Sagradas Escrituras 1569

Capítulo 1  2  3  4  5  6  7  8  9  10

ESDRAS

1:1 ¶ Y en el primer año de Ciro rey de Persia, para que se cumpliese la palabra del SEÑOR dicha  por boca de Jeremías, despertó el SEÑOR el espíritu de Ciro rey de Persia, el cual hizo pasar pregón por todo su reino, y  también por escrito, diciendo:

1:2 Así dijo Ciro rey de Persia: El SEÑOR Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de la tierra, y me ha mandado que le edifique Casa en Jerusalén, que está en Judá.

1:3 ¿Quién hay  entre vosotros de todo su pueblo? Sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la Casa al SEÑOR Dios de Israel (él es  Dios), la cual está  en Jerusalén.

1:4 Y a cualquiera que hubiere quedado de todos los lugares donde fuere extranjero, los varones de su lugar le ayuden con plata, y oro, y hacienda, y con bestias; con dones  voluntarios para la Casa de Dios, la cuál está  en Jerusalén.

1:5 ¶ Entonces se levantaron los cabezas de las familias de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas; de todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la Casa del SEÑOR, la cual está  en Jerusalén.

1:6 Y todos los que estaban en sus alrededores confortaron las manos de ellos con vasos de plata y de oro, con hacienda y bestias, y con cosas preciosas, a más de lo que se ofreció voluntariamente.

1:7 Y el rey Ciro sacó los vasos de la Casa del SEÑOR, que Nabucodonosor había traspasado de Jerusalén, y puesto en la casa de su dios.

1:8 Los sacó, pues , Ciro rey de Persia, por mano de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar príncipe de Judá.

1:9 Y ésta es la cuenta de ellos: treinta tazones de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos,

1:10 treinta tazas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil vasos.

1:11 Todos los vasos de oro y de plata, cinco mil cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.

 ESDRAS

2:1 ¶ Y estos son los hijos de la provincia que subieron de la cautividad, de la transmigración que Nabucodonosor rey de Babilonia hizo traspasar a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad;

2:2 los cuales vinieron con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvai, Rehum y Baana. La cuenta de los varones del pueblo de Israel:

2:3 Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos;

2:4 los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos;

2:5 los hijos de Ara, setecientos setenta y cinco;

2:6 los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Josué y  de Joab, dos mil ochocientos doce;

2:7 los hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;

2:8 los hijos de Zatu, novecientos cuarenta y cinco;

2:9 los hijos de Zacai, setecientos sesenta;

2:10 los hijos de Bani, seiscientos cuarenta y dos;

2:11 los hijos de Bebai, seiscientos veintitrés;

2:12 los hijos de Azgad, mil doscientos veintidós;

2:13 los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y seis;

2:14 los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y seis;

2:15 los hijos de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro;

2:16 los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho;

2:17 los hijos de Bezai, trescientos veintitrés;

2:18 los hijos de Jora, ciento doce;

2:19 los hijos de Hasum, doscientos veintitrés;

2:20 los hijos de Gibar, noventa y cinco;

2:21 los hijos de Belén, ciento veintitrés;

2:22 los varones de Netofa, cincuenta y seis;

2:23 los varones de Anatot, ciento veintiocho;

2:24 los hijos de Azmavet, cuarenta y dos;

2:25 los hijos de Quiriat-jearim, Cafira, y Beerot, setecientos cuarenta y tres;

2:26 los hijos de Ramá y Geba, seiscientos veintiuno;

2:27 los varones de Micmas, ciento veintidos;

2:28 los varones de Bet-el y Hai, doscientos veintitrés;

2:29 los hijos de Nebo, cincuenta y dos;

2:30 los hijos de Magbis, ciento cincuenta y seis;

2:31 los hijos del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;

2:32 los hijos de Harim, trescientos veinte;

2:33 los hijos de Lod, Hadid, y Ono, setecientos veinticinco;

2:34 los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco;

2:35 los hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta;

2:36 ¶ Los sacerdotes: los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta y tres;

2:37 los hijos de Imer, mil cincuenta y dos;

2:38 los hijos de Pasur, mil doscientos cuarenta y siete;

2:39 los hijos de Harim, mil diecisiete.

2:40 Los levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de los hijos de Hodavías, setenta y cuatro.

2:41 Los cantores: los hijos de Asaf, ciento veintiocho.

2:42 Los hijos de los porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; en todos, ciento treinta y nueve.

2:43 Los netineos: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot,

2:44 los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los hijos de Padón;

2:45 los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los hijos de Acub;

2:46 los hijos de Hagab, los hijos de Salmai, los hijos de Hanán;

2:47 los hijos de Gidel, los hijos de Gahar, los hijos de Reaía;

2:48 los hijos de Rezín, los hijos de Necoda, los hijos de Gazam;

2:49 los hijos de Uza, los hijos de Paseah, los hijos de Besai;

2:50 los hijos de Asena, los hijos de Meunim, los hijos de Nefusim;

2:51 los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos de Harhur;

2:52 los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos de Harsa;

2:53 los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos de Tema;

2:54 los hijos de Nezía, los hijos de Hatifa.

2:55 Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de Soferet, los hijos de Peruda;

2:56 los hijos de Jaala, los hijos de Darcón, los hijos de Gidel;

2:57 los hijos de Sefatías, los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Ami.

2:58 Todos los netineos, e hijos de los siervos de Salomón, trescientos noventa y dos.

2:59 Y estos fueron  los que subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán, e Imer, los cuales no pudieron mostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si eran de Israel.

2:60 Los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos de Necoda, seiscientos cincuenta y dos.

2:61 Y de los hijos de los sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, y fue llamado del nombre de ellas.

2:62 Estos buscaron su registro de genealogías, y no fue hallado; y fueron echados del sacerdocio.

2:63 Y el Tirsata (o capitán ) les dijo que no comiesen de las ofrendas, hasta que hubiese sacerdote con Urim y Tumim.

2:64 ¶ Toda la congregación, unida  como un varón , era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta,

2:65 sin sus siervos y siervas, los cuales eran  siete mil trescientos treinta y siete; y tenían doscientos cantores y cantoras.

2:66 Sus caballos eran  setecientos treinta y seis; sus mulos, doscientos cuarenta y cinco;

2:67 sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte.

2:68 Y algunos  de los cabezas de los padres, cuando vinieron a la Casa del SEÑOR la cual estaba  en Jerusalén, ofrecieron voluntariamente para la Casa de Dios, para levantarla en su asiento.

2:69 Según sus fuerzas dieron al tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, y cinco mil libras de plata, y cien túnicas sacerdotales.

2:70 Y habitaron los sacerdotes, y los levitas, y los  del pueblo, y los cantores, y los porteros y los netineos, en sus ciudades; y todo Israel en sus ciudades.

 ESDRAS

3:1 ¶ Y llegado el mes séptimo, y ya  los hijos de Israel en las ciudades, se juntó el pueblo como un varón en Jerusalén.

3:2 Entonces  se levantó Jesúa hijo de Josadac, y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo de Salatiel, y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de Israel, para ofrecer sobre él holocaustos como está escrito en  la ley de Moisés varón de Dios.

3:3 Y asentaron el altar sobre sus basas, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y ofrecieron sobre él holocaustos al SEÑOR, holocaustos a la mañana y a la tarde.

3:4 Hicieron asimismo  la fiesta de los tabernáculos, como está escrito, y holocaustos cada día por cuenta, conforme a la ordenanza, cada cosa en su día;

3:5 y a más de esto, el holocausto continuo, y las nuevas lunas, y todas las fiestas santificadas del SEÑOR, y todo sacrificio  espontáneo, voluntario al SEÑOR.

3:6 Desde el primer día del mes séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos al SEÑOR; mas el templo del SEÑOR no estaba aún  fundado.

3:7 Y dieron dinero a los carpinteros y oficiales; asimismo  comida y bebida, y aceite a los sidonios y tirios, para que trajesen madera de cedro del Líbano al mar de Jope, conforme a la voluntad de Ciro rey de Persia  sobre ellos.

3:8 ¶ Y en el año segundo de su venida a la Casa de Dios en Jerusalén, en el mes segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, y Jesúa hijo de Josadac, y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas, y todos los que  habían venido de la cautividad a Jerusalén; y pusieron a los levitas de veinte años arriba para que tuviesen cargo de la obra de la Casa del SEÑOR.

3:9 Y estuvo Jesúa, sus hijos y sus hermanos, Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá, como un varón  para dar prisa a los que hacían la obra en la casa de Dios: los hijos de Henadad, sus hijos y sus hermanos, levitas.

3:10 Y los albañiles del templo del SEÑOR echaron los cimientos; y pusieron a los sacerdotes vestidos de sus ropas , con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con címbalos, para que alabasen al SEÑOR, según la   ordenanza de David rey de Israel.

3:11 Y cantaban, alabando y confesando al SEÑOR, y decían : Porque es  bueno, porque para siempre es  su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo jubilaba con gran júbilo, alabando al SEÑOR, porque la Casa  del SEÑOR era acimentada.

3:12 Y muchos de los sacerdotes y de los levitas y de los cabezas de los padres, viejos, que habían visto la casa primera, viendo fundar esta casa, lloraban en alta voz, mientras muchos otros  daban grandes gritos  de alegría.

3:13 Y el pueblo no podía discernir la voz del júbilo de alegría, de la voz del lloro del pueblo; porque el pueblo jubilaba con gran júbilo, y la voz se oía hasta lejos.

 ESDRAS

4:1 ¶ Y oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín, que los venidos de la cautividad edificaban el templo del SEÑOR Dios de Israel,

4:2 vinieron a Zorobabel, y a los cabezas de los padres, y les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros buscaremos a vuestro Dios, y a él sacrificamos desde los días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo subir  aquí.

4:3 Y les dijo Zorobabel, y Jesúa, y los demás cabezas de los padres de Israel: No nos conviene edificar con vosotros Casa a nuestro Dios, sino que nosotros solos la edificaremos al SEÑOR Dios de Israel, como nos mandó el rey  Ciro, rey de Persia.

4:4 Mas el pueblo de la tierra debilitaba las manos del pueblo de Judá, y los perturbaban de edificar.

4:5 Contrataron además contra ellos consejeros para disipar su consejo, todo el tiempo de Ciro rey de Persia, y hasta el reinado de Darío rey de Persia.

4:6 ¶ Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, escribieron acusaciones contra los moradores de Judá y de Jerusalén.

4:7 Y en días de Artajerjes escribieron Bislam, Mitrídates, Tabeel, y los demás compañeros suyos, a Artajerjes rey de Persia; y la escritura de la carta estaba hecha en siriaco, y declarada en siriaco.

4:8 Rehum canciller, y Simsai escriba, escribieron una carta contra Jerusalén al rey Artajerjes, como se sigue.

4:9 Entonces Rehum canciller, y Simsai escriba, y los demás compañeros suyos, los dineos, y los afarsataceos, tefarleos, afarseos, los ercueos, los babilonios, susasceos, dieveos, y elamitas;

4:10 y los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar (Senacherib ) transportó, e hizo habitar en las ciudades de Samaria, y los demás del otro lado del río, y de  Cheenet.

4:11 Este es  el traslado de la carta que enviaron: Al rey Artajerjes: Tus siervos del otro lado del río, y de  Cheenet.

4:12 Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros, vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y han acimentado los muros; y puesto los fundamentos.

4:13 Ahora, notorio sea al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y los muros fueren fundados, no darán el tributo, pecho, y rentas, y el catastro de los reyes será menoscabado.

4:14 Ahora porque de la sal del palacio estamos salados, no nos es justo ver el menosprecio del rey; por tanto hemos enviado para  hacerlo saber al rey,

4:15 para que busque en el libro de las historias de nuestros padres; y hallarás en el libro de las historias, y sabrás que esta ciudad es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias, y que de tiempo antiguo  forman en medio de ella rebeliones; por lo que esta ciudad fue destruida.

4:16 Hacemos saber al rey, que si esta ciudad fuere edificada, y los muros fundados, la parte más  allá del río no será tuya.

4:17 ¶ El rey envió esta respuesta a Rehum canciller, y a Simsai escriba, y a los demás de  sus compañeros que habitan en Samaria, y a los demás del otro lado del río y a Cheenet:

4:18 La carta que nos enviasteis claramente fue leída delante de mí.

4:19 Y por mí fue dado mandamiento, y buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se levanta contra los reyes, y se  rebela, y se forma en ella sedición;

4:20 y que reyes fuertes hubo en Jerusalén, y señores de todo lo que está  al lado de allá del río; y que tributo, y pecho, y rentas se les daba.

4:21 Ahora, pues , dad orden que cesen aquellos varones, y no sea esa ciudad edificada, hasta que por mí sea dada nueva  orden.

4:22 Y mirad bien que no hagáis error en esto, ¿por qué habrá de crecer el daño para perjuicio de los reyes?

4:23 Entonces, cuando el traslado de la carta del rey Artajerjes fue leído delante de Rehum, y de Simsai escriba, y sus compañeros, fueron prestamente a Jerusalén a los judíos, y les hicieron cesar con poder y fuerza.

4:24 Cesó entonces la obra de la Casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén; y cesó hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia.

 ESDRAS

5:1 ¶ Y profetizaron Hageo profeta, y Zacarías hijo de Iddo, profetas, a los judíos que estaban  en Judá y en Jerusalén en el  nombre del Dios de Israel a ellos.

5:2 Entonces se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel, y Jesúa hijo de Josadac; y comenzaron a edificar la Casa de Dios que estaba  en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les ayudaban.

5:3 ¶ En aquel tiempo vino a ellos Tatnai, capitán de este lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, y les dijeron así: ¿Quién os dio mandamiento para edificar esta Casa, y fundar estos muros?

5:4 Entonces les dijimos en orden a esto, ¡cuáles eran los nombres de los varones que edificaban este edificio!

5:5 Mas los ojos de su Dios fueron sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el negocio viniese a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto.

5:6 Traslado de la carta que Tatnai, capitán de este lado del río, y Setar-boznai, y sus compañeros los afarsaqueos, que estaban  a este lado del río, enviaron al rey Darío.

5:7 Le enviaron carta, y de esta manera estaba escrito en ella. Al rey Darío toda paz.

5:8 Sea notorio al rey, que fuimos a la provincia de Judea, a la Casa del gran Dios, la cual se edifica de piedra de mármol; y los maderos son puestos en las paredes, y la obra se hace aprisa, y prospera en sus manos.

5:9 Entonces preguntamos a los ancianos, diciéndoles así: ¿Quién os dio mandamiento para edificar esta Casa, y para fundar estos muros?

5:10 Y también les preguntamos sus nombres para hacértelo saber, para escribirte los nombres de los varones que estaban  por cabezas de ellos.

5:11 Y nos respondieron diciendo así: Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la tierra, y reedificamos la Casa que ha sido edificada hace muchos años, la cual edificó y fundó el gran rey de Israel.

5:12 Mas después que nuestros padres se  ensañaron contra el Dios de los cielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, caldeo, el cual destruyó esta Casa, e hizo transportar el pueblo a Babilonia.

5:13 Pero el primer año de Ciro rey de Babilonia, el mismo  rey Ciro dio mandamiento para que esta Casa de Dios fuese edificada.

5:14 Y también los vasos de oro y de plata de la Casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del templo que estaba  en Jerusalén, y los había metido en el templo de Babilonia, el rey Ciro los sacó del templo de Babilonia,  y fueron entregados a Sesbasar, al cual había puesto por capitán;

5:15 y le dijo: Toma estos vasos, ve y ponlos en el templo que está  en Jerusalén; y la Casa de Dios sea edificada en su lugar.

5:16 Entonces este Sesbasar vino, y puso los fundamentos de la Casa de Dios que estaba  en Jerusalén, y desde entonces hasta ahora se edifica, y aún no está acabada.

5:17 Y ahora, si al rey parece bien, búsquese en la casa de los tesoros del rey que está allí en Babilonia, si es así  que por el rey Ciro haya sido dado mandamiento para edificar esta Casa de Dios que está  en  Jerusalén, y envíenos a decir la voluntad del rey sobre esto.

 ESDRAS

6:1 ¶ Entonces el rey Darío dio mandamiento, y buscaron en la casa de los libros, donde guardaban los tesoros allí en Babilonia.

6:2 Y fue hallado en el cofre del palacio que está  en la provincia de Media un libro, dentro del cual estaba escrito así: Memoria:

6:3 En el año primero del rey Ciro, el mismo  rey Ciro dio mandamiento acerca de la Casa de Dios que estaba  en Jerusalén; que la Casa fuese edificada para  lugar en que sacrifiquen sacrificios, y sus paredes  fuesen cubiertas; su altura de sesenta codos, y de sesenta codos su anchura;

6:4 los órdenes, tres de piedra de mármol, y un orden de madera nueva y que el gasto sea dado de la casa del rey.

6:5 Y también los vasos de oro y de plata de la Casa de Dios, que Nabucodonosor sacó del templo que estaba  en Jerusalén y los pasó a Babilonia, sean devueltos y vayan al templo que está  en Jerusalén, a su lugar,  y sean puestos en la Casa de Dios.

6:6 Ahora pues, Tatnai, capitán del otro lado del río, Setar-boznai, y sus compañeros los afarsaqueos que estáis al otro lado del río, apartaos de ahí.

6:7 Dejad la obra de esa Casa de Dios al capitán de los judíos, y a sus ancianos, para que edifiquen esa Casa de Dios en su lugar.

6:8 Y por mí es dado mandamiento de lo que habéis de hacer con los ancianos de estos judíos, para edificar esa Casa de Dios: que de la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río, los gastos sean dados luego a  aquellos varones, para que no cesen.

6:9 Y lo que fuere necesario, becerros y carneros y corderos, para holocaustos al Dios del cielo, trigo, sal, vino y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en Jerusalén, déseles cada día sin obstáculo  alguno;

6:10 para que ofrezcan olores  de holganza al Dios del cielo, y oren por la vida del rey y por sus hijos.

6:11 También es dado por mí mandamiento, que cualquiera que mudare este decreto, sea derribado un madero de su casa, y enhiesto, sea colgado en él; y su casa sea hecha muladar por esto.

6:12 Y el Dios que hizo habitar allí su nombre, destruya todo rey y pueblo que pusiere su mano para mudar o  destruir esta Casa de Dios, la cual está  en Jerusalén. Yo Darío puse el decreto; sea hecho prestamente.

6:13 ¶ Entonces Tatnai, capitán del otro lado del río, y Setar-boznai, y sus compañeros, hicieron prestamente según el rey Darío había enviado.

6:14 Y los ancianos de los judíos edificaban y prosperaban, conforme a la profecía de Hageo profeta, y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron, pues , y acabaron, por el mandamiento del Dios de Israel, y por el mandamiento  de Ciro, y de Darío, y de Artajerjes rey de Persia.

6:15 Y esta Casa fue acabada al tercer día del mes de Adar, que eral sexto año del reinado del rey Darío.

6:16 Y los hijos de Israel, los sacerdotes y los levitas, y los demás que habían venido de la transportación, hicieron la dedicación de esta Casa de Dios con gozo.

6:17 Y ofrecieron en la dedicación de esta Casa de Dios cien becerros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos; y machos cabríos por expiación por todo Israel, doce, conforme al número de las tribus de Israel.

6:18 Y pusieron a los sacerdotes en sus repartimientos, y a los levitas en sus divisiones, sobre la obra de Dios que está  en Jerusalén, conforme a lo escrito en el libro de Moisés.

6:19 Y los de la transmigración hicieron la pascua a los catorce del mes primero.

6:20 Porque los sacerdotes y los levitas se habían purificado como un varón ; todos fueron limpios; y sacrificaron la pascua por todos los de la transmigración, y por sus hermanos los sacerdotes, y por sí mismos.

6:21 Y comieron los hijos de Israel que habían vuelto de la transmigración, y todos los que se habían apartado de la inmundicia de los gentiles de la tierra a ellos, para buscar al SEÑOR Dios de Israel.

6:22 Y celebraron la solemnidad de los panes ázimos siete días con alegría, por cuanto el SEÑOR los había alegrado, y había convertido el corazón del rey de Asiria a ellos, para esforzar sus manos en la obra de la Casa de Dios,  del Dios de Israel.

 ESDRAS

7:1 ¶ Pasadas estas cosas, en el reinado de Artajerjes rey de Persia, Esdras, hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías,

7:2 hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob,

7:3 hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Meraiot,

7:4 hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui,

7:5 hijo de Abisúa, hijo de Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, primer sacerdote.

7:6 Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que dio el SEÑOR Dios de Israel; y le concedió el rey, según la mano del SEÑOR su Dios sobre él, todo lo que pidió.

7:7 Y subieron con él  a Jerusalén de los hijos de Israel, y de los sacerdotes, y levitas, y cantores, y porteros, y netineos, en el séptimo año del rey Artajerjes.

7:8 Y llegó a Jerusalén en el mes quinto, el año séptimo del rey.

7:9 Porque el día primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, según la buena mano de su Dios sobre él.

7:10 Porque Esdras había preparado su corazón para buscar la ley del SEÑOR, y para hacer y para enseñar a Israel sus  mandamientos y juicios.

7:11 ¶ Y éste es  el traslado de la carta que dio el rey Artajerjes a Esdras, sacerdote escriba; escriba de las palabras mandadas del SEÑOR, y de sus estatutos sobre Israel:

7:12 Artajerjes, rey de los reyes, a Esdras sacerdote, escriba perfecto de la ley del Dios del cielo y a Cheenet:

7:13 Por mí es dado mandamiento, que cualquiera que quisiere en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, ir contigo a Jerusalén, vaya.

7:14 Porque de parte del rey y de sus siete consultores eres enviado a visitar (para reformar y corregir ) a Judea y a Jerusalén, conforme a la ley de tu Dios que está  en tu mano;

7:15 y a llevar la plata y el oro que el rey y sus consultores voluntariamente ofrecen al Dios de Israel, cuya morada está  en Jerusalén;

7:16 y toda la plata y el oro que hallares en toda la provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias del pueblo y de los sacerdotes, que de su voluntad ofrecieren para la casa de su Dios que está  en Jerusalén.

7:17 Por tanto con diligencia comprarás con esta plata becerros, carneros, corderos, y sus presentes y sus libaciones, y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios que está  en Jerusalén.

7:18 Y lo que tu y tus hermanos quisieren hacer con la otra plata y oro, hacedlo conforme a la voluntad de vuestro Dios.

7:19 Y los vasos que te son entregados para el servicio de la Casa de tu Dios, los restituirás delante de Dios en Jerusalén.

7:20 Y lo demás necesario para la Casa de tu Dios que te fuere menester dar, lo darás de la casa de los tesoros del rey.

7:21 Y por mí el rey Artajerjes es dado mandamiento a todos los tesoreros que están  al otro lado del río, que todo lo que os demandare Esdras sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda luego,

7:22 hasta cien talentos de plata, y hasta cien coros de trigo, y hasta cien batos de vino, y hasta cien batos de aceite; y sal sin tasa.

7:23 Todo lo que es mandado por el Dios del cielo, sea hecho prestamente para la Casa del Dios del cielo; pues, ¿por qué habría de ser su ira contra el reino del rey y de sus hijos?

7:24 Y a vosotros os hacemos saber, que a todos los sacerdotes y levitas, cantores, porteros, netineos y ministros de la casa de éste Dios, ninguno pueda imponerles tributo, o pecho, o renta.

7:25 Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría de tu Dios que tienes, pon por jueces y gobernadores, que gobiernen a todo el pueblo que está al otro lado del río, a todos los que tienen noticia de las leyes de tu Dios; y al que no  la tuviere le enseñaréis.

7:26 Y cualquiera que no hiciere la ley de tu Dios, y la ley del rey, prestamente sea juzgado, o a muerte, o a desarraigo, o a pena de la hacienda, o a prisión.

7:27 ¶ Bendito sea el  SEÑOR, Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la Casa del SEÑOR que está  en Jerusalén.

7:28 Y sobre mí extendió misericordia delante del rey y de sus consultores, y de todos los príncipes poderosos del rey. Y yo, confortado según la mano de mi Dios sobre mí, junté los principales de Israel para que subiesen conmigo.

 ESDRAS

8:1 ¶ Y estas son las cabezas de sus padres, y genealogía de aquellos que subieron conmigo de Babilonia, reinando el rey Artajerjes:

8:2 De los hijos de Finees, Gersón; de los hijos de Itamar, Daniel; de los hijos de David, Hatús;

8:3 de los hijos de Secanías y de los hijos de Paros, Zacarías, y con él, genealogía de varones, ciento cincuenta;

8:4 de los hijos de Pahat-moab, Elioenai, hijo de Zeraías, y con él doscientos varones;

8:5 de los hijos de Secanías, el hijo de Jahaziel, y con él trescientos varones;

8:6 de los hijos de Adín, Ebed, hijo de Jonatán, y con él cincuenta varones;

8:7 de los hijos de Elam, Jesaías, hijo de Atalías, y con él setenta varones;

8:8 y de los hijos de Sefatías, Zebadías, hijo de Micael, y con él ochenta varones;

8:9 de los hijos de Joab, Obadías, hijo de Jehiel, y con él doscientos dieciocho varones;

8:10 y de los hijos de Selomit, el hijo de Josifías, y con él ciento sesenta varones;

8:11 y de los hijos de Bebai, Zacarías, hijo de Bebai, y con él veintiocho varones;

8:12 y de los hijos de Azgad, Johanán, hijo de Hacatán, y con él ciento diez varones;

8:13 y de los hijos de Adonicam, los postreros, cuyos nombres son éstos, Elifelet, Jeiel, y Semaías, y con ellos sesenta varones;

8:14 y de los hijos de Bigvai, Utai y Zabud, y con ellos sesenta varones.

8:15 Y los junté junto al río que viene a Ahava, y reposamos allí tres días; y habiendo buscado entre el pueblo y entre los sacerdotes, no hallé allí de los hijos de Leví.

8:16 Entonces  despaché a Eliezer, y a Ariel, y a Semaías, y a Elnatán, y a Jarib, y Elnatán, y a Natán, y a Zacarías, y a Mesulam, principales; asimismo  a Joiarib y a Elnatán, sabios;

8:17 y los envié a Iddo, capitán en el lugar de Casifia, y puse en boca de ellos las palabras que habían de hablar a Iddo, y a sus hermanos los netineos en el lugar de Casifia, para que nos trajesen ministros para la Casa de  nuestro Dios.

8:18 Y nos trajeron (según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros), un varón entendido de los hijos de Mahli, hijo de Leví, hijo de Israel; y a Serebías con sus hijos y sus hermanos, dieciocho;

8:19 y a Hasabías, y con él a Isaía (Jesaías ) de los hijos de Merari, a sus hermanos y a sus hijos, veinte;

8:20 Y de los netineos, a quienes David con los príncipes puso para el ministerio de los levitas, doscientos veinte netineos, todos los cuales fueron declarados por sus nombres.

8:21 ¶ Y publiqué ayuno allí junto al río de Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para buscar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para toda nuestra hacienda.

8:22 Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es  sobre todos los que le buscan para  bien; mas su fortaleza y su furor sobre todos los que le dejan.

8:23 Ayunamos pues, y buscamos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.

8:24 ¶ Aparté luego  doce de los principales de los sacerdotes, a Serebías y a Hasabías, y con ellos diez de sus hermanos;

8:25 y les pesé la plata, y el oro, y los vasos; la ofrenda para la Casa de nuestro Dios que habían ofrecido el rey, y sus consultores, y sus príncipes, todos los que se hallaron de Israel.

8:26 Pesé, pues , en manos de ellos seiscientos cincuenta talentos de plata, y vasos de plata por cien talentos, y cien talentos de oro;

8:27 además  veinte tazones de oro, por mil dracmas; y dos vasos de bronce limpio muy bueno, preciados como el oro.

8:28 Y les dije: Vosotros sois santidad al SEÑOR, y los vasos son  santidad; y la plata y el oro ofrenda voluntaria al SEÑOR, Dios de nuestros padres.

8:29 Velad, y guardadlos, hasta que los  peséis delante de los príncipes de los sacerdotes y de los levitas, y de los príncipes de los padres de Israel en Jerusalén, en las cámaras de la Casa del SEÑOR.

8:30 Los sacerdotes y levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los vasos, para traerlo a Jerusalén a la Casa de nuestro Dios.

8:31 ¶ Y partimos del río de Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, el cual nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino.

8:32 Y llegamos a Jerusalén, y reposamos allí tres días.

8:33 Al cuarto día fue luego  pesada la plata, y el oro, y los vasos, en la Casa de nuestro Dios, por mano de Meremot hijo de Urías sacerdote, y con él Eleazar hijo de Finees; y con ellos Jozabad hijo de Jesúa, y Noadías  hijo de Binúi, levitas;

8:34 por cuenta y por peso todo; y se apuntó todo aquel peso en aquel tiempo.

8:35 Los que habían venido de la cautividad, los hijos de la transmigración, ofrecieron holocaustos al Dios de Israel, doce becerros por todo Israel, noventa y seis carneros, setenta y siete corderos, doce machos cabríos por  expiación; todo en holocausto al SEÑOR.

8:36 Y dieron los despachos del rey a sus gobernadores y capitanes del otro lado del río, los cuales favorecieron al pueblo y a la casa de Dios.

 ESDRAS

9:1 ¶ Y acabadas estas cosas, los príncipes se llegaron a mí, diciendo: El pueblo de Israel, y los sacerdotes y levitas, no se han apartado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos, ferezeos, jebuseos, amonitas, y  moabitas, egipcios, y amorreos, haciendo  conforme a sus abominaciones.

9:2 Porque han tomado de sus hijas para sí y para sus hijos, y la simiente santa es mezclada con los pueblos de las tierras; y la mano de los príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en esta prevaricación.

9:3 Lo cual oyendo yo, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué de los cabellos de mi cabeza y de  mi barba, y me senté atónito.

9:4 Y se juntaron a mí todos los temerosos de las palabras del Dios de Israel, a causa de la prevaricación de los  de la transmigración; mas yo estuve sentado atónito hasta el sacrificio de la tarde.

9:5 ¶ Y al sacrificio de la tarde me levanté de mi aflicción; y habiendo rasgado mi vestido y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis palmas al SEÑOR mi Dios,

9:6 y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar, oh  Dios mío, mi rostro a ti; porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y nuestros delitos han crecido hasta el cielo.

9:7 Desde los días de nuestros padres hasta este día hemos estado en gran delito; y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes, y nuestros sacerdotes, hemos sido entregados en manos de los reyes de las tierras, a cuchillo,  a cautiverio, y a robo, y a confusión de rostro, como hoy día.

9:8 Y ahora como por  un breve momento fue la misericordia del SEÑOR nuestro Dios, para hacer que nos quedase escapadura, y nos diese estaca en el lugar de su santuario para nuestro Dios alumbrar nuestros ojos y darnos un  poco de vida en nuestra servidumbre.

9:9 Porque siervos éramos; mas en nuestra servidumbre no nos desamparó nuestro Dios, antes inclinó sobre nosotros misericordia delante del rey de Persia, para que se  nos diese vida para alzar la Casa de nuestro Dios, y  para hacer restaurar sus asolamientos, y para darnos vallado en Judá y en Jerusalén.

9:10 Mas ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de esto? Porque nosotros  hemos dejado tus mandamientos,

9:11 los cuales mandaste por mano de tus siervos los profetas, diciendo: La tierra a la cual entráis para poseerla, tierra inmunda es a causa de la inmundicia de los pueblos de las tierras, por las abominaciones de que la han  llenado de un extremo a otro con su inmundicia.

9:12 Por tanto, ahora no daréis vuestras hijas a los hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos, ni procuraréis su paz ni su bien para siempre; para que seáis corroborados, y comáis el bien de la tierra, y la dejéis  por heredad a vuestros hijos para siempre.

9:13 Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas obras, y a causa de nuestro delito grande (ya que tú, Dios nuestro, estorbaste que fuésemos oprimidos a causa de nuestras iniquidades, y nos diste  semejante escapadura);

9:14 ¿hemos de volver a disipar tus mandamientos, y a emparentar con los pueblos de estas abominaciones? ¿No te ensañarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que quedara  resto ni escapadura?

9:15 SEÑOR, Dios de Israel, tú eres  justo; puesto  que nos ha quedado escapadura, como este día, henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible  estar delante de ti a causa de esto.

 ESDRAS

10:1 ¶ Y orando Esdras y confesando, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres y mujeres y niños; y lloraba el pueblo con gran llanto.

10:2 Entonces  respondió Secanías hijo de Jehiel, de los hijos Elam, y dijo a Esdras: Nos hemos rebelado contra nuestro Dios, pues tomamos mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra; mas hay aún esperanza para Israel  sobre esto.

10:3 Por tanto ahora hagamos alianza con nuestro Dios, que echaremos todas las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo del Señor, y de los que temen el mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley.

10:4 Levántate, porque a ti toca el negocio, y nosotros estaremos  contigo; esfuérzate, y ponlo por obra.

10:5 Entonces se levantó Esdras, y juramentó a los príncipes de los sacerdotes y de los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos  juraron.

10:6 ¶ Se levantó luego  Esdras de delante de  la Casa de Dios, y se fue a la cámara de Johanán hijo de Eliasib; e ido allá, no comió pan ni bebió agua, porque se entristeció sobre la prevaricación de los  de  la transmigración.

10:7 E hicieron pasar pregón por Judá y por Jerusalén a todos los hijos de la transmigración, que se juntasen en Jerusalén;

10:8 y que el que no viniera dentro de tres días, conforme al acuerdo de los príncipes y de los ancianos, perdiese toda su hacienda, y él fuese apartado de la compañía de los  de la transmigración.

10:9 Así fueron reunidos todos los varones de Judá y de Benjamín en Jerusalén dentro de tres días, a los veinte del mes, el cual era  el mes noveno; y se sentó todo el pueblo en la plaza de la Casa de Dios, temblando con  motivo de aquel negocio, y a causa de las lluvias.

10:10 Y se levantó Esdras el sacerdote, y les dijo: Vosotros habéis prevaricado, por cuanto tomásteis mujeres extrañas, añadiendo así  sobre el pecado de Israel.

10:11 Ahora pues, dad confesión al SEÑOR Dios de vuestros padres, y haced su voluntad, y apartaos de los pueblos de las tierras, y de las mujeres extranjeras.

10:12 Y respondió toda la congregación, y dijeron en alta voz: Así se haga conforme a tu palabra.

10:13 Mas el pueblo es  mucho, y el tiempo lluvioso, y no hay fuerza para estar en la calle; ni la obra es de un día ni de dos, porque somos muchos los que hemos prevaricado en este negocio.

10:14 Estén ahora nuestro príncipes, los  de toda la congregación; y todos aquellos que en nuestras ciudades hubieren tomado mujeres extranjeras, vengan a tiempos aplazados, y con ellos los ancianos de cada ciudad, y los  jueces de ellas, hasta que apartemos de nosotros el furor de la ira de nuestro Dios sobre esto.

10:15 ¶ Fueron pues puestos sobre este negocio Jonatán hijo de Asael, y Jahazías hijo de Ticva; y Mesulam y Sabetai, levitas, les ayudaron.

10:16 E hicieron así los hijos de la transmigración. Y fueron apartados Esdras y  los varones cabezas de los padres en la casa de sus padres, y todos ellos por sus  nombres; y se sentaron el primer día del mes décimo  para inquirir sobre el negocio.

10:17 Y concluyeron, con todos aquellos que habían tomado mujeres extranjeras, al primer día del mes primero.

10:18 Y de los hijos de los sacerdotes que habían tomado mujeres extranjeras, fueron hallados éstos: De los hijos de Jesúa hijo de Josadac, y de sus hermanos: Maasías, y Eliezer, y Jarib, y Gedalías;

10:19 y dieron su mano en promesa de echar sus mujeres, y ofrecieron como  culpados un carnero de los rebaños por su delito.

10:20 Y de los hijos de Imer: Hanani y Zebadías.

10:21 Y de los hijos de Harim: Maasías, y Elías, y Semaías, y Jehiel, y Uzías.

10:22 Y de los hijos de Pasur: Elioenai, Maasías, Ismael, Natanael, Jozabad, y Elasa.

10:23 Y de los hijos de los levitas: Jozabad, y Simei, Kelaía (éste es Kelita), Petaías, Judá y Eliezer.

10:24 Y de los cantores, Eliasib; y de los porteros: Salum, y Telem, y Uri.

10:25 Asimismo de Israel, de los hijos de Paros: Ramía y Jezías, y Malquías, y Mijamín, y Eleazar, y Malquías, y Benaía.

10:26 Y de los hijos de Elam: Matanías, Zacarías, y Jehiel, y Abdi, y Jeremot, y Elías.

10:27 Y de los hijos de Zatu: Elioenai, Eliasib, Matanías, y Jeremot, y Zabad, y Aziza.

10:28 Y de los hijos de Bebai: Johanán, Hananías, Zabai, Atlai.

10:29 Y de los hijos de Bani: Mesulam, Maluc, y Adaía, Jasub, y Seal, y Ramot.

10:30 Y de los hijos de Pahat-moab: Adna, y Quelal, Benaía, Maasías, Matanías, Bezaleel, Binúi y Manasés.

10:31 Y de los hijos de Harim: Eliezer, Isías, Malquías, Semaías, Simeón,

10:32 Benjamín, Maluc, y  Semarías.

10:33 De los hijos de Hasum: Matenai, Matata, Zabad, Elifelet, Jeremai, Manasés, y  Simei.

10:34 De los hijos de Bani: Madai, Amram y Uel,

10:35 Benaía, Bedías, Quelúhi,

10:36 Vanías, Meremot, Eliasib,

10:37 Matanías, Matenai, y Jaasai,

10:38 y Bani, y Binúi, Simei,

10:39 y Selemías y Natán y Adaía,

10:40 Macnadebai, Sasai, Sarai,

10:41 Azareel, y Selemías, Semarías,

10:42 Salum, Amarías, y  José.

10:43 Y de los hijos de Nebo: Jeiel, Matatías, Zabad, Zebina, Jadau, Joel y Benaía.

10:44 Todos éstos habían tomado mujeres extranjeras; y había mujeres de ellos que habían dado a luz hijos.

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