Sagradas Escrituras 1569

Capítulo 1  2  3  4

MALAQUÍAS

1:1 ¶ Carga de la palabra del SEÑOR contra Israel, por mano de Malaquías.

1:2 Yo os amé, dijo el SEÑOR; diréis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob?, dijo el SEÑOR, y amé a Jacob,

1:3 y a Esaú aborrecí, y torné sus montes en asolamiento, y su posesión para los dragones del desierto.

1:4 Cuando Edom dijere: Nos hemos empobrecido, mas tornemos a edificar lo arruinado; así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Ellos edificarán, y yo destruiré; y les llamarán Provincia de impiedad, y, pueblo contra quien el SEÑOR se  airó para siempre.

1:5 Y vuestros ojos lo verán, y diréis: Sea el SEÑOR engrandecido sobre la provincia de Israel.

1:6 ¶ El hijo honró al padre, y el siervo a su señor; y si yo soy Padre, ¿qué es de mi honra? Y si soy Señor, ¿qué es de mi temor? dijo el SEÑOR de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi Nombre. Y diréis:  ¿En qué hemos menospreciado tu Nombre?

1:7 Que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo. Y diréis: ¿En qué te hemos amancillado? En que decís: Morimos de hambre al servicio del SEÑOR.

1:8 Y cuando ofrecéis el animal  ciego para sacrificar, ¿no es malo? Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo? Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le serás acepto? Dijo el SEÑOR  de los ejércitos.

1:9 Ahora, pues, orad a la faz de Dios, y el tendrá piedad de nosotros; esto de vuestra mano vino, ¿le seréis agradables? Dijo el SEÑOR de los ejércitos.

1:10 ¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o attiende el fuego de  mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dijo el SEÑOR de los ejércitos, ni de vuestra mano me será agradable el presente.

1:11 Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, mi Nombre es grande entre los gentiles; y en todo lugar se ofrece a mi Nombre perfume, y presente limpio; porque grande es mi Nombre entre los gentiles, dice el SEÑOR de  los ejércitos.

1:12 Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Morimos de hambre al servicio del SEÑOR; y cuando hablan que su alimento es despreciable.

1:13 Y decís: ¡Oh qué trabajo! Y lo desechasteis, dijo el SEÑOR de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Me será acepto eso  de vuestra mano? Dice el SEÑOR.

1:14 Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica corrompido al SEÑOR; porque yo soy  Gran Rey, dice el SEÑOR de los ejércitos, y mi Nombre es  formidable entre los gentiles.

 MALAQUÍAS

2:1 ¶ Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es  este mandamiento.

2:2 Si no oyereis, y si no acordareis dar gloria a mi Nombre, dijo el SEÑOR de los ejércitos, enviaré maldición sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he maldecido, porque no lo  ponéis en vuestro  corazón.

2:3 He aquí, reprendo su simiente, y esparciré el estiércol sobre vuestros rostros, el estiércol de vuestras solemnidades, y con él seréis removidos.

2:4 Y sabréis que yo  os envié este mandamiento, haciendo mi pacto con Leví, dijo el SEÑOR de los ejércitos.

2:5 Mi pacto fue con él de vida y de paz, las cuales cosas yo le di por el temor; porque me temió, y delante de mi Nombre fue quebrantado.

2:6 La Ley de Verdad estuvo en su boca, e iniquidad nunca fue hallada en sus labios; en paz y en justicia anduvo conmigo, y de la iniquidad hizo apartar a muchos.

2:7 Porque los labios del sacerdote guardan la sabiduría, y de su boca buscarán la ley; porque ángel es del SEÑOR de los ejércitos.

2:8 Mas vosotros os habéis apartado del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis corrompido el pacto de Leví, dijo el SEÑOR de los ejércitos.

2:9 Por tanto, yo también os torné viles y bajos a todo el pueblo, como vosotros no guardasteis mis caminos, y en la ley tenéis acepción de personas.

2:10 ¶ ¿No tenemos todos un mismo  padre? ¿No nos ha criado un mismo  Dios? ¿Por qué menospreciaremos cada uno a su hermano, quebrantando el pacto de nuestros padres?

2:11 Prevaricó Judá, y en Israel y en Jerusalén ha sido cometida abominación; porque Judá ha profanado la santidad del SEÑOR amando, y casándose con hija de dios extraño.

2:12 El SEÑOR talará de las tiendas de Jacob al hombre que hiciere esto, al maestro, y al estudiante, y al que ofrece presente al SEÑOR de los ejércitos.

2:13 Y esta otra vez haréis cubrir el altar del SEÑOR de lágrimas, de llanto, y de clamor; porque yo  no miraré más al presente, para tomar ofrenda  voluntaria de vuestra mano.

2:14 Y diréis: ¿Por qué? Porque el SEÑOR ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual tú has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.

2:15 ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de Espíritu? ¿Y por qué uno? Procurando simiente de Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y contra la mujer de vuestra mocedad no seáis desleales.

2:16 El que la aborrece enviándola, dijo el SEÑOR Dios de Israel, cubre la iniquidad con su vestido, dijo el SEÑOR de los ejércitos. Guardaos pues en vuestro espíritu, y no seáis desleales.

2:17 Habéis hecho cansar al SEÑOR con vuestras palabras. Y diréis: ¿En qué le hemos cansado? Cuando decís: Cualquiera que mal hace agrada al SEÑOR, y en los tales toma contentamiento; de otra manera, ¿dónde está el Dios de juicio?

 MALAQUÍAS

3:1 ¶ He aquí, yo envío mi Mensajero, el cual barrerá el camino delante de mí; y luego vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, dijo el SEÑOR de los  ejércitos.

3:2 ¿Y quién podrá sufrir el tiempo de su venida? O ¿quién podrá estar cuando él se mostrará? Porque él será  como fuego purificador, y como jabón de lavadores.

3:3 Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a  los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata; y ofrecerán al SEÑOR Presente con justicia.

3:4 Y será suave al SEÑOR el Presente de Judá y de Jerusalén, como en los días pasados, y como en los años antiguos.

3:5 Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros; y contra los que juran mentira, y los que detienen el salario del jornalero, de la viuda, y del huérfano, y los que hacen agravio al  extranjero, no teniendo temor de mí, dijo el SEÑOR de los ejércitos.

3:6 Porque yo soy  el SEÑOR, no me he mudado; y así vosotros, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos.

3:7 ¶ Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y nunca las guardasteis. Tornaos a mí, y yo  me tornaré a vosotros, dijo el SEÑOR de los ejércitos. Y diréis: ¿En qué hemos de tornar?

3:8 ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y diréis: ¿En qué te hemos robado? En  los diezmos y las ofrendas.

3:9 Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.

3:10 Traed todos los diezmos al alfolí, y haya alimento en mi Casa; y probadme ahora en esto, dijo el SEÑOR de los ejércitos, y veréis  si yo no os abriré las ventanas de los cielos, y vaciaré sobre vosotros bendición  hasta que no de  abasto.

3:11 Y reprenderé por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni la vid en el campo os abortará, dijo el SEÑOR de los ejércitos.

3:12 Y todos los gentiles os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dijo el SEÑOR de los ejércitos.

3:13 ¶ Vuestras palabras han prevalecido contra mí, dice el SEÑOR. Y diréis: ¿Qué hemos hablado contra ti?

3:14 Habéis dicho: Por demás es servir a Dios; ¿y qué aprovecha que guardemos su ley, y que andemos tristes delante del SEÑOR de los ejércitos?

3:15 Decimos, pues, ahora: que bienaventurados los soberbios, y aún que los que hacen impiedad son los prosperados. Los que tentaron a Dios, escaparon.

3:16 Entonces los que temen al SEÑOR hablaron cada uno a su compañero; y el SEÑOR escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen al SEÑOR, y para los que piensan en su Nombre.

3:17 Y serán míos, dijo el SEÑOR de los ejércitos, en el día que yo tengo de hacer tesoro; y los perdonaré como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.

3:18 Convertíos pues, y haréis diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirvió.

 MALAQUÍAS

4:1 ¶ Porque he aquí, viene el día ardiente como un  horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, dijo el SEÑOR de los ejércitos, el cual no les dejará ni  raíz ni rama.

4:2 Mas a vosotros los que teméis mi Nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá  salud; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.

4:3 Y hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día que yo  hago, dijo el SEÑOR de los ejércitos.

4:4 ¶ Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb; ordenanzas y derechos míos  sobre todo Israel.

4:5 He aquí, yo os envío a Elías el profeta, antes que venga el día del SEÑOR, grande y terrible.

4:6 El convertirá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a los padres; para que yo  no venga, y hiera con destrucción la tierra.

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