y no por mi Espíritu, añadiendo pecado a pecado!

30:2 Parten para descender en Egipto, y no han preguntado palabra de  mi boca, para fortificarse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en la sombra de Egipto.

30:3 Mas la fortaleza de Faraón se os tornará en vergüenza; y la esperanza en la sombra de Egipto en confusión.

30:4 Cuando estarán sus príncipes en Zoán, y sus embajadores vinieron a Hanes,

30:5 Todos se avergonzarán con el pueblo que  no les aprovechará, ni les ayudará, ni les traerá provecho; antes les será  para vergüenza, y aun para confusión.

30:6 Carga de las bestias del Mediodía. Por tierra de aflicción y de angustia. Leones y leonas en ella. Basilisco y áspide volador, llevado sobre hombros de bestias sus riquezas, y sus tesoros sobre corcovas de camellos, a pueblo  que no les aprovechará.

30:7 Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.

30:8 ¶ Ve, pues, ahora, y escribe esta visión  en una tabla delante de ellos; y asiéntala en un libro, para que quede hasta el postrero día, para siempre, por todos los siglos.

30:9 Que este pueblo es rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley del SEÑOR;

30:10 Que dicen a los que ven: No veáis; y a los profetas: No nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad errores.

30:11 Dejad el camino, apartaos de la senda, haced apartar de nuestra presencia al Santo de Israel.

30:12 Por tanto, el Santo de Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis en violencia, y en iniquidad, y sobre éstas edificasteis,

30:13 por tanto, este pecado os será como pared  abierta que se va a caer, y como  corcova en muro alto, cuya caída viene súbita y repentinamente.

30:14 Y vuestro quebrantamiento, será  como quebrantamiento de vaso de alfarero, que  sin misericordia lo hacen pedazos; ni entre los pedazos se halla un  tiesto para traer fuego del hogar, o para coger agua  de un  pozo.

30:15 Porque así dijo el Señor DIOS, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza; y no quisisteis,

30:16 Mas dijisteis: No, antes huiremos en caballos. Por tanto vosotros  huiréis. Sobre ligeros cabalgaremos; por tanto, serán más ligeros vuestros perseguidores.

30:17 Un millar huirá  a la amenaza de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos ; hasta que quedéis como mástil en la cumbre del monte; y como bandera sobre algún cabezo.

30:18 ¶ Por tanto, el SEÑOR os  esperará para tener misericordia de vosotros, y por tanto será ensalzado teniendo de vosotros misericordia; porque el SEÑOR es  Dios de juicio; bienaventurados todos los que a él esperan.

30:19 Ciertamente el pueblo morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene misericordia tendrá misericordia de ti; al oír la voz de tu clamor te responderá.

30:20 Mas el Señor os dará pan de congoja y agua de angustia; tu lluvia nunca más te será quitada, mas tus ojos verán tu lluvia.

30:21 Entonces tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es  el camino, andad por él; para que no echéis a la mano derecha, y para que no echéis a la mano izquierda.

30:22 Entonces profanarás la cobertura de tus esculturas de plata, y la protección de tu vaciadizo de oro; las apartarás como trapo de  menstruo; ¡Sal fuera! les dirás.

30:23 Entonces dará lluvia a tu sementera, cuando sembrares la tierra; y pan del fruto de la tierra; y será fértil y grueso; y tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en anchas dehesas.

30:24 Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra, comerán grano limpio, el cual será aventado con pala y zaranda.

30:25 Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado subido, habrá  ríos, y  corrientes de aguas, el día de la gran matanza, cuando caerán las torres.

30:26 Y la luz de la luna será como la luz del Sol; y la luz del Sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que soldará el SEÑOR la quebradura de su pueblo, y curará la llaga de su herida.

30:27 ¶ He aquí que el nombre del SEÑOR viene de lejos: su rostro encendido, y grave de sufrir; sus labios llenos de ira; y su lengua, como fuego que consume.

30:28 Y su Espíritu, como arroyo que sale de madre, partirá hasta el cuello, para zarandear a  los gentiles con criba de vanidad; y poner  freno que les  haga errar en las quijadas de los pueblos.

30:29 Vosotros tendréis canción, como en noche en la cual  se celebra Pascua; y alegría de corazón, como el que va con flauta, para venir al Monte del SEÑOR, al Fuerte de Israel.

30:30 Y el SEÑOR hará oír la potencia de su voz; y hará ver el descender de su brazo, con furor de rostro, y llama de fuego consumidor, con dispersión, con avenida, y piedra de granizo.

30:31 Porque Assur, que hirió con palo, con la voz del SEÑOR será quebrantado.

30:32 Y en todo mal  paso habrá báculo, que el SEÑOR hará hincar sobre él con tamboriles y vihuelas; y con fuerza del cielo peleará contra ella.

30:33 Porque Tofet está diputada desde ayer para el rey de Babilonia , también está aparejada; la cual ahondó y ensanchó su hoguera de fuego, y mucha leña. El  soplo del SEÑOR, como arroyo de azufre, que la encienda.

 ISAÍAS

31:1 ¶ ¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda; y confían en caballos; y en carros ponen su esperanza, porque son muchos; y en caballeros, porque son valientes; y no miraron al Santo de Israel, ni buscaron al SEÑOR!

31:2 Mas él también es sabio, para guiar el mal, ni hará mentirosas sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de los malignos, y contra el auxilio de los obradores de iniquidad.

31:3 Y el egipcio hombre es, no Dios; y sus caballos carne, y no espíritu, de manera que al extender el SEÑOR su mano, caerá el ayudador, y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.

31:4 Porque el SEÑOR me dijo a mí de esta manera: Como el león, y el cachorro del león, brama sobre su presa, contra el cual, si se llega cuadrilla de pastores, no temerá por sus voces, ni se acobardará por el tropel de ellos;  así el SEÑOR de los ejércitos descenderá a pelear por el Monte de Sion, y por su collado.

31:5 Como las aves que vuelan, así amparará el SEÑOR de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, pasando, y salvando.

31:6 ¶ Convertíos a aquel contra quien os  habéis profundamente rebelado, oh hijos de Israel.

31:7 Porque en aquel día arrojará el hombre los ídolos de su plata, y los ídolos de su oro, que os hicieron vuestras manos pecadoras.

31:8 Entonces caerá el Assur por espada no de varón; y cuchillo, no de hombre lo consumirá; y huirá de la presencia de la espada, y sus jóvenes desmayarán.

31:9 Y de miedo se pasará a su fortaleza; y sus príncipes tendrán pavor de la bandera, dice el SEÑOR, al cual hay  fuego en Sion, y al cual hay  horno en Jerusalén.

 ISAÍAS

32:1 ¶ He aquí que para justicia reinará un  rey; y príncipes presidirán para juicio.

32:2 Y será aquel Varón como escondedero contra el viento, y como acogida contra el turbión; como riberas de aguas en tierra de  sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa.

32:3 No se cegarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos .

32:4 Y el corazón de los tontos entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos será desenvuelta para hablar claramente.

32:5 El mezquino nunca más será llamado liberal, ni será dicho generoso el avariento.

32:6 Porque el mezquino hablará mezquindades, y su corazón fabricará iniquidad, para hacer la impiedad; y para hablar escarnio contra el SEÑOR; dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.

32:7 Cierto los avaros malas medidas tienen ; él maquina pensamientos para enredar a los simples con palabras cautelosas; y para hablar en juicio contra  el pobre.

32:8 Mas el liberal pensará liberalidades; y por liberalidades subirá.

32:9 ¶ Mujeres reposadas, levantaos; oíd mi voz; mujeres confiadas, escuchad mi razón.

32:10 Días y años tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no acudirá.

32:11 Temblad, oh reposadas; turbaos, oh confiadas. Despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio .

32:12 Sobre los pechos lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.

32:13 Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinas y cardos; y aun sobre todas las casas de placer en la ciudad de alegría.

32:14 Porque los palacios serán desiertos, el estruendo de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada,

32:15 hasta que sobre nosotros sea derramado espíritu de lo alto, y el desierto se torne en campo labrado; y el campo labrado sea estimado por bosque.

32:16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo labrado asentará la justicia.

32:17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de justicia, reposo y seguridad para siempre.

32:18 Y mi pueblo habitará en morada de paz: y en habitaciones seguras, y en refrigerios de reposo.

32:19 Y el granizo, cuando descendiere, será  en los montes; y la ciudad será del todo abatida.

32:20 Dichosos vosotros los que sembráis sobre todas las  aguas; los que aréis con buey y con asno.

 ISAÍAS

33:1 ¶ ¡Ay de ti, el que saqueas, y nunca fuiste saqueado; el que haces deslealtad, y que nadie la hizo contra ti! Cuando acabares de saquear, serás tú también  saqueado; y cuando acabares de hacer deslealtad, se hará también  contra ti.

33:2 Oh SEÑOR, ten misericordia de nosotros, a  ti esperamos; tú que  fuiste fortaleza de su pueblo al principio, sé también nuestra salud en tiempo de la tribulación.

33:3 Los  pueblos huyeron de la voz del estruendo; los  gentiles fueron esparcidos, cuando tú te levantas contra ellos .

33:4 Mas vuestra presa será cogida como  cuando cogen las orugas; correrá sobre ellos como de una a otra parte corren las langostas.

33:5 Será ensalzado el SEÑOR, el cual mora en las alturas; porque  llenó a Sion de juicio y de justicia.

33:6 Y reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y la fuerza de la salvación; el temor del SEÑOR será  su tesoro.

33:7 He aquí, que sus embajadores darán voces afuera, los mensajeros de paz llorarán amargamente.

33:8 Las calzadas serán deshechas; cesaron los caminantes; anuló la alianza, aborreció las ciudades, tuvo en nada los hombres.

33:9 Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón fue tornado como desierto. Basán, y el  Carmelo fueron sacudidos.

33:10 Ahora me levantaré, dice el SEÑOR; ahora seré ensalzado, ahora seré engrandecido.

33:11 Concebisteis hojarascas, daréis a luz aristas; el soplo de vuestro fuego os consumirá.

33:12 Y los pueblos serán como  cal quemada, como  espinas cortadas serán quemadas con fuego.

33:13 ¶ Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los  cercanos, conoced mi potencia.

33:14 Los pecadores se asombraron en Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas?

33:15 El que camina en justicia, el que habla rectitud, el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos de recibir cohecho; el que tapa su oreja, por no oír sangre; el que aprieta sus ojos, por no ver cosa mala;

33:16 éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será  su lugar de acogimiento; a éste  se dará su pan, y sus aguas serán ciertas.

33:17 Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.

33:18 Tu corazón imaginará el espanto, y dirá : ¿Qué es del escriba? ¿Qué es del pesador del tributo ? ¿Qué es del que pone en lista las casas más insignes?

33:19 No verás a  aquel pueblo espantable, pueblo de lengua oscura de entender, de lengua tartamuda, que no lo comprendas.

33:20 Verás a Sion, ciudad de nuestras solemnidades; tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud; tienda que no será desarmada, ni sus estacas serán arrancadas, ni ninguna de sus cuerdas será rota.

33:21 Porque ciertamente allí será  fuerte a nosotros el SEÑOR, lugar de riberas, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera, ni por él pasará gran navío.

33:22 Porque el SEÑOR será  nuestro juez, el SEÑOR será  nuestro dador de leyes, el SEÑOR será nuestro rey, él mismo nos salvará.

33:23 Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron su mástil, ni entesaron la vela; se repartirá presa de muchos despojos; hasta  los cojos arrebatarán presa.

33:24 No dirá el morador: Estoy enfermo; el pueblo que morare en ella, será  absuelto de pecado.

 ISAÍAS

34:1 ¶ Gentiles, allegaos a oír, y escuchad, pueblos. Oiga la tierra y lo que la llene; el mundo y todo lo que él  produce.

34:2 Porque el SEÑOR está airado sobre todos los gentiles, y enojado sobre todo el ejército de ellos; los destruirá y los entregará al matadero.

34:3 Y los muertos de ellos serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se desleirán por la multitud de  su sangre.

34:4 Y toda la compostura de los cielos se corromperá, y se plegarán los cielos como un libro; y todo su ejército caerá, como se cae la hoja de la parra, y como se cae la de la higuera.

34:5 Porque en los cielos se embriagará mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y sobre el pueblo de mi anatema.

34:6 Llena está de sangre la espada del SEÑOR, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y de cabritos, de grosura de riñones de carneros; porque el SEÑOR tiene sacrificio en Bosra, y grande matanza en tierra de Edom.

34:7 Y con ellos vendrán abajo unicornios, y toros con becerros; y su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se engrasará de grosura.

34:8 Porque será  día de venganza del SEÑOR, año de pagamentos en el pleito de Sion.

34:9 ¶ Y sus arroyos se tornarán en brea; y su polvo en azufre; y su tierra en brea ardiente.

34:10 No se apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo; de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará nadie por ella.

34:11 Y la poseerán el pelícano y el mochuelo, la lechuza y el cuervo morarán en ella; y se extenderá sobre ella cordel de confusión, y niveles de desolación.

34:12 Llamarán a sus príncipes, príncipes sin reino; y todos sus grandes serán nada.

34:13 En sus alcázares crecerán espinas, y ortigas; y cardos, en sus fortalezas; y serán morada de dragones, patio para los pollos de los avestruces.

34:14 Y las bestias monteses se encontrarán con los gatos cervales, y el sátiro gritará a su compañero; la lamía también tendrá allí asiento, y hallará para sí reposo.

34:15 Allí anidará el cuclillo, conservará sus huevos , y sacará sus pollos, y los juntará debajo de sus alas. También se ayuntarán allí buitres, cada uno con su compañera.

34:16 Preguntad de lo que está escrito  en el libro del SEÑOR, y leed, si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó y su mismo Espíritu los ayuntó.

34:17 Y él les echó las suertes, y su mano les repartió con cordel; por tanto para siempre la tendrán por heredad; de generación en generación morarán allí.

 ISAÍAS

35:1 ¶ Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará, y florecerá como lirio.

35:2 Florecerá profusamente, y también alabará y cantará con júbilo; la honra del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria del SEÑOR, la hermosura del Dios nuestro.

35:3 Confortad las manos cansadas, esforzad las rodillas que titubean.

35:4 Decid a los medrosos de corazón: Confortaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con venganza, con pago, el mismo Dios vendrá, y os salvará.

35:5 ¶ Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos; y los oídos de los sordos se abrirán.

35:6 Entonces el cojo saltará como un  ciervo; y alabará la lengua del mudo; porque aguas serán cavadas en el desierto, y arroyos en la soledad.

35:7 El lugar seco será tornado  en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas; en la habitación de dragones, en su cama, será  lugar de cañas y de juncos.

35:8 Y habrá allí camino y calzada, y se llamará Camino de Santidad; no pasará por él hombre  inmundo; y habrá  para ellos en él quien los acompañe, de tal manera que los insensatos no yerren.

35:9 No habrá allí león, ni bestia fiera subirá por él, ni allí se hallará; para que puedan caminar los redimidos.

35:10 Y los redimidos del SEÑOR volverán, y vendrán a Sion con cánticos; y gozo perpetuo será  sobre sus cabezas; y retendrán el gozo, y la alegría, y huirán la tristeza y el gemido.

 ISAÍAS

36:1 ¶ Aconteció en el año catorce del rey Ezequías, que Sennaquerib rey de Asiria subió contra todas las ciudades fuertes de Judá, y las tomó.

36:2 Y el rey de Asiria envió a Rabsaces con gran ejército desde Laquis a Jerusalén al rey Ezequías; y asentó el campo a los caños de la pesquera de arriba, en el camino de la heredad del Lavador.

36:3 Y salió a él Eliacim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna, escriba, y Joa hijo de Asaf, canciller.

36:4 A los cuales dijo Rabsaces: Ahora pues, diréis a Ezequías: El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es ésta en que confías?

36:5 Digo, alegas tú, (empero palabras vanas) que tengo consejo y fortaleza para la guerra. Ahora bien, ¿en quién confías que te  rebelas contra mí?

36:6 He aquí que confías en este bordón de caña frágil, en Egipto, sobre el cual si alguien se apoyare, entrarásele por la mano, y se la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían.

36:7 Y si me dijeres: En el SEÑOR nuestro Dios confiamos, ¿no es éste aquel cuyos altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis?

36:8 Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor; y yo te daré dos mil caballos, si pudieres tú dar caballeros que cabalguen sobre ellos.

36:9 ¿Cómo, pues, harás volver el rostro de un capitán de los más pequeños siervos de mi Señor, aunque estés confiado en Egipto por sus carros y hombres de a caballo?

36:10 ¿Y por ventura vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin el SEÑOR? El SEÑOR me dijo: Sube a esta tierra para destruirla.

36:11 ¶ Entonces dijo Eliacim, y Sebna y Joa a Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en lengua de Asiria, porque nosotros la entendemos; y no hables con nosotros en lengua judaica, oyéndolo el pueblo que está  sobre  el muro.

36:12 Y dijo Rabsaces: ¿Me envió mi señor a ti y a tu señor, a que dijese estas palabras, o a los hombres, que están sobre el muro para comer su estiércol, y beber su orina con vosotros?

36:13 Y se paró Rabsaces, y gritó a gran voz en lengua judaica, diciendo: Oíd las palabras del gran rey, el rey de Asiria.

36:14 El rey dice así: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar.

36:15 Ni os haga Ezequías confiar en el SEÑOR, diciendo: Ciertamente el SEÑOR nos librará; no será entregada esta ciudad en la mano del rey de Asiria.

36:16 No escuchéis a Ezequías, porque el rey de Asiria dice así: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo.

36:17 Hasta que yo  venga, y os lleve a una  tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas.

36:18 Mirad no os engañe Ezequías diciendo: El SEÑOR nos librará. ¿Libraron los dioses de los gentiles cada uno a su tierra de la mano del rey de Asiria?

36:19 ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim? ¿Libraron a Samaria de mi mano?

36:20 ¿Qué dios hay entre todos los dioses de estas tierras, que haya librado su tierra de mi mano, para que el SEÑOR libre de mi mano a Jerusalén?

36:21 Mas  callaron, y no le respondieron palabra, porque el Rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis.

36:22 Entonces  Eliacim hijo de Hilcías mayordomo, y Sebna escriba, y Joa hijo de Asaf canciller, vinieron a Ezequías rotos sus vestidos; y le contaron las palabras de Rabsaces.

 ISAÍAS

37:1 ¶ Aconteció, pues, que el rey Ezequías, al oír esto, rasgó sus vestidos, y cubierto de cilicio vino a la Casa del SEÑOR.

37:2 Y envió a Eliacim mayordomo, y a Sebna escriba, y a los Ancianos de los Sacerdotes, cubiertos de cilicio, a Isaías profeta, hijo de Amoz.

37:3 Los cuales le dijeron: Ezequías dice así: Día de angustia, de reprensión y de blasfemia, es este día; porque los hijos han llegado hasta la rotura del agua , y no hay fuerza en la que da a luz.

37:4 Quizá oirá el SEÑOR tu Dios las palabras de Rabsaces, al cual envió el rey de Asiria su señor a blasfemar al Dios vivo, y a reprender con las palabras, que oyó el SEÑOR tu Dios; alza pues, oración tú por el remanente que aún  ha quedado.

37:5 Vinieron, pues, los siervos de Ezequías a Isaías.

37:6 Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro Señor: Así dice el SEÑOR: No temas por las palabras, que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria.

37:7 He aquí, que yo doy en él un  espíritu, y oirá un  rumor, y se volverá a su tierra; y yo haré, que en su tierra caiga a espada.

37:8 ¶ Vuelto pues Rabsaces halló al rey de Asiria, que combatía contra Libna; porque ya había oído que se había apartado de Laquis.

37:9 Mas oyendo decir de Tirhaca rey de Etiopía: He aquí que ha salido para hacerte guerra; al oírlo, envió mensajeros a Ezequías, diciendo:

37:10 Diréis así a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios, en quien tú confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria.

37:11 He aquí, que tú oíste lo que hicieron los reyes de Asiria a todas las tierras, como las destruyeron; ¿y escaparás tú?

37:12 ¿Libraron los dioses de los gentiles a los que destruyeron mis antepasados, a Gozán, y Harán, Rezef, y a los hijos de Edén que moraban  en Telasar?

37:13 ¿Dónde está el rey de Hamat, y el rey de Arfad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, de Hena, y de Iva?

37:14 Y tomó Ezequías las cartas de mano de los mensajeros, y las leyó; y subió a la Casa del SEÑOR, y las extendió delante del SEÑOR.

37:15 Entonces Ezequías oró al SEÑOR, diciendo:

37:16 El SEÑOR de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo Tú eres  Dios sobre todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra.

37:17 Inclina, oh SEÑOR, tu oído, y oye; abre, oh SEÑOR, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Sennaquerib, el cual ha enviado sus mensajeros  a blasfemar al Dios viviente.

37:18 Ciertamente, oh SEÑOR, los reyes de Asiria destruyeron todas las tierras, y sus comarcas;

37:19 y a los dioses de ellos pusieron en fuego, porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, madera y piedra; por eso los deshicieron.

37:20 Ahora pues, SEÑOR Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan, que sólo tú, oh SEÑOR, eres Dios .

37:21 ¶ Entonces Isaías hijo de Amoz, envió a decir a Ezequías: El SEÑOR Dios de Israel dice así: Acerca de lo que me rogaste sobre Sennaquerib rey de Asiria,

37:22 esto es lo que el SEÑOR habló de él: ¿Te ha menospreciado? Ha hecho escarnio de ti oh virgen hija de Sion? ¿Meneó su cabeza a tus espaldas oh hija de Jerusalén?

37:23 ¿A quién injuriaste, y a quién blasfemaste? ¿Contra quién has alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el Santo de Israel.

37:24 Por mano de tus siervos vituperaste al Señor, y dijiste: Yo con la multitud de mis carros subiré a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus hayas escogidas; vendré después a lo alto  de su límite, al monte de su Carmelo.

37:25 Yo cavé, y bebí las aguas; y con las pisadas de mis pies secaré todos los ríos de sustento.

37:26 ¿No has oído decir, que de hace mucho tiempo yo la hice; que de días antiguos yo la formé? Ahora la he hecho venir, y será para destrucción de ciudades fuertes en montones de asolamiento.

37:27 Y sus moradores, cortos de manos, quebrantados y avergonzados, serán como  grama del campo y hortaliza verde; como hierba de los tejados, que antes de madurar se seca.

37:28 He entendido tu estado, tu salida y tu entrada: y tu furor contra mí.

37:29 Porque contra mí te airaste, y tu estruendo ha subido a mis oídos. Pondré, pues, mi anzuelo en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré tornar por el camino por donde viniste.

37:30 Y esto te será por señal: Comerás este  año lo que nace de suyo, y el año segundo también  lo que nace de suyo; y el año tercero sembraréis, y segaréis, y plantaréis viñas, y comeréis su fruto.

37:31 Y lo que hubiere escapado de la casa de Judá, tornará a echar raíz abajo, y hará fruto arriba.

37:32 Porque de Jerusalén saldrá remanente, y del Monte de Sion escapadura; el celo del SEÑOR de los ejércitos hará esto.

37:33 Por tanto, así dice el SEÑOR acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni echará saeta en ella; no vendrá delante de ella escudo, ni será echado sobre ella baluarte.

37:34 Por el camino que vino, se tornará; y no entrará en esta ciudad, dice el SEÑOR:

37:35 Y yo ampararé a esta ciudad para salvarla por amor de mí, y por amor de David mi siervo.

37:36 Y salió el Angel del SEÑOR, y mató ciento ochenta y cinco mil, en el campo de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era  cuerpos de muertos.

37:37 Entonces Sennaquerib rey de Asiria partiéndose se fue, y se tornó, e hizo su morada en Nínive.

37:38 Y acaeció, que estando orando en el templo de Nisroc su dios, Adramelec y Sarezer, sus hijos, le hirieron a espada; y huyeron a la tierra de Ararat; y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo.

 ISAÍAS

38:1 ¶ En aquellos días cayó Ezequías enfermo para morir; y vino a él Isaías Profeta, hijo de Amoz, y le dijo: El SEÑOR dice así: Ordena tu casa, porque tú morirás, y no vivirás.

38:2 Entonces volvió Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración al SEÑOR.

38:3 Y dijo: Oh SEÑOR, te ruego te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón; y que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con gran lloro.

38:4 Entonces vino palabra del SEÑOR a Isaías, diciendo:

38:5 Ve, y di a Ezequías: El SEÑOR Dios de David tu padre dice así: Tu oración he oído, y tus lágrimas he visto; he aquí que yo añado a tus días quince años.

38:6 Y te libraré, y a esta ciudad, de mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé.

38:7 Y esto te será  señal de parte  del SEÑOR, que el SEÑOR hará esto, que ha dicho:

38:8 He aquí, que yo vuelvo atrás la sombra de los grados, que ha descendido en el reloj de Acaz por el Sol, diez grados. Y el Sol fue tornado diez grados atrás, por los cuales había ya descendido.

38:9 ¶ Escritura de Ezequías rey de Judá, de cuando enfermó y sanó de su enfermedad.

38:10 Yo dije: En el cortamiento de mis días iré a las puertas de la sepultura, privado soy del resto de mis años.

38:11 Dije: No veré a JAH, a JAH en la tierra de los que viven; ya no veré más hombre con los moradores del mundo.

38:12 Mi morada ha sido movida, y traspasada de mí, como tienda de pastor, cortó mi vida como el tejedor; me ha cortado con la enfermedad; entre el día y la noche me consumirás.

38:13 Contaba yo hasta la mañana. Como un león molió todos mis huesos; de la mañana a la noche me acabarás.

38:14 Como la grulla, y como la golondrina me quejaba; gemía como la paloma; alzaba en lo alto mis ojos: Señor, violencia padezco; confórtame.

38:15 ¿Qué diré? El que me lo dijo, él mismo lo hizo. Andaré temblando con amargura de mi alma todos los años de mi vida.

38:16 Señor, aun a todos los que vivirán, en estos quince años anunciaré  la vida de mi espíritu en ellos; y cómo me hiciste dormir, y después  me has dado vida.

38:17 He aquí, amargura amarga para mí en la paz; mas a ti te alegró librar  mi vida del hoyo de corrupción, porque echaste tras tus espaldas todos mis pecados.

38:18 Porque el sepulcro no te confesará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden en el hoyo esperarán tu verdad.

38:19 El que vive, el que vive, éste te confesará, como yo hoy. El padre hará a los hijos notoria tu verdad.

38:20 El SEÑOR está listo  para salvarme; por tanto cantaremos nuestros Salmos en la Casa del SEÑOR todos los días de nuestra vida.

38:21 Dijo pues Isaías: Tomen masa de higos, y pónganla en la llaga, y sanará.

38:22 Y Ezequías había dicho ¿Qué señal será  que tengo de subir a la Casa del SEÑOR?

 ISAÍAS

39:1 ¶ En aquel tiempo Merodac-baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió cartas y presentes a Ezequías; porque había oído que había estado enfermo, y que había convalecido.

39:2 Y se regocijó con ellos Ezequías, y les enseñó la casa de su tesoro: plata, y oro, y especierías, y ungüentos preciosos, y toda su casa de armas; y todo lo que se pudo hallar en sus tesoros; no hubo cosa en su casa y en todo  su señorío, que Ezequías no les mostrase.

39:3 Entonces Isaías profeta vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dicen estos hombres, y de dónde han venido a ti? Y Ezequías respondió: De tierra muy lejos han venido a mí, de Babilonia.

39:4 Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu casa? Y dijo Ezequías: Todo lo que hay en mi casa han visto; y ninguna cosa hay en mis tesoros, que no les haya mostrado.

39:5 ¶ Entonces dijo Isaías a Ezequías: Oye palabra del SEÑOR de los ejércitos:

39:6 He aquí, que vienen días, en que todo lo que hay en tu casa, sea llevado a Babilonia, y todo lo que tus padres han guardado hasta hoy; ninguna cosa quedará, dice el SEÑOR.

39:7 De tus hijos, que hubieren salido de ti, y que engendraste, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia.

39:8 Y dijo Ezequías a Isaías: La palabra del SEÑOR, que has hablado, es buena. Y dijo: A lo menos, haya paz y verdad en mis días.

 ISAÍAS

40:1 ¶ Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios.

40:2 Hablad según el corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido; que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano del SEÑOR por todos sus pecados.

40:3 ¶ Voz que clama en el desierto; barred camino al SEÑOR, enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

40:4 Todo valle sea alzado, y todo monte y collado bájese; y lo torcido se enderece; y lo áspero se allane.

40:5 Y la gloria del SEÑOR se manifestará; y toda carne juntamente la  verá; porque la boca del SEÑOR habló.

40:6 Voz que decía: Da voces. Y yo  respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Toda carne es  hierba, y toda su piedad como flor del campo.

40:7 La hierba se seca, y la flor se cae; porque el Espíritu del SEÑOR sopló en ella. Ciertamente hierba es  el pueblo.

40:8 Se seca la hierba, se cae la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.

40:9 ¶ Súbete sobre un monte alto, oh Sion anunciadora; levanta fuertemente tu voz anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas. Di a las ciudades de Judá: ¡Veis aquí el Dios vuestro!

40:10 He aquí, que el Señor DIOS vendrá con fortaleza; y su brazo se enseñoreará. He aquí que su salario viene  con él, y su obra delante de su rostro.

40:11 Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo cogerá los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente , las paridas.

40:12 ¶ ¿Quién midió las aguas con su puño; y aderezó los cielos con su palmo; y con tres dedos apañó el polvo de la tierra; y pesó los montes con balanza, y los collados con peso?

40:13 ¿Quién enseñó al Espíritu del SEÑOR, o le aconsejó enseñándole?

40:14 ¿A quién demandó consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda de la  prudencia?

40:15 He aquí que las naciones son estimadas como la gota de un  acetre; y como el orín del peso; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo.

40:16 Ni todo el Líbano bastará para el fuego; ni todos sus animales para el sacrificio.

40:17 Como nada son  todos los gentiles delante de él; y en su comparación serán estimadas en vanidad y en  menos que nada.

40:18 ¶ ¿A qué, pues, haréis semejante a Dios, o qué imágen le compondréis?

40:19 El artífice apareja la imagen de talla; el platero le extiende el oro, y el platero le funde  cadenas de plata.

40:20 El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no se corrompa, se busca un maestro sabio, que le haga una  imagen de talla de manera  que no se mueva.

40:21 ¿No sabéis? ¿No habéis oído? ¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido enseñados desde que la tierra se fundó?

40:22 El está sentado sobre el globo de la tierra, cuyos moradores le  son como langostas; él extiende los cielos como una  cortina, los despliega como una  tienda para morar;

40:23 el torna en nada a  los poderosos, y a los que gobiernan la tierra hace como que no hubieran sido.

40:24 Como si nunca fueran plantados, como si nunca fueran sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la tierra; y aun soplando en ellos se secan, y el torbellino los lleva como hojarasca.

40:25 ¿Y a qué, me haréis semejante, para que me comparéis? Dice el Santo.

40:26 Levantad en alto vuestros ojos y mirad quién creó estas cosas: él saca por cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará por la multitud de sus fuerzas, y por la fortaleza de su fuerza.

40:27 ¶ ¿Por qué dices, oh  Jacob, y hablas , Israel: Mi camino está escondido del SEÑOR, y de mi Dios pasó mi juicio?

40:28 ¿No has sabido? ¿No has oído que el Dios del siglo es el SEÑOR, el cual creó los términos de la tierra? No se trabaja, ni se fatiga con cansancio; y su entendimiento no hay quien lo alcance.

40:29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

40:30 Los jóvenes se fatigan, y se cansan; los niños flaquean y caen;

40:31 pero los que esperan al SEÑOR tendrán nuevas fuerzas; levantarán las alas, como las  águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.

 ISAÍAS

41:1 ¶ Escuchadme, islas, y esfuércense los pueblos; alléguense, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio.

41:2 ¿Quién despertó del oriente la justicia, y lo llamó para que le siguiese? Entregó delante de él gentiles, y le hizo enseñorear de reyes; como polvo los entregó a su espada, y como hojarasca arrebatada a su arco.

41:3 Los siguió, pasó en paz por camino por donde sus pies nunca habían entrado.

41:4 ¿Quién obró e hizo? ¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo, el SEÑOR, primero, y yo mismo con los postreros.

41:5 Las islas vieron, y tuvieron temor; los términos de la tierra se espantaron; se congregaron, y vinieron.

41:6 Cada cual ayudó a su cercano, y a su hermano dijo: Esfuérzate.

41:7 El carpintero animó al platero; y el que alisa con martillo al que batía en el yunque, diciendo: Buena es la soldadura. Y lo afirmó con clavos, para que no se moviese.

41:8 Mas tú, Israel, siervo mío, Jacob, a quien yo escogí; simiente de Abraham mi amigo.

41:9 Porque te eché mano de los extremos de la tierra, y de sus mojones te llamé, y te dije: Mi siervo serás  tú, te escogí, y no te deseché.

41:10 ¶ No temas, que yo soy  contigo; no desmayes, que yo soy  tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.

41:11 He aquí que todos los que se enojan contra ti, se avergonzarán y serán confusos; serán como nada; perecerán, los que contienden contigo.

41:12 Mirarás por ellos, y no los hallarás. Los que tienen contienda contigo, serán como nada; y los que contigo tienen pendencia, como cosa que no es.

41:13 Porque yo, el SEÑOR, soy  tu Dios, que te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudaré.

41:14 No temas, gusano de Jacob, muertos de Israel; yo te socorreré, dice el SEÑOR, y tu Redentor el Santo de Israel.

41:15 He aquí, que yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás montes y los molerás: y collados tornarás en tamo.

41:16 Los aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino. Pero tú te regocijarás en el SEÑOR, te gloriarás en el Santo de Israel.

41:17 Los pobres y menesterosos buscan las aguas, que no hay ; su lengua se secó de sed; yo, el SEÑOR, los oiré; yo , el Dios de Israel, no los desampararé.

41:18 En los cabezcos  altos abriré ríos, y fuentes en la  mitad de los llanos; tornaré el desierto en estanques de aguas; y en manaderos de aguas la tierra seca.

41:19 Daré en el desierto cedros, espinos, arrayanes, y olivas; pondré en la soledad hayas, olmos, y álamos juntamente;

41:20 para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano del SEÑOR hace esto, y que el Santo de Israel lo crió.

41:21 ¶ Alegad por vuestra causa, dice el SEÑOR; traed vuestros fundamentos, dice el Rey de Jacob.

41:22 Traigan, y anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón; y sepamos su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir.

41:23 Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois  dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos.

41:24 He aquí que vosotros sois  nada, y vuestras obras de vanidad; abominación el que os escogió.

41:25 Del norte desperté, y vino; del nacimiento del Sol llamó en mi nombre; y vino a príncipes Comm sobre  lodo, y como pisa el barro el alfarero.

41:26 Quién lo anunció desde el principio, para que sepamos; y de antes, y diremos: justo. Ciertamente, no hay quién lo anuncie, ciertamente, no hay quién enseñe, ciertamente no hay quién oiga vuestras palabras.

41:27 Yo soy  el primero que he enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén di la nueva.

41:28 Miré, y no había  ninguno; y pregunté  de estas cosas, y ningún consejero hubo ; les pregunté, y no respondieron palabra.

41:29 He aquí, todos son  vanidad; y las obras de ellos nada. Viento y confusión son sus vaciadizos.

 ISAÍAS

42:1 ¶ He aquí mi siervo, me reclinaré sobre él; escogido mío, en quien  mi alma toma contentamiento; puse mi Espíritu sobre él, dará juicio a los gentiles.

42:2 No clamará, ni alzará, ni hará oír su voz en las plazas.

42:3 No acabará de quebrar la caña cascada, ni apagará el pábilo que humeare; sacará el juicio a verdad.

42:4 No se cansará, ni desmayará, hasta que ponga en la tierra juicio, y las islas esperarán su ley.

42:5 ¶ Así dice el SEÑOR Dios, el Creador de los cielos, y el que los extiende; el que extiende la tierra y sus verduras; el que da resuello al pueblo que mora  sobre ella, y espíritu a los que por ella andan:

42:6 Yo, el SEÑOR, te llamé en justicia, y por tu mano te tendré; te guardaré y te pondré por alianza del pueblo, por luz de los  gentiles;

42:7 Para que abras los  ojos de los  ciegos; para que saques de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los  asentados en tinieblas.

42:8 Yo soy  el SEÑOR. Este es mi nombre; y a otro no daré mi gloria, ni mi alabanza a esculturas.

42:9 Las cosas primeras he aquí vinieron, y yo anuncio nuevas cosas, antes que salgan a luz, yo os las haré notorias.

42:10 Cantad al SEÑOR un nuevo cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis al mar, y cuanto hay en él, las  islas y los moradores de ellas.

42:11 Alcen la voz  el desierto y sus ciudades, las aldeas donde  habita Cedar; canten los moradores de la Piedra, y desde las cumbres de los montes jubilen.

42:12 Den gloria al SEÑOR, y prediquen sus loores en las islas.

42:13 ¶ El SEÑOR saldrá como gigante, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará, y se esforzará sobre sus enemigos.

42:14 Desde el siglo he callado, he tenido silencio, y me he detenido; daré voces, como mujer que está de parto; asolaré y devoraré juntamente.

42:15 Tornaré en soledad montes y collados; haré secar toda su hierba; los ríos tornaré en islas, y secaré los estanques.

42:16 Y guiaré a  los ciegos por camino, que nunca supieron, les haré pisar por las sendas que nunca conocieron; delante de ellos tornaré las tinieblas en luz, y los rodeos en llanura. Estas cosas les haré, y nunca los  desampararé.

42:17 Serán tornados atrás, y serán avergonzados de vergüenza, los que confían en la escultura; y dicen al vaciadizo: Vosotros sois  nuestros dioses.

42:18 ¶ Oh sordos, oíd; y ciegos, mirad para ver.

42:19 ¿Quién es  ciego, sino mi siervo? ¿Quién tan  sordo, como mi mensajero, a quién envío? ¿Quién es  ciego como el perfecto, y ciego como el siervo del SEÑOR,

42:20 que ve muchas cosas y no advierte, que abre los oídos y no oye?

42:21 El SEÑOR celoso por su justicia, magnificará la ley y la engrandecerá.

42:22 Por tanto éste es  pueblo saqueado y hollado; todos ellos han de ser enlazados en cavernas, y escondidos en cárceles. Serán puestos a despojo, y no habrá  quien los  libre; serán  hollados, y no  habrá  quien diga: Restituid.

42:23 ¿Quién de vosotros oirá esto? ¿Advertirá y considerará respecto al porvenir?

42:24 ¿Quién dio a Jacob en presa, y entregó a Israel a saqueadores? ¿No fue el SEÑOR? Porque pecamos contra él, y no quisieron andar en sus caminos, ni oyeron su Ley.

42:25 Por tanto, derramó sobre él el furor de su ira, y fortaleza de guerra; le puso fuego de todas partes, y se descuidó; y encendió en él, y no echó de ver.

 ISAÍAS

43:1 ¶ Y ahora, así dice el SEÑOR Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo  te redimí; yo  te puse nombre, mío eres  tú.

43:2 Cuando pasares por las aguas, yo  seré contigo; y en los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

43:3 Porque yo soy  el SEÑOR, Dios tuyo, el  Santo de Israel, guardador tuyo. A Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.

43:4 Porque en mis ojos fuiste de gran estima, fuiste digno de honra, y yo te amé.

43:5 No temas, porque yo soy  contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré.

43:6 Diré al aquilón: Da acá, y al mediodía: No detengas. Trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los términos de la tierra,

43:7 Todos los  llamados de mi nombre; y para gloria mía los críe; los formé y los hice:

43:8 ¶ Sacad al pueblo ciego que tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos.

43:9 Congréguense a una todos los gentiles, y júntense todos los  pueblos. ¿Quién de ellos hay, que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las cosas primeras? Presenten sus testigos, y serán sentenciados por justos;  oigan, y digan: Verdad.

43:10 Vosotros sois  mis testigos, dice el SEÑOR, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis, que yo mismo soy ; antes de mí no fue formado Dios, ni lo será después de mí.

43:11 Yo, yo soy  el SEÑOR; y fuera de mí no hay quien salve.

43:12 Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo  entre vosotros extraño. Vosotros pues sois  mis testigos, dice el SEÑOR, que yo soy  Dios.

43:13 Aun antes que hubiera  día, yo era; y no hay  quien de mi mano escape; si yo  hiciere, ¿quién lo estorbará?

43:14 ¶ Así dice el SEÑOR, Redentor vuestro, el  Santo de Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender fugitivos a  todos ellos; y clamor de caldeos en las naves.

43:15 Yo soy  el SEÑOR, Santo vuestro, Criador de Israel, vuestro Rey.

43:16 Así dice el SEÑOR, el que da camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas;

43:17 cuando  él saca, carro, y caballo, ejército, y fuerza caen juntamente, para no levantarse; quedan apagados, como pábilo quedan apagados.

43:18 No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.

43:19 He aquí que yo hago cosa nueva; presto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez pondré camino en el desierto, y ríos en la soledad.

43:20 La bestia del campo me honrará, los dragones, y los pollos del avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido.

43:21 Este pueblo crié para mí; mis alabanzas contará.

43:22 ¶ Y no me invocaste a mí, oh Jacob, antes de mí te cansaste, oh Israel.

43:23 No me trajiste a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste con tus sacrificios; no te hice servir con presente, ni te hice fatigar con perfume.

43:24 No compraste para mí caña aromática  por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios; antes me hiciste servir en tus pecados, y en tus maldades me hiciste fatigar.

43:25 Yo, yo soy el que arraigo tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados.

43:26 Hazme acordar, entremos en juicio juntamente; cuenta tú para abonarte.

43:27 Tu primer padre pecó, y tus enseñadores prevaricaron contra mí.

43:28 Por tanto, yo profané los príncipes del Santuario, y puse por anatema a Jacob, y a Israel por vergüenza.

 ISAÍAS

44:1 ¶ Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien yo escogí.

44:2 Así dice el SEÑOR, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre: Te ayudaré. No temas, siervo mío Jacob, el Recto a quien yo escogí.

44:3 Porque yo derramaré aguas sobre el sediento, y ríos sobre la tierra árida. Derramaré mi Espíritu sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;

44:4 y brotarán como  entre hierba, como sauces junto a las riberas de las aguas.

44:5 Este dirá: Yo soy  del SEÑOR; el otro se llamará del nombre de Jacob; el otro escribirá con su mano, al SEÑOR, otro  se pondrá por sobrenombre, Israel.

44:6 Así dice el SEÑOR, Rey de Israel, y su Redentor, el SEÑOR de los ejércitos: Yo el primero, y yo el postrero, y fuera de mí no hay  Dios.

44:7 ¿Y quién llamará como yo, y denunciará antes  esto, y lo ordenará por mí, desde que hice el pueblo del mundo? Anúncienles lo que viene de cerca , y lo que está por venir.

44:8 No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde antiguo, y te dije antes lo que estaba por venir ? Luego vosotros sois  mis testigos que no hay  Dios sino yo; y que no hay  Fuerte, que yo  no conozca.

44:9 ¶ Los formadores de escultura, todos ellos son  vanidad, y lo más precioso de ellos para nada es útil; y testigos de ellos, ellos mismos, que ni ven ni entienden; por tanto se avergonzarán.

44:10 ¿Quién formó a Dios? ¿Y quién fundió escultura, que para nada es de provecho?

44:11 He aquí que todos sus compañeros serán avergonzados; porque los mismos artífices son de los hombres. Aunque todos ellos se junten, y estén, se asombrarán, y serán avergonzados a una.

44:12 El herrero tomará  la tenaza, obrará en las ascuas, le dará forma con los martillos, y obrará en ello el brazo de su fortaleza; aunque esté  hambriento, y le falten las fuerzas, no beberá agua, aunque se desmaye.

44:13 El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace a forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para que esté sentado en casa.

44:14 Se cortará cedros, y tomará encina y alcornoque, y se esforzará con los árboles del bosque; plantará pino, que se críe con la lluvia.

44:15 El hombre después se servirá de él para quemar, y tomará de ellos para calentarse; encenderá también el horno , y cocerá panes; hará también un  dios, y lo adorará; fabricará un ídolo, y se arrodillará delante  de él.

44:16 Parte de él quemará en el fuego; con otra  parte de él comerá carne, asará asado, y se saciará. Después se calentará, y dirá, ¡Oh! me he calentado, fuego he visto;

44:17 las sobras de él torna en dios, en su escultura; se humilla delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, que mi dios eres  tú.

44:18 No supieron, ni entendieron, porque untó sus ojos para que no vean; y su corazón, para que no entiendan.

44:19 No torna en sí, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de ello quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan; asé carne, y comí: ¿lo que de él quedó he de tornar en abominación? ¿Delante de un  tronco  de árbol me tengo de humillar?

44:20 La ceniza apacienta; su corazón engañado le inclina, para que no libre su alma, y diga, ¿No está  la mentira a mi mano derecha?

44:21 ¶ Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, que mi siervo eres: Yo te formé, mi siervo eres ; Israel, no me olvides.

44:22 Yo deshice, como nube, tus rebeliones, y tus pecados, como niebla; tórnate a mí, porque yo te redimí.

44:23 Cantad loores, oh cielos, porque el SEÑOR lo  hizo; gritad con júbilo, lugares bajos de la tierra. Prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está ; porque el SEÑOR redimió a Jacob, y en  Israel será glorificado.

44:24 Así dice el SEÑOR, Redentor tuyo, y Formador tuyo desde el vientre: Yo soy  el SEÑOR, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo;

44:25 que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco a los agoreros, que hago tornar atrás los sabios, y desvanezco su sabiduría;

44:26 que despierta la palabra de su siervo, y que cumple el consejo de sus mensajeros; que digo a Jerusalén: Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Serán reedificadas, y sus ruinas levantaré;

44:27 que digo a lo profundo: Sécate, y tus ríos haré secar;

44:28 que llamo a Ciro, mi pastor; y todo lo que yo quiero, cumplirá, diciendo a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado.

 ISAÍAS

45:1 ¶ Así dice el SEÑOR a su Mesías, Ciro, al cual yo tomé por su mano derecha, para sujetar gentiles delante de él, y desatar lomos de reyes. Para abrir delante de él puertas; y las  puertas no se cerrarán:

45:2 Yo iré delante de ti, y los rodeos enderezaré; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos;

45:3 y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy  el SEÑOR, el Dios de Israel, que te pongo nombre.

45:4 Por mi siervo Jacob, y por Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse tu sobrenombre, aunque no me conociste.

45:5 ¶ Yo soy  el SEÑOR, y ninguno más hay ; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste;

45:6 para que se sepa desde el nacimiento del sol, y desde donde se pone, que no hay más que yo. Yo soy  el SEÑOR, y ninguno más que yo.

45:7 Que formo la luz, y creo las tinieblas; que hago la paz y que creo el mal. Yo soy  el SEÑOR, que hago todo esto.

45:8 Desatad, cielos, de arriba, y las nubes derramarán la justicia; ábrase la tierra, y fructifíquense la salud y la justicia; háganse producir juntamente. Yo, el SEÑOR, lo he creado.

45:9 ¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡El tiesto, contra los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces? y tu obra: No tiene  forma.

45:10 ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? Y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?

45:11 ¶ Así dice el SEÑOR, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; inquiridme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.

45:12 Yo hice la tierra, y yo creé sobre ella al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé.

45:13 Yo lo desperté en justicia, y todos sus caminos enderezaré. El edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos no por precio, ni por dones, dice el SEÑOR de los ejércitos.

45:14 Así dice el SEÑOR: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos hombres agigantados, se pasarán a ti, y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; a ti harán reverencia, y a ti suplicarán: diciendo : Cierto, en ti está  Dios, y no hay otro  fuera de Dios.

45:15 Verdaderamente tú eres  Dios, que te encubres; Dios de Israel, que salvas.

45:16 Se avergonzarán, y todos ellos se afrentarán; irán con vergüenza todos los fabricadores de imágenes.

45:17 Israel es salvo en el SEÑOR, salud eterna; no os avergonzaréis, ni os afrentaréis, por todos los siglos.

45:18 Porque así dijo el SEÑOR, que crea los cielos; él mismo, el Dios que forma la tierra, el que la hizo, y la compuso. No la creó para nada; para que fuese habitada la creó: Yo soy  el SEÑOR, y ninguno más que yo  .

45:19 No hablé en escondido, en un lugar oscuro de la tierra. No en balde dije a la generación de Jacob: Buscadme; yo soy  el SEÑOR que hablo justicia, que anuncio rectitud.

45:20 ¶ Reuníos, y venid, allegaos, todos los escapados de los gentiles. No tienen conocimiento los que levantan el madero de su escultura, y los que ruegan al dios, que no salva.

45:21 Publicad, y haced llegar, y entren todos en consulta. ¿Quién hizo oír esto desde el principio, y  desde entonces lo tiene dicho, sino yo, el SEÑOR? Y no hay  más Dios que yo; Dios justo y Salvador, no hay  más que yo.

45:22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy  Dios, y no hay más.

45:23 Por mí hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, la cual no se tornará; que a mí se doblará toda rodilla, y  jurará toda lengua.

45:24 Y a mí dirá: Cierto en el SEÑOR está  la justicia y la fuerza; hasta él vendrá; y todos los que se enojan contra él, serán avergonzados.

45:25 En el SEÑOR serán justificados y se gloriará toda la generación de Israel.

 ISAÍAS

46:1 ¶ Se postró Bel, se abatió Nebo. Sus imágenes fueron puestas  sobre bestias, y sobre animales de carga , que os llevarán, cargadas de vosotros, carga de cansancio.

46:2 Fueron encorvados, fueron abatidos juntamente; y no pudieron escaparse de la carga; y su alma tuvo que ir en cautividad.

46:3 Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de la casa de Israel: los que sois traídos de vientre, los que sois llevados de matriz.

46:4 Y hasta la vejez yo mismo; y hasta las canas, yo os  soportaré. Yo hice, yo llevaré, yo soportaré, y guardaré.

46:5 ¶ ¿A quién me asemejáis, y me igualáis, y me comparáis, para ser semejante?

46:6 Sacan oro de su talegón, y pesan plata con balanzas; alquilan un  platero para hacer un  dios de él; se humillan y adoran.

46:7 Se lo echan sobre los hombros, lo llevan, y lo sientan en su lugar. Allí se está, y no se mueve de su lugar; le dan voces, y tampoco responde, ni libra de la tribulación.

46:8 Acordaos de esto, y tened vergüenza; tornad en vosotros, prevaricadores.

46:9 Acordaos de las cosas pasadas desde el siglo, porque yo soy  Dios, y no hay  más Dios; y nada hay  a mí semejante.

46:10 Que anuncio lo por venir desde el principio: y desde antiguamente, lo que aún no era hecho. Que digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quisiere.

46:11 Que llamo desde el oriente al ave de rapiña , y de tierra lejana al varón de mi consejo. Yo  hablé, por eso lo haré venir; lo  pensé, y también lo haré.

46:12 Oídme duros de corazón, que estáis lejos de la justicia.

46:13 Haré a mi justicia que se acerque, y no se alejará; y mi salud no se detendrá. Y pondré salud en Sion; y mi gloria en Israel.

 ISAÍAS

47:1 ¶ Desciende, y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia; siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos, que nunca más te llamarán tierna, y delicada.

47:2 Toma el molino, y muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre las piernas, pasa los ríos.

47:3 Será descubierta tu vergüenza, y tu deshonor será visto; tomaré venganza, y no ayudaré a hombre.

47:4 Nuestro Redentor, el SEÑOR de los ejércitos es  su nombre, el  Santo de Israel.

47:5 Siéntate, calla, y entra en tinieblas, hija de los caldeos, porque nunca más te llamarán señora de reinos.

47:6 Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad, y los entregué en tu mano; no les hiciste misericordias; sobre el viejo agravaste mucho tu yugo.

47:7 ¶ Y dijiste: Para siempre seré señora. Hasta ahora no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería.

47:8 Oye, pues, ahora esto, delicada, la que está sentada confiadamente, la que dice en su corazón: Yo soy , y fuera de mí no hay  más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad.

47:9 Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo día, orfandad y viudez. En toda su perfección vendrán sobre ti, por la multitud de tus adivinanzas, y por la copia de tus muchos agüeros.

47:10 Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie me ve. Tu sabiduría, y tu misma ciencia te engañó, ya que dijiste en tu corazón: Yo soy , y nadie más.

47:11 Vendrá, pues, sobre ti mal, cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el cual no podrás remediar; y vendrá de repente sobre ti destrucción, la cual tú no conocerás.

47:12 Estate ahora en tus adivinanzas, y en la multitud de tus agüeros, en los cuales te fatigaste desde tu niñez; quizá podrás mejorarte, quizá te fortificarás.

47:13 Te has fatigado en la multitud de tus consejos: aparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los especuladores de las estrellas, los que enseñan los cursos de la luna, de lo que vendrá sobre ti.

47:14 He aquí, que serán como tamo; fuego los quemará; no salvarán sus vidas de la mano de la llama; no quedará  brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten.

47:15 Así te serán aquellos, con quien te fatigaste, tus negociantes desde tu niñez; cada uno echará por su camino, no habrá  quien te salve.

 ISAÍAS

48:1 ¶ Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel, los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el nombre del SEÑOR, y hacen memoria del Dios de Israel no en verdad ni en justicia;

48:2 porque de la santa ciudad se nombran, y en el Dios de Israel confían; su nombre, el SEÑOR de los ejércitos.

48:3 Lo que pasó, ya hace días que lo dije, y de mi boca salió; lo publiqué, lo hice presto, y vino a ser.

48:4 Porque conozco que eres duro, y nervio de hierro tu cerviz, y tu frente de bronce,

48:5 Te lo dije ya hace días, antes que viniese te lo enseñé, para que no dijeses: Mi ídolo lo hizo, mi escultura y mi vaciadizo mandó estas cosas.

48:6 Lo oíste, lo viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, ya te hice oír cosas nuevas y escondidas, que tú no sabías.

48:7 Ahora fueron creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías oído; para que no digas: He aquí que yo lo sabía.

48:8 Ciertamente, nunca lo habías oído, ciertamente nunca lo habías conocido; ciertamente nunca antes se abrió tu oreja. Porque sabía que siendo desleal habías de desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre.

48:9 ¶ Por causa de mi nombre dilataré mi furor; y para alabanza mía te esperaré con paciencia, para no talarte.

48:10 He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.

48:11 Por mí, por mí, lo haré. ¿De otra manera cómo sería profanado? Y mi honra no la daré a otro.

48:12 Oyeme, Jacob, y tú, Israel, llamado mío: Yo mismo, yo el primero, también yo el postrero.

48:13 Ciertamente mi mano fundó la tierra, y mi mano derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, aparecieron juntamente.

48:14 Juntaos todos vosotros, y oíd. ¿Quién hay  entre ellos, que anuncie estas cosas? El SEÑOR lo amó, el cual ejecutará su voluntad sobre Babilonia, y su brazo sobre  los caldeos.

48:15 Yo, yo hablé, y lo llamé, y lo traje; por tanto, será prosperado su camino.

48:16 ¶ Allegaos a mí, oíd esto. Desde el principio no hablé en escondido; desde que la cosa se hizo, estuve allí; y ahora el SEÑOR Dios me envió, y su Espíritu.

48:17 Así dijo el SEÑOR, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy , el SEÑOR Dios tuyo, que te enseña provechosamente; que te encamina por el camino en que andas.

48:18 ¡Deseo que miraras tú a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu justicia como las ondas del mar.

48:19 Fuera, como la arena, tu simiente; y los renuevos de tus entrañas como las pedrezuelas de ella; nunca su nombre fuera cortado, ni raído de mi presencia.

48:20 Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos. Dad nuevas de esto con voz de alegría; publicadlo, llevadlo hasta lo postrero de la tierra. Decid: Redimió el SEÑOR a su siervo Jacob.

48:21 Y no tuvieron sed cuando  los llevó por los desiertos; les hizo correr agua de la piedra; cortó la peña, y corrieron las  aguas.

48:22 No hay  paz para los malos, dijo el SEÑOR.

 ISAÍAS

49:1 ¶ Oídme, islas, y escuchad, pueblos lejanos. El SEÑOR me llamó desde el vientre; desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre en memoria.

49:2 Y puso mi boca como espada aguda, con la sombra de su mano me cubrió; y me puso por saeta limpia, me guardó en su aljaba.

49:3 Y me dijo: Mi siervo eres, oh Israel, que en ti me gloriaré.

49:4 Pero yo dije: Por demás he trabajado; en vano y sin provecho, he consumido mi fortaleza; mas mi juicio está  delante del SEÑOR, y mi recompensa con mi Dios.

49:5 Ahora pues, dice el SEÑOR, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para que se  convierta a él a Jacob. Mas si  Israel no se juntara, con todo, yo sin embargo estimado seré en los ojos del  SEÑOR, y el Dios mío será  mi fortaleza.

49:6 Y dijo: Poco es que tú me seas siervo para despertar las tribus de Jacob, y para que restituyas los asolamientos de Israel; también te di por luz de los gentiles, para que seas mi salud hasta lo postrero de la tierra.

49:7 ¶ Así dijo el SEÑOR, Redentor de Israel, Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de los gentiles, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por el SEÑOR, porque fiel es  el  Santo de Israel, el cual te escogió.

49:8 Así dijo el SEÑOR: En hora de contentamiento te oí, y en el día de salud te ayudé; y te guardaré, y te daré por alianza de pueblo, para que despiertes la tierra, para que heredes asoladas heredades.

49:9 Para que digas a los presos: Salid; y a los que están en tinieblas: Manifestaos. Sobre los caminos serán apacentados, y en todas las cumbres serán  sus pastos.

49:10 Nunca tendrán hambre, ni sed; ni el calor los afligirá, ni el sol; porque el que tiene de ellos misericordia, los guiará, y en manaderos de aguas los pastoreará.

49:11 Y tornaré en  camino todos mis montes; y mis calzadas serán levantadas.

49:12 He aquí, éstos vendrán de lejos; y he aquí, éstos del norte y del occidente; y éstos de la tierra del mediodía.

49:13 ¶ Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque el SEÑOR ha consolado su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.

49:14 Mas Sion dijo: Me dejó el SEÑOR, y el Señor se olvidó de mí.

49:15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque se olviden ellas, yo no me olvidaré de ti.

49:16 He aquí que en las palmas te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.

49:17 Tus edificadores vendrán aprisa; tus destruidores, y tus asoladores saldrán de ti.

49:18 ¶ Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se han ayuntado, han venido a ti. Vivo yo, dice el SEÑOR, que de todos, como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás ceñida como novia.

49:19 Porque tus asolamientos, y tus destrucciones, y tu tierra desierta, ahora será angosta por la multitud de los moradores; y tus destruidores serán apartados lejos.

49:20 Aun los hijos de tu orfandad dirán a tus oídos: Angosto es para mí este lugar; apártate por amor de mí, a otra parte  para que yo more.

49:21 Y dirás en tu corazón: ¿Quién me engendró éstos? Porque yo deshijada, y sola, peregrina y desterrada era ; ¿quién pues crió éstos? He aquí yo estaba dejada sola, ¿éstos de dónde vinieron ?

49:22 Así dijo el Señor DIOS: He aquí, que yo alzaré mi mano a los gentiles, y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos tus hijos, y tus hijas serán traídas sobre hombros.

49:23 Y reyes serán tus ayos; y sus reinas, tus amas de leche ; el rostro inclinado a tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás que yo soy  el SEÑOR, que no se avergonzarán los que me esperan.

49:24 ¶ ¿Quitarán la presa al valiente? o ¿la cautividad justa será dada por libre?

49:25 Así pues dice el SEÑOR: Ciertamente, la cautividad será quitada al valiente; y la presa será dada por libre; y tu pleito yo lo pleitearé, y a tus hijos yo los  salvaré.

49:26 Y a los que te despojaron, haré comer sus propias  carnes, y con su sangre serán embriagados como con mosto; y toda carne conocerá que yo soy  el SEÑOR, Salvador tuyo, y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

 ISAÍAS

50:1 ¶ Así dijo el SEÑOR: ¿Qué es de esta carta de repudio de vuestra madre, a la cual yo  repudié? ¿O quiénes son  mis acreedores, a quien yo os he vendido? He aquí, que por vuestras maldades sois vendidos; y por  vuestras rebeliones fue repudiada vuestra madre,

50:2 porque vine, y nadie apareció; llamé, y nadie respondió. ¿Ha llegado a acortarse mi mano, para no redimir? ¿No hay  en mí poder para librar? He aquí que con mi reprensión hago secar el mar; torno los ríos en desierto;  hasta pudrirse sus peces, y morirse de sed por falta de agua.

50:3 Visto de oscuridad los cielos, y torno como saco de  cilicio su cobertura.

50:4 ¶ El Señor DIOS me dio lengua de sabios, para saber dar  en su sazón palabra al cansado: despertará de mañana, de mañana me despertará mi  oído, para que oiga, como los sabios.

50:5 El Señor DIOS me abrió el oído, y yo no fui rebelde; ni me torné atrás.

50:6 Di mi cuerpo a los heridores; y mis mejillas a los peladores; no escondí mi rostro de las injurias y esputos.

50:7 Porque el Señor DIOS me ayudará, por tanto no me avergoncé, por eso puse mi rostro como un  pedernal, y sé que no seré avergonzado.

50:8 Cercano está  de mí el que me justifica, ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es  el adversario de mi causa? Acérquese a mí.

50:9 He aquí que el Señor DIOS me ayudará; ¿quién hay  que me condene? He aquí que todos ellos como ropa de vestir se envejecerán; los comerá polilla.

50:10 ¶ ¿Quién hay  entre vosotros, que teme al SEÑOR? Oiga la voz de su siervo. El que anduvo en tinieblas, y el que careció de luz, confíe en el nombre del SEÑOR, y recuéstese sobre su Dios.

50:11 He aquí, que todos vosotros encendéis fuego, y estáis cercados de centellas; andad a la lumbre de vuestro fuego; y a las centellas, que encendisteis. De mi mano os vino esto; en dolor seréis sepultados.

 ISAÍAS

51:1 ¶ Oídme, los que seguís justicia, los que buscáis al SEÑOR: mirad a la piedra de donde  fuisteis cortados, y a la caverna de la fosa de donde fuisteis arrancados.

51:2 Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara la que os dio a luz; porque solo lo llamé, y lo bendije, y lo multipliqué.

51:3 Ciertamente consolará el SEÑOR a Sion, consolará todas sus soledades, y tornará su desierto como paraíso, y su soledad como huerto del SEÑOR; se hallará en ella alegría y gozo, confesión y voz de cantar.

51:4 ¶ Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi juicio descubriré para luz de pueblos.

51:5 Cercana está mi justicia, ha salido mi salud, y mis brazos juzgarán a los pueblos. A mí esperarán las islas, y en mi brazo pondrán su esperanza.

51:6 Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos, como humo; y la tierra se envejecerá, como ropa de vestir; y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salud será para  siempre, y mi justicia no perecerá.

51:7 Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley: No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus denuestos;

51:8 porque como a vestidura, los comerá polilla, como a lana, los comerá gusano; mas mi justicia permanecerá perpetuamente, y mi salud por siglos de siglos.

51:9 ¶ Despiértate, despiértate, vístete de fortaleza, oh brazo del SEÑOR. Despiértate como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú el que cortó al soberbio, y el que hirió al dragón?

51:10 ¿No eres tú el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que a lo profundo del mar tornó en camino, para que pasasen los redimidos?

51:11 Cierto, tornarán los redimidos del SEÑOR; volverán en Sion cantando, y gozo perpetuo será  sobre su cabeza; poseerán gozo, y alegría; y el dolor, y el gemido huirán.

51:12 Yo, yo soy  vuestro consolador. ¿Quién eres  tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, del hijo del hombre, que por  heno será contado?

51:13 Y te has ya olvidado del SEÑOR tu Hacedor, que extendió los cielos, y fundó la tierra; y todo el día tuviste temor continuamente del furor del que aflige, cuando se disponía para destruir. Mas ¿A dónde está el furor del que  aflige?

51:14 El preso se da prisa para ser suelto, por no morir en la mazmorra, ni  que le falte su pan.

51:15 Y yo, el SEÑOR, soy  tu Dios, que parto el mar, y suenan sus ondas, soy tu Dios; el SEÑOR de los ejércitos es  su nombre.

51:16 Que puse en tu boca mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí; para que plantases los cielos y fundases la tierra; y que dijeses a Sion: pueblo mío eres  tú.

51:17 ¶ Despiértate, despiértate, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano del SEÑOR el cáliz de su furor, las heces del cáliz de angustia bebiste, y chupaste.

51:18 De todos los hijos que dio a luz, no hay quien la gobierne, no hay quien la tome por su mano, entre todos los hijos que crió.

51:19 Estas dos cosas te han acaecido, ¿quién se dolerá de ti? Asolamiento, y quebrantamiento: hambre y espada. ¿Quién te consolará?

51:20 Tus hijos desmayaron, estuvieron tendidos en las encrucijadas de todos los caminos, como buey montés en la red, llenos del furor del SEÑOR, de ira del Dios tuyo.

51:21 Oye, pues, ahora esto, miserable, ebria, y no de vino:

51:22 Así dijo tu Señor, YO SOY tu Dios, el cual pleitea por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz de angustia, la hez del cáliz de mi furor, nunca más lo beberás.

51:23 Y lo pondré en la mano de tus angustiadores, que dijeron a tu alma: Encórvate, y pasaremos. Y tú pusiste tu cuerpo, como tierra, y como camino, a los que pasan.

 ISAÍAS

52:1 ¶ Despiértate, despiértate, vístete tu fortaleza, oh Sion; vístete tus ropas de hermosura, oh Jerusalén, ciudad santa, porque nunca más acontecerá, que venga en ti incircunciso, ni inmundo.

52:2 Sacúdete del polvo, levántate, siéntate, Jerusalén; suéltate de las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sion.

52:3 Porque así dice el SEÑOR: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados.

52:4 Porque así dijo el Señor DIOS: Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo pasado, para peregrinar allá; y el Assur lo cautivó sin razón.

52:5 Y ahora ¿qué a mí aquí? Dice el SEÑOR: que mi pueblo sea tomado sin por qué; y los que en él se enseñorean, lo  hacen aullar, dice el SEÑOR, y continuamente mi nombre es blasfemado todo el día.

52:6 Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente.

52:7 ¶ ¡Cuán hermosos son  sobre los montes los pies del que trae alegres  nuevas, del que publica la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salud, del que dice a Sion: Reina tu Dios!

52:8 ¡Voz de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente jubilarán; porque ojo a ojo verán, como torna el SEÑOR a traer a Sion.

52:9 Cantad alabanzas, alegraos juntamente las soledades de Jerusalén; porque el SEÑOR ha consolado a  su pueblo, ha redimido a Jerusalén.

52:10 El SEÑOR desnudó el brazo de su santidad ante los ojos de todos los gentiles. Y todos los términos de la tierra verán la salud del Dios nuestro.

52:11 Apartaos, apartaos; salid de allí; no toquéis cosa inmunda. Salid de en medio de ella; sed limpios los que lleváis los vasos del SEÑOR.

52:12 Porque no saldréis apresurados, ni iréis huyendo; porque el SEÑOR irá delante de vosotros, y el Dios de Israel os ayuntará.

52:13 ¶ He aquí, que mi siervo será prosperado, será engrandecido, y ensalzado, y será muy sublimado.

52:14 Como te abominaron muchos, en tanta manera fue desfigurado de los hombres su parecer; y su hermosura, de los hijos de los hombres.

52:15 Pero él rociará a  muchos gentiles. Los reyes cerrarán sobre él sus bocas, porque verán lo que nunca les  fue contado; y entenderán, lo que nunca oyeron.

 ISAÍAS

53:1 ¶ ¿Quién creerá a nuestro dicho? ¿Y sobre quién será manifestado el brazo del SEÑOR?

53:2 Con todo eso subirá, como renuevo, delante de él; y como raíz de tierra seca. No hay  parecer en él, ni hermosura. Le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.

53:3 Despreciado, y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en flaqueza; y como que escondimos de él el rostro, fue  menospreciado, y no lo estimamos.

53:4 ¶ Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

53:5 Mas él herido fue  por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados. El castigo de nuestra paz fue  sobre él; y por su llaga hubo cura para nosotros.

53:6 Todos nosotros nos perdimos, como ovejas; cada cual se apartó por su camino; mas el SEÑOR traspuso en él el pecado de todos nosotros.

53:7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca. Como oveja, fue llevado al matadero; y como cordero delante de sus trasquiladores enmudeció; y no abrió su boca.

53:8 De la cárcel y del juicio fue quitado. Y su generación, ¿quién la contará? Porque cortado fue de la tierra de los vivientes. Por la rebelión de mi pueblo fue herido.

53:9 Y puso con los impíos su sepultura, y su muerte con los ricos; aunque nunca hizo él maldad, ni hubo  engaño en su boca.

53:10 ¶ Con todo eso, el SEÑOR lo quiso moler, sujetándole a padecimiento. Cuando hubiere puesto su alma por expiación, verá linaje, vivirá por largos días; y la voluntad del SEÑOR será en su mano prosperada.

53:11 Del trabajo de su alma verá y será saciado. Y con su conocimiento justificará mi Siervo justo a muchos; y él llevará las iniquidades de ellos.

53:12 Por tanto, yo  le daré parte con los grandes, y a los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su alma hasta la muerte, y fue contado con los rebeldes, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los  transgresores.

 ISAÍAS

54:1 ¶ Alégrate, oh estéril, la que no daba a luz: levanta canción, y da voces de  júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más serán  los hijos de la dejada, que los de la casada, dijo el SEÑOR.

54:2 Ensancha el sitio de tu cabaña, y las cortinas de tus tiendas sean extendidas, no seas escasa; alarga tus cuerdas, y fortifica tus estacas.

54:3 Porque a la mano derecha y a la mano izquierda has de crecer; y tu simiente heredará gentiles, y habitarán las ciudades asoladas.

54:4 No temas, que no serás avergonzada; y no te avergüences, que no serás afrentada; antes te olvidarás de la vergüenza de tu  juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.

54:5 Porque tu marido será  tu Hacedor; el SEÑOR de los ejércitos es  su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra será llamado.

54:6 ¶ Porque como a mujer dejada y triste de espíritu te llamó el SEÑOR; y como  a mujer joven que es  repudiada, dijo el Dios tuyo.

54:7 Por un  pequeño momento te dejé; mas te recogeré con grandes misericordias.

54:8 Con un  poco de ira escondí mi rostro de ti por un  momento; mas con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo tu Redentor, el SEÑOR.

54:9 Porque esto me será como  las aguas de Noé, que juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así también  juré que no me enojaré mas  contra ti, ni te reprenderé.

54:10 Porque los montes se moverán, y los collados temblarán; mas no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz vacilará, dijo el SEÑOR, el que tiene misericordia de ti.

54:11 ¶ Pobre, fatigada con tempestad, sin consuelo, he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo; y sobre zafiros te fundaré.

54:12 Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de piedras de carbunclo, y todo tu término de piedras de gran precio.

54:13 Y todos tus hijos serán  enseñados del SEÑOR; y multiplicará la paz de tus hijos.

54:14 Con justicia serás adornada; estarás lejos de opresión, porque no la  temerás; y de temor, porque no se acercará a ti.

54:15 Si alguno conspirare contra ti, será  sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.

54:16 He aquí que yo crié al herrero, que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo crié al destruidor para destruir.

54:17 Toda herramienta que fuere fabricada contra ti, no prosperará; y tú condenarás toda lengua que se levantare contra ti en juicio. Esta es  la heredad de los siervos del SEÑOR, y su justicia de por mí, dijo el SEÑOR.

 ISAÍAS

55:1 ¶ A todos los sedientos: Venid a las aguas. Y los que no tienen dinero, venid, comprad, y comed. Venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche.

55:2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que  no es pan, y vuestro trabajo en lo que  no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien; y se deleitará vuestra alma con grosura.

55:3 Inclinad vuestros oídos, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma. Y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.

55:4 He aquí, que yo lo  di por testigo a los  pueblos, por capitán y por maestro a pueblos.

55:5 He aquí, que llamarás a gente que no conociste; y gentiles que no te conocieron correrán a ti, por causa del SEÑOR tu Dios, y del Santo de Israel que te ha honrado.

55:6 ¶ Buscad al SEÑOR, mientras se halla; llamadle en tanto que está cercano.

55:7 Deje el impío su camino; y el varón inicuo, sus pensamientos; y vuélvase al SEÑOR, el cual tendrá de él misericordia; y al Dios nuestro, el cual será grande en perdonar.

55:8 Porque mis pensamientos no son como  vuestros pensamientos; ni vuestros caminos, como  mis caminos, dijo el SEÑOR.

55:9 Como son más  altos los cielos que la tierra, así son más altos mis caminos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

55:10 Porque como desciende de los cielos la lluvia, y la nieve, y no vuelve allá, sino que  riega la tierra, y la hace engendrar, y producir, y da simiente al que siembra, y pan al que come;

55:11 así será mi Palabra que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, mas hará lo que yo  quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.

55:12 Porque con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los árboles del campo os  aplaudirán con las manos.

55:13 En lugar de la zarza crecerá haya; y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será al SEÑOR por nombre, por señal eterna que  nunca será raída.

 ISAÍAS

56:1 ¶ Así dijo el SEÑOR: Guardad derecho, y haced justicia; porque cercana está mi salud para venir, y mi justicia para manifestarse.

56:2 Bienaventurado el hombre, que esto hiciere; y el hijo del hombre, que esto abrazare; que guarda el sábado de contaminarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal.

56:3 ¶ Y el hijo del extranjero, allegado al SEÑOR, no hable diciendo: Me apartará totalmente el SEÑOR de su pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí yo soy  árbol seco.

56:4 Porque así dijo el SEÑOR a los eunucos que guardaren mis sábados, y escogieren lo que yo  quiero, y abrazaren mi pacto:

56:5 Yo  les daré lugar en mi casa, y dentro de mis muros, y nombre, mejor que a los hijos y a los hijas; nombre perpetuo les daré que nunca perecerá.

56:6 Y a los hijos de los extranjeros, que se allegaren al SEÑOR, para ministrarle, y que amaren el nombre del SEÑOR, para ser sus siervos; todos los que guardaren el Sábado de contaminarlo, y abrazaren mi Pacto,

56:7 yo  los llevaré al monte de mi santidad; y los recrearé en la Casa de mi oración. Sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi Casa, Casa de oración será llamada de todos los pueblos.

56:8 Dice el Señor DIOS, el que junta los echados de Israel, Aun juntaré sobre él sus ayuntados.

56:9 ¶ Todas las bestias del campo, todas las bestias del monte, venid a devorar.

56:10 Sus atalayas son  ciegos; todos ellos son  ignorantes; todos ellos son  perros mudos, no pueden ladrar; dormidos, echados, aman el dormir.

56:11 Y esos perros ansiosos son insaciables; y los mismos pastores no supieron entender; todos ellos miran a sus caminos, cada uno a su provecho, cada uno  por su cabo.

56:12 Venid, dicen , tomaré vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana como éste, o  mucho más excelente.

 ISAÍAS

57:1 ¶ Perece el justo, y no hay  quien eche de ver; y los píos son recogidos, y no hay  quien entienda que delante de la aflicción es recogido el justo.

57:2 Vendrá la paz, descansarán sobre sus camas todos los que andan delante de él.

57:3 ¶ Y vosotros, llegaos acá, hijos de la agorera; generación del adúltero y de la  fornicaria.

57:4 ¿De quién os  habéis burlado? ¿Contra quién ensanchasteis la boca, y  alargasteis la lengua? ¿No sois vosotros hijos rebeldes, simiente mentirosa,

57:5 que os enfervorizáis con los ídolos debajo de todo árbol umbroso, que sacrificáis los hijos en los valles, debajo de los peñascos?

57:6 En las pulimentadas piedras del valle está  tu parte; ellas, ellas son  tu suerte; y a ellas derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No me tengo de vengar de estas cosas?

57:7 Sobre el monte alto y empinado pusiste tu cama; allí también subiste a hacer sacrificio.

57:8 Y tras la puerta y el umbral pusiste tu recuerdo; porque a otro y no  a mí te descubriste, y subiste, y  ensanchaste tu cama, e hiciste con ellos alianza; amaste su cama dondequiera que la  veías.

57:9 Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta lo profundo.

57:10 En la multitud de tus caminos te cansaste; mas no dijiste: No hay remedio; hallaste lo que buscabas, por tanto no te arrepentiste.

57:11 ¿Y a quién reverenciaste y temiste? ¿Por qué mientes; que no te has acordado de mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he disimulado desde tiempos antiguos , y nunca me has temido?

57:12 Yo publicaré tu justicia y tus obras, que no te aprovecharán.

57:13 ¶ Cuando clamares, líbrente tus allegados; pero a todos ellos llevará el viento, los  tomará la vanidad; mas el que en mí espera, tendrá la tierra por heredad, y poseerá el Monte de mi santidad.

57:14 Y dirá: Allanad, allanad; barred el camino; quitad los tropiezos del camino de mi pueblo.

57:15 Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en eternidad, y cuyo nombre es  El Santo, que tengo por morada la altura y la santidad; y con el quebrantado y abatido de espíritu habito , para hacer vivir el  espíritu de los abatidos, y para hacer vivir el corazón de los quebrantados.

57:16 Porque no contenderé para siempre, ni para siempre enojaré; porque el espíritu por mi vistió el cuerpo, y yo hice las almas.

57:17 ¶ Por la iniquidad de su codicia me enojé, y le herí; escondí mi rostro  y me ensañé; y fue él rebelde por el camino de su corazón.

57:18 Miré sus caminos, y le sanaré, y le pastorearé, y le daré consolaciones, a él  y a sus enlutados.

57:19 Crío fruto de labios, paz; paz al lejano y al cercano, dijo el SEÑOR, y le sanó.

57:20 Mas los impíos, son  como el mar en tempestad, que no puede reposar; y sus aguas arrojan cieno y lodo.

57:21 No hay  paz, dijo mi Dios, para los impíos.

 ISAÍAS

58:1 ¶ Clama a alta voz, no te  detengas; alza tu voz como trompeta, y predicad a mi pueblo su rebelión; y a la casa de Jacob su pecado.

58:2 Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese obrado justicia, y que no hubiese dejado el derecho de su Dios; pregúntanme derechos de justicia, y quieren acercarse a Dios.

58:3 ¶ ¿Por qué, dicen , ayunamos, y no hiciste caso? ¿Humillamos nuestras almas, y no lo  supiste? He aquí que en el día de vuestro ayuno halláis lo que queréis; y todos demandáis vuestras haciendas.

58:4 He aquí que para contiendas y debates ayunáis, y para herir con el puño inicuamente. No ayunéis como hasta aquí, para que vuestra voz sea oída en lo alto.

58:5 ¿Es tal el ayuno que yo  escogí? ¿Para que el hombre aflija su alma? ¿Que encorve su cabeza, como junco; y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable al SEÑOR?

58:6 ¿No es antes el ayuno que yo escogí, desatar los líos de impiedad, deshacer los haces de opresión, y soltar libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?

58:7 Que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes metas en casa; que cuando vieres al desnudo, lo cubras; y no te escondas de tu hermano.

58:8 ¶ Entonces nacerá tu luz, como el alba; y tu sanidad reverdecerá presto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria del SEÑOR te recogerá.

58:9 Entonces invocarás, y oirás al SEÑOR; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el extender el dedo, y hablar vanidad:

58:10 Y si  derramares tu alma al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será  como el mediodía;

58:11 y el SEÑOR te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y engordará tus huesos; y serás como huerta de riego, y como manadero de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

58:12 Y edificarán de ti los desiertos antiguos, los cimientos caídos  de generación y generación levantarás; y serás llamado Reparador de portillos, Restaurador de calzadas para habitar.

58:13 ¶ Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, glorioso día  del SEÑOR, y lo venerares no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias  palabras.

58:14 Entonces te deleitarás en el SEÑOR: y yo  te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te haré comer la heredad de Jacob tu padre, porque la boca del SEÑOR ha hablado.

 ISAÍAS

59:1 ¶ He aquí que no es acortada la mano del SEÑOR para salvar, ni es agravado su oído para oír;

59:2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho cubrir su rostro de vosotros, para no  oiros.

59:3 Porque vuestras manos están contaminadas de sangre, y vuestros dedos, de iniquidad; vuestros labios pronuncian mentira, y vuestra lengua habla maldad.

59:4 No hay  quien clame por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad, y hablan vanidades; conciben trabajo, y dan a luz iniquidad.

59:5 Ponen huevos de áspides, y tejen telas de arañas; el que comiere de sus huevos, morirá; y si se  lo apretaren, saldrá un basilisco.

59:6 Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras serán cubiertos; sus obras son  obras de iniquidad, y obra de iniquidad está  en sus manos.

59:7 Sus pies corren al mal, y se apresuran para derramar sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos de iniquidad; destrucción y quebrantamiento son sus caminos.

59:8 No conocieron camino de paz; ni hay derecho en sus caminos; sus veredas torcieron a sabiendas, cualquiera que por ellas fuere, no conocerá paz.

59:9 ¶ Por esto se alejó de nosotros el juicio, y justicia nunca nos alcanzó, esperamos luz, y he aquí tinieblas, resplandores y andamos en oscuridad.

59:10 Tentamos como ciegos la pared, y como sin ojos andamos a tiento; tropezamos en el mediodía como de noche; en sepulcros como muertos.

59:11 Aullamos, como osos todos nosotros, y gemimos lastimeramente como palomas; esperamos juicio, y no lo hay; salud, y se alejó de nosotros.

59:12 Porque nuestras rebeliones se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados han atestiguado contra nosotros; porque nuestras iniquidades están con nosotros, y conocemos nuestros pecados:

59:13 Rebelar, y mentir contra el SEÑOR, y tornar de en pos de nuestro Dios; el hablar calumnia, y rebelión, concebir, y hablar de corazón palabras de mentira.

59:14 Y el derecho se retiró, y la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza, y la equidad no pudo venir.

59:15 Y la verdad fue detenida; y el que  se apartó del mal, fue  puesto en presa. Y lo  vio el SEÑOR, y desagradó en sus ojos, porque pereció el derecho.

59:16 ¶ Y vio que no había hombre, y abominó que no hubiera quien  se interpusiese; y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia.

59:17 Y se vistió de justicia, como de loriga, con capacete de salud en su cabeza; y se vistió de vestido de venganza por  vestidura, y se cubrió de celo como de manto,

59:18 como para dar  pagos, como para tornar venganza de sus enemigos, y  dar el pago a sus adversarios; a las islas dará el pago.

59:19 Y temerán desde el occidente el nombre del SEÑOR; y desde el nacimiento del sol, su gloria; porque vendrá como río violento impelido por el  aliento del SEÑOR.

59:20 Y vendrá el  Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dijo el SEÑOR.

59:21 Y éste será mi Pacto con ellos, dijo el SEÑOR: el Espíritu mío que está  sobre ti; y mis palabras, que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, y de la boca de tu simiente, y de la boca de la simiente de tu simiente,  dijo el SEÑOR, desde ahora y para siempre.

 ISAÍAS

60:1 ¶ Levántate, resplandece; que viene tu lumbre, y la gloria del SEÑOR ha nacido sobre ti.

60:2 Que he aquí, que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos; y sobre ti nacerá el SEÑOR, y sobre ti será vista su gloria.

60:3 Y andarán los gentiles a tu lumbre, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.

60:4 Alza tus ojos en derredor, y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas sobre el lado serán criadas.

60:5 Entonces verás, y resplandecerás; y se maravillará y ensanchará tu corazón, que se haya vuelto a ti la multitud del mar, que la fortaleza de los gentiles haya venido a ti.

60:6 Multitud de camellos te cubrirá, dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Seba; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas del SEÑOR.

60:7 Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con gracia sobre mi altar, y glorificaré la Casa de mi gloria.

60:8 ¿Quiénes son  éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?

60:9 ¶ Porque a mí esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata, y su oro con ellos, al nombre del SEÑOR tu Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado.

60:10 Y los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te herí, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia.

60:11 Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que sea traída a ti fortaleza de gentiles, y sus reyes guiados.

60:12 Porque la gente o el reino que no te sirviere, perecerá; y del todo serán asolados.

60:13 La gloria del Líbano vendrá a ti, hayas, pinos, y bojes juntamente, para honrar el lugar de mi Santuario; y yo  honraré el lugar de mis pies.

60:14 Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron; y a las pisadas de tus pies se encorvarán todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad del SEÑOR, Sion del Santo de Israel.

60:15 ¶ En lugar de que has sido desechada y aborrecida, y que  no había quien por ti pasase, te pondré en gloria eterna, en  gozo de generación y generación.

60:16 Y mamarás la leche de los gentiles, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que yo soy  el SEÑOR, el Salvador tuyo, y Redentor tuyo, el Fuerte de Jacob.

60:17 Por el bronce traeré oro, y por hierro plata, y por madera bronce, y por las piedras hierro; y pondré paz por  tu gobierno, y justicia por  tus opresores.

60:18 Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción y quebrantamiento en tus términos; mas a tus muros llamarás Salud, y a tus puertas Alabanza.

60:19 El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni el resplandor de la luna te alumbrará; mas te será el SEÑOR por luz perpetua, y por tu gloria el Dios tuyo.

60:20 No se pondrá jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque te será el SEÑOR por perpetua luz, y los días de tu luto serán acabados.

60:21 Y tu pueblo, todos ellos serán  justos, para siempre heredarán la tierra; serán renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.

60:22 El pequeño será  por mil; el menor, por gente fuerte. Yo, el SEÑOR, a su tiempo haré que esto sea presto.

 ISAÍAS

61:1 ¶ El espíritu del Señor DIOS es  sobre mí, porque me ungió el SEÑOR; me envió a predicar a los abatidos, a atar las llagas  de los quebrantados de corazón; a publicar libertad a los cautivos, y a los presos  apertura de la cárcel;

61:2 a publicar el  año de la buena voluntad del SEÑOR, y el  día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados.

61:3 A ordenar en Sion a los enlutados, para darles gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar del luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío del SEÑOR, para gloria  suya.

61:4 ¶ Y edificarán los desiertos antiguos, y levantarán los asolamientos primeros; y restaurarán las ciudades asoladas, los asolamientos de muchas generaciones.

61:5 Y estarán extranjeros, y apacentarán vuestras ovejas; y los extraños serán  vuestros labradores y vuestros viñadores.

61:6 Y vosotros seréis  llamados sacerdotes del SEÑOR, ministros del Dios nuestro seréis dichos; comeréis las fuerzas de los gentiles, y con su gloria seréis sublimes.

61:7 En lugar de vuestra vergüenza doble, y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades, por lo cual en sus tierras poseerán doble, y tendrán perpetuo gozo.

61:8 Porque yo, el SEÑOR, soy  amador del derecho, aborrecedor del latrocinio para holocausto, que confirmaré en verdad su obra, y haré con ellos pacto perpetuo.

61:9 Y la simiente de ellos será conocida entre los gentiles, y sus renuevos en medio de los pueblos; todos los que los vieren, los conocerán, que son simiente bendita del SEÑOR.

61:10 ¶ En gran manera me gozaré en el SEÑOR, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió de vestidos de salud, me rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia compuesta de sus joyas.

61:11 Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar su simiente, así el Señor DIOS hará brotar justicia y alabanza delante de todos los gentiles.

 ISAÍAS

62:1 ¶ Por causa de Sion no callaré, y por causa de Jerusalén no reposaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su salud se encienda como un hacha.

62:2 Y verán los gentiles tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto un  nombre nuevo, que la boca del SEÑOR nombrará.

62:3 Y serás corona de gloria en la mano del SEÑOR; y diadema real en la mano del Dios tuyo.

62:4 Nunca más te llamarán Desamparada, ni tu tierra se dirá más Asolamiento: sino que serás llamada Hefzi-ba, (Mi voluntad en ella ) y tu tierra, Beula (Casada ) porque el querer del SEÑOR será  en ti, y tu  tierra será casada.

62:5 Pues como  el joven se casa con la virgen, se casarán contigo tus hijos; y como  el gozo del esposo con la esposa, así  se gozará contigo el Dios tuyo.

62:6 ¶ Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis del SEÑOR, no ceséis,

62:7 ni a él le deis tregua, hasta que confirme, y hasta que ponga a Jerusalén por alabanza en la tierra.

62:8 Juró el SEÑOR por su mano derecha, y por el brazo de su fortaleza. Que jamás daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que tú trabajaste.

62:9 Mas los que lo allegaron, lo comerán, y alabarán al SEÑOR; y los que lo cogieron lo beberán en los atrios de mi santidad.

62:10 ¶ Pasad, pasad por las puertas. Barred el camino al pueblo. Allanad, allanad la calzada; quitad las piedras, alzad pendón a los pueblos.

62:11 He aquí, que el SEÑOR hizo oír hasta lo último de la tierra. Decid a la hija de Sion: He aquí viene tu Salvador; he aquí que su recompensa con él, y su obra delante de él.

62:12 Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos del SEÑOR; y a ti te llamarán Ciudad Buscada, no desamparada.

 ISAÍAS

63:1 ¶ ¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos bermejos? ¿Este hermoso en su vestido, que marcha con la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar.

63:2 ¿Por qué es bermejo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar?

63:3 Solo pisé el lagar, y de los pueblos nadie fue conmigo. Los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y ensucié todas mis ropas.

63:4 Porque el día de la venganza está  en mi corazón; y el año de mis redimidos es venido.

63:5 Miré, pues, y no había quien  ayudase, y abominé que no hubiese  quien me  sustentase; y me salvó mi brazo, y me sostuvo mi ira.

63:6 Y hollé los pueblos con mi ira, y los embriagué de mi furor; y derribé a tierra su fortaleza.

63:7 ¶ De las misericordias del SEÑOR haré memoria, de las alabanzas del SEÑOR, conforme a todo lo que el SEÑOR nos ha dado, y de la grandeza de su beneficencia a la Casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según  la multitud de sus miseraciones.

63:8 Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que  no mienten; y fue su Salvador.

63:9 En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el Angel de su faz los salvó. Con su amor y con su clemencia los redimió, y los trajo a cuestas , y los levantó todos los días del siglo.

63:10 Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron enojar su Espíritu Santo, por lo cual se les volvió enemigo, y él mismo peleó contra ellos.

63:11 Pero se acordó de los días antiguos, de Moisés, y de su pueblo. ¿Dónde está el que les hizo subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿Dónde está el que puso en medio de él su Espíritu Santo?

63:12 ¿El que los  guió por la diestra de Moisés con el brazo de su gloria; el que rompió las aguas, haciéndose así nombre perpetuo?

63:13 El que los hizo ir por los abismos, como un  caballo por el desierto, nunca tropezaron.

63:14 El Espíritu del SEÑOR los pastoreó, como a una  bestia, que desciende al valle; así pastoreaste tu pueblo, para hacerte nombre glorioso.

63:15 ¶ Mira desde el cielo, desde la morada de tu santidad, y de tu gloria. ¿Dónde está tu celo, y tu fortaleza, la conmoción de tus entrañas, y de tus miseraciones para conmigo? ¿Se han estrechado?

63:16 Porque tú eres nuestro padre, que Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce. Tú, SEÑOR, eres  nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es  tu nombre.

63:17 ¿Por qué, oh SEÑOR, nos has hecho errar de tus caminos? ¿Endureciste nuestro corazón a tu temor? Vuélvete por tus siervos, por las tribus de tu heredad.

63:18 Por poco tiempo poseyó la tierra prometida  el pueblo de tu santidad; nuestros enemigos han hollado tu Santuario.

63:19 Hemos sido como aquellos de quienes nunca te enseñoreaste, sobre los cuales nunca fue llamado tu nombre.

 ISAÍAS

64:1 ¶ ¡Oh, si rompiese los cielos, y  descendieras, y  a tu presencia se escurriesen los montes,

64:2 como fuego que abrasando derrite, fuego que hace hervir el agua, para que hicieras notorio tu nombre a tus enemigos, y  los gentiles temblasen a tu presencia!

64:3 Como  descendiste, cuando hiciste cosas terribles cuales nunca esperábamos, que  los montes escurrieron delante de ti.

64:4 Ni nunca oyeron, ni oídos percibieron; ni ojo ha visto Dios fuera de ti, que hiciese otro tanto  por el que en él espera.

64:5 Saliste al encuentro al que con alegría obró justicia. En tus caminos se acordaban de ti. He aquí, tú te enojaste porque pecamos; tus caminos son eternos y nosotros  seremos salvos.

64:6 ¶ Que todos nosotros eramos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja del árbol ; y nuestras maldades nos llevaron como viento.

64:7 Y nadie hay  que invoque tu nombre, ni que se despierte para tenerte, por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades.

64:8 Ahora pues, SEÑOR, tú eres  nuestro padre; nosotros lodo, y tú el que nos obraste, así que obra de tus manos somos  todos nosotros.

64:9 No te aíres, oh SEÑOR, sobremanera; ni tengas perpetua memoria de la iniquidad. He aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos  todos nosotros.

64:10 Tus santas ciudades son desiertas, Sion desierto es, y Jerusalén soledad.

64:11 La Casa de nuestro Santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron nuestros padres, fue quemada al fuego; y todas nuestras cosas preciosas fueron destruidas.

64:12 ¿Te estarás quieto, oh SEÑOR, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?

 ISAÍAS

65:1 ¶ Fui buscado de los que no preguntaban por mí ; fui hallado de los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí.

65:2 Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos;

65:3 pueblo, que en mi cara me provoca de continuo a ira, sacrificando en huertos, y haciendo perfume sobre ladrillos.

65:4 Que se quedan a dormir  en los sepulcros, y en los desiertos tienen la noche; que comen carne de puerco, y en sus ollas hay  caldo de cosas inmundas;

65:5 que dicen: Estate en tu lugar, no te llegues a mí, que soy más santo que tú. Estos son  humo en mi furor, fuego que arde todo el día.

65:6 He aquí, que escrito está delante de mí; no callaré, antes daré, y pagaré en su seno.

65:7 Por vuestras iniquidades, y las iniquidades de vuestros padres juntamente, dice el SEÑOR: que hicieron perfume sobre los montes, y sobre los collados me afrentaron; por tanto, yo  les mediré su obra antigua en su seno.

65:8 ¶ Así dijo el SEÑOR: Como si alguno  hallase mosto en un racimo, y dijese: No lo eches a mal, que bendición hay en él; así haré yo  por mis siervos, que no lo echaré a perder todo.

65:9 Mas sacaré simiente de Jacob, y de Judá heredero de mis montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis siervos habitarán allí.

65:10 Y será Sarón para habitación de ovejas, y el valle de Acor para majada de vacas a mi pueblo, que me buscó.

65:11 ¶ Mas vosotros que dejáis al SEÑOR, que olvidáis el monte de mi santidad, que ponéis mesa a la fortuna, y suministráis libaciones para el destino;

65:12 yo también os destinaré al cuchillo, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oisteis; sino que hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que a mí me  desagrada.

65:13 Por tanto, así dijo el Señor DIOS: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre. He aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí, que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados;

65:14 he aquí, que mis siervos jubilarán por la alegría del corazón, y vosotros clamaréis por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de espíritu aullaréis.

65:15 Y dejaréis vuestro nombre por maldición a mis escogidos, y el Señor DIOS te matará, y a sus siervos llamará por otro nombre.

65:16 El que se echare bendición en la tierra, en el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos.

65:17 ¶ Porque he aquí, que yo creo nuevos cielos y nueva tierra. De lo primero no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento.

65:18 Mas os gozaréis y os alegraréis por siglo de siglo en las cosas que yo crearé: porque he aquí, que yo creo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.

65:19 Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.

65:20 No habrá más allí niño de días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años; y al que de cien años pecare, será maldito.

65:21 Y edificarán casas, y morarán; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas.

65:22 No edificarán, y otro morará; no plantarán, y otro comerá, porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos perpetuarán las obras de sus manos.

65:23 No trabajarán en vano, ni darán a luz con miedo, porque sus partos  son simiente de los benditos del SEÑOR, y sus descendientes estarán con ellos.

65:24 Y será que antes que clamen, yo oiré; aún estando  ellos hablando, yo oiré.

65:25 El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y a la serpiente el polvo será  su comida; no afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo el SEÑOR.

 ISAÍAS

66:1 ¶ El SEÑOR dijo así: El cielo es  mi trono, y la tierra, estrado de mis pies; ¿dónde quedará  esta Casa que me habréis edificado, y dónde quedará  este lugar de mi reposo?

66:2 Mi mano hizo todas estas cosas, y por ella  todas estas cosas fueron, dijo el SEÑOR; a aquél pues miraré que es  pobre y abatido de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

66:3 El que sacrifica buey, como si  matase un  hombre; el que sacrifica oveja, como si  degollase un  perro; el que ofrece presente, como si  ofreciese sangre de puerco; el que ofrece perfume,  como si  bendijese la iniquidad. Y pues escogieron sus caminos, y su alma amó sus abominaciones.

66:4 También yo escogeré sus escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron; porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron; e hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que a mí me desagrada.

66:5 ¶ Oíd palabra del SEÑOR, los que tembláis a su palabra: Vuestros hermanos los que os aborrecen, y os niegan por causa de mi nombre, dijeron: Glorifíquese el SEÑOR. Mas él se manifestará a vuestra alegría, y ellos serán  confundidos.

66:6 Voz de alboroto se oye  de la ciudad, voz del Templo; voz del SEÑOR que da el pago a sus enemigos.

66:7 Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo.

66:8 ¿Quién oyó cosa semejante? ¿Quién vió cosa tal? ¿Dará a luz  la tierra en un día? ¿Nacerá toda  una nación de una vez? ¿Que Sion estuvo de parto, y dará a luz juntamente sus hijos?

66:9 ¿Yo, que hago dar a luz, no estaré de parto? dijo el SEÑOR. ¿Yo, que hago engendrar, seré detenido? dice el Dios tuyo.

66:10 Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella.

66:11 Para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que ordeñéis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria.

66:12 Porque así dice el SEÑOR: He aquí que yo extiendo sobre ella paz, como un  río; y la gloria de los gentiles como un  arroyo que sale de madre; y mamaréis, y sobre el lado seréis traídos, y sobre las rodillas  seréis regalados.

66:13 Como el varón a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y sobre Jerusalén tomaréis consuelo.

66:14 Y veréis, y se alegrará vuestro corazón; y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano del SEÑOR para con sus siervos será conocida, y se airará contra sus enemigos.

66:15 ¶ Porque he aquí que el SEÑOR vendrá con fuego; y sus carros, como torbellino, para tornar su ira en furor; y su reprensión en llama de fuego.

66:16 Porque el SEÑOR juzgará con fuego y con su espada a toda carne; y los muertos del SEÑOR serán multiplicados.

66:17 Los que se santifican y los que se purifican en los huertos, unos tras otros; los que comen carne de puerco, y abominación, y ratón; juntamente serán talados, dice el SEÑOR.

66:18 Porque yo entiendo  sus obras y sus pensamientos. Tiempo  vendrá para juntar todos los gentiles y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria.

66:19 Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a los gentiles, a Tarsis, a Pul y Lud, que disparan arco; a Tubal y a Javán, a las islas apartadas, que nunca oyeron mi nombre, ni vieron mi gloria; y publicarán  mi gloria entre los gentiles.

66:20 Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por presente al SEÑOR, en caballos, en carros, en literas, y en mulos, y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice el SEÑOR de manera que los hijos de  Israel traen el presente en vasos limpios a la Casa del SEÑOR.

66:21 Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice el SEÑOR.

66:22 Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago, permanecen delante de mí, dice el SEÑOR, así permanecerá vuestra simiente y vuestro nombre.

66:23 Y será que de luna nueva en luna nueva, y de sábado en sábado, vendrá toda carne a adorar delante de mí, dijo el SEÑOR.

66:24 Y saldrán, y verán los cadáveres de los varones que se  rebelaron contra mí, porque su gusano nunca morirá, ni su fuego se apagará; y serán abominables a toda carne.

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